Carta a Manuel

Conocer la obra poética de Alcántara fue uno de los regalos más mágicos y hermosos que me ha hecho la vida. Él escribió los poemas que a mí me hubiese gustado escribir. Qué puede haber más hermoso que describir la muerte como algo esperanzador. Leer por primera vez un verso suyo fue como conocer a ese amor que sientes que llevabas toda la vida esperando.

Cuando su poemario cayó en mis manos lo abrí por cualquier página y ahí me esperaba el verso que me unió para siempre al poeta: «Mi padre me llevaba de la mano, yo estudiaba segundo de jazmines». Ese verso que, en dos segundos, me hizo comprender que la poesía de Manuel había venido a mí para completarme, para transitar un camino sagrado que solo se transita una vez en la vida; así arrancó él de mis entrañas lo más profundo que he creado y crearé jamás.

Gracias por tanto, Manuel…