Tras pasar por las obras de remodelación de San Agustín como Biblioteca Pública del Estado, la segunda parte de la visita del ministro de ... Cultura Ernest Urtasun a Málaga ha tenido como escenario la Casa Invisible, que mantiene con el Ayuntamiento de la capital un largo contencioso por el desalojo de este edificio que se encuentra parcialmente clausurado. El miembro del Gobierno español ha comentado que ya el pasado año trató de visitar este colectivo ciudadano y que ha sido un «placer» cumplir este deseo este viernes al tratarse de un «centro cultural de referencia en nuestro país».
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La Casa Invisible «programa culturalmente de forma maravillosa y permite también la residencia de artistas. De hecho, ellos participan en una convocatoria de ayudas para residencias y también han participado durante los últimos años en algunos programas importantes del Ministerio, como es 'Cultura y ciudadanía'», ha comentado el ministro que ha mostrado su apoyo y el de su Gobierno al proyecto liderado por la Fundación de los Comunes en el edificio de calle Nosquera, aunque no se ha querido pronunciar por la disputa en tribunales entre el Ayuntamiento, propietario del inmueble, y el colectivo ciudadano que lo gestiona.
«Yo visito la Casa Invisible porque no tuve ocasión de hacerlo por motivos de agenda el año pasado y porque, insisto, ellos juegan un papel como centro cultural de referencia en nuestro país», ha comentado Ernest Urtasun que ha recurrido a la «prudencia» al añadir que «simplemente voy a allí a conocer su actividad; en la relación que ellos mantengan con el Ayuntamiento, eso no es cosa mía». No obstante, el ministro de Cultura ha abogado porque ambas partes lleguen a un acuerdo en el contencioso que los mantiene enfrentados y ha asegurado que hay «en marcha un diálogo entre el centro cultural y el Ayuntamiento, y yo permítanme que eso lo deje en sus manos para encontrar entre ellos una solución».
No obstante, el contenido de la visita de Ernest Urtasun a La Invisible fue finalmente un misterio. A pesar de haber convocado a la prensa, los medios de comunicación no pudieron pasar del patio, por lo que tampoco se conocen las conversaciones que tuvo el máximo responsable de cultura del Gobierno con los integrantes del colectivo. Eso sí, a la salida -ya a la hora de comer- Urtasun saludó a una persona que esperaba fuera y que le preguntó qué le había parecido La Invisible. «Me ha encantado», le contestó, para a continuación enfilar la calle Andrés Pérez y perderse por el centro de la ciudad.
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