Julio J. Portabales
Viernes, 10 de mayo 2024, 13:44
«Todo aprendizaje proviene de la experiencia vivida», es una de las frases que se pueden leer en una de las paredes de la Sala ... Noble del Museo Carmen Thyssen de Málaga. Una habitación totalmente oscura, con más de una decena de pupitres, unos lapiceros y libretas a la entrada y una gran pantalla al fondo, donde se pueden leer, y escuchar, a 26 personas anónimas, 13 de ellos refugiados, contando sus experiencias de aquel lugar que dejaron atrás.
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'Paraíso Perdido' es un proyecto creado por el Área de Educación y Acción Cultural del Museo Carmen Thyssen de Málaga y que ha tenido el asesoramiento y participación de la Comisión de Ayuda al Refugiado (CEAR). Desde este viernes 10 de mayo hasta el próximo jueves 4 de julio, cualquier persona que quiera podrá visitar esta sala para poder escuchar como más de una veintena de personas relatan sus historias de aprendizajes.
Esta iniciativa, que invita a reflexionar sobre las enseñanzas recibidas tanto en la infancia como en la edad adulta, cuenta con los testimonios en voz de primera persona de los propios trabajadores de la CEAR, además de personas refugiadas acogidas por esta Comisión. «Desde la pérdida de seres queridos a anécdotas sobre travesuras y juegos de la infancia», así explicaba el hilo de los relatos Lourdes Moreno, directora artística del Museo, durante la presentación.
Una actividad, que a priori parece sencilla, es muy difícil de ejecutar en estos días. Escuchar, recordar, escribir y aprender son los cuatro pilares fundamentales de esta iniciativa que permite, desde la humildad y la sencillez, acercarse al conocimiento humano. Además, como afirmó Moreno, la idea de «volver a ser niños y compartirlo» es una de las premisas que se buscan: «sacar del baúl todos nuestros recuerdos», concluyó.
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Por otro lado, durante la presentación de la iniciativa también estuvo presente el Coordinador Territorial de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado en Andalucía Oriental, Francisco Cansino. Una de las cabezas visibles de CEAR, que lleva desde 1979 defendiendo el derecho de asilo y los Derechos Humanos, mostró su agradecimiento a todo los integrantes del Museo Thyssen.
Para Cansino, uno de los detalles que más resaltan en este proyecto es la «inclusión» y «normalidad» de las personas refugiadas. «Es muy importante que vivamos con normalidad las realidades de las personas refugiadas. Personas que han tenido que huir de sus países, que tienen unas historias increíbles y que van a tener la oportunidad de contarlas», afirmó.
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Otro de los actores principales ha sido el colegio jesuita San Estanislao de Kostka. El centro educativo de la barriada de El Palo ha cedido parte de su mobiliario, como es el caso de los pupitres, para la escenificación y la creación de un ambiente idílico de 'Paraíso Perdido', que permite potenciar ese clima de tranquilidad, sosiego y calma para escuchar esas 26 historias cautivadoras.
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