La cautela se ha instalado en los despachos de los principales museos de Málaga tras el anuncio del Gobierno central, que incluye estos equipamientos en la primera fase del regreso general y paulatino a la actividad ante la alerta sanitaria motivada por el virus covid-19. Si la provincia cumpliera los baremos planteados por el Ejecutivo, el retorno de los museos llegaría a partir del 11 de mayo.
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Ese regreso de los museos a lo que el Gobierno llama «nueva normalidad» llegaría, eso sí, con varias limitaciones: una reducción de su aforo a un tercio, sin posibilidad de organizar actividades culturales y manteniendo el «control de aglomeraciones en salas». Esas son las escasas cartas que ha mostrado el Ejecutivo y, por el momento, los principales museos de Málaga se reservan las suyas.
Entre las grandes entidades artísticas de la ciudad, sólo el Museo Carmen Thyssen Málaga avanza algunas de sus iniciativas. Así, el director gerente de la institución de la calle Compañía, Javier Ferrer, detalla: «La vida continúa, volveremos a salir y a visitar el museo, para ello vamos a aumentar la seguridad en la salud de nuestros visitantes y de nuestra plantilla«.
«La reapertura de los museos va a animar a salir al público residente y al turismo nacional a visitar nuestra ciudad, nosotros queremos estar ahí convenciéndoles de las mejores condiciones sanitarias para recorrer nuestro museo. Tenemos unas dimensiones óptimas para un recorrido seguro y un equipo de sala que presta una atención muy humana, de alto nivel«, ofrece el director gerente del Museo Carmen Thyssen.
Acto seguido, Ferrer concreta: «Entre las condiciones de apertura del museo, se limitará su aforo al 30 %, contaremos con un protocolo de control sanitario con numerosas medidas como control médico del personal, establecimiento de pantallas de protección, mascarillas y guantes de prevención, gel desinfectante, control del número de visitantes en sala y aplicación de señales de distancia social para los recorridos... y todas aquellas medidas que exijan las autoridades sanitarias«.
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Son las escasas actuaciones concretas que llegan desde las principales instituciones expositivas de la ciudad. En el Museo Picasso Málaga se limitan a responder que la entidad «trabaja desde hace semanas para llevar a cabo una reapertura interesante y segura». Y por parte de los centros de titularidad municipal, el Ayuntamiento de la capital mantiene un férreo control sobre la comunicación de sus actuaciones, hasta el punto que las respuestas procedentes del Centro de Arte Contemporáneo de Málaga (CAC Málaga) y de la agencia municipal que gestiona el Centre Pompidou Málaga, la Colección del Museo Ruso y la Casa Natal de Picasso son calcadas. A saber: «Las aperturas culturales están siendo objeto de estudio y trabajo. Pero no vamos a adelantar nada hasta que no haya unas indicaciones claras, ver el desarrollo normativo y podamos dar fechas ciertas».
Desde el Museum Jorge Rando, su directora, Vanesa Díez, reitera que la prioridad esencial de la institución pasa por «garantizar la seguridad tanto del personal del museo como de los visitantes«. De este modo, en el Museum Jorge Rando plantean medidas como la posibilidad de hacer tests a sus empleados, si bien se remiten a los informes que han solicitado para determinar las actuaciones.
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Con el levantamiento progresivo de las medidas incluidas en el estado de alarma, algunos de los principales museos de la ciudad podrían inaugurar sus nuevas propuestas, cuyo estreno ha coincidido justo con la alerta sanitaria. Sería el caso de las tres exposiciones que esperan en el Museo Ruso: la anual en torno al realismo y las dos temporales sobre el cine mudo y el realizador Andrey Tarkovsky, de manera respectiva. En el Museo Carmen Thyssen aguarda la ambiciosa exposición 'Máscaras', si bien desde la institución ya trabajan con la posibilidad de retrasar su apertura hasta después del verano.
En el Museo Picasso Málaga están pendientes de presentar su nueva colección, que debe permanecer allí los próximos tres años y cuyas claves esenciales ya adelantó este periódico. Y, por su parte, el montaje de larga estancia en el Pompidou sobre los artistas españoles instalados en Francia durante los siglos XX y XXI apenas pudo verse durante una jornada, ya que al día siguiente se decretó el estado de alarma que ahora empieza su camino de retorno.
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Los monumentos y las galerías de arte de la provincia deberán esperar a que Málaga entre en la segunda fase del plan diseñado por el Gobierno para volver a la actividad. Ese escenario no llegaría, en el mejor de los casos, hasta el próximo 25 de mayo, siempre y cuando la provincia cumpla con los baremos establecidos por el Gobierno para ir recuperando la actividad.
Las galerías de arte y los enclaves patrimoniales figuran en la segunda fase del programa gubernamental y, como en el caso de los museos, retomarán su actividad con limitaciones. Así, el documento elaborado por el Ejecutivo establece que las salas de exposiciones, de conferencias y multiusos deberán reducir su aforo a un tercio «con control de aglomeraciones». Las mismas premisas llegan para los monumentos y «otros equipamientos culturales», que sólo podrán ofrecer visitas (no actividades culturales), manteniendo también el límite de un tercio en la afluencia a sus dependencias.
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