Mayte Carreño se sorprende de que le pregunten por Málaga tan a menudo, un interés al que esta consultora, forjada en el sector financiero y que se ocupó de la Guía Michelin durante más de una década, hasta 2020, ofrece explicación: «Es una ciudad que ... está de moda». Pero alguna sombra se cuela entre tanta luz. Y uno de los puntos débiles, considera Carreño, es la pérdida progresiva de la oferta gastronómica tradicional, marginada con la llegada de grandes cadenas y franquicias a la capital y que propone recuperar: «Me cuesta encontrar tabernas donde comer caldillo de pintarroja o ensalada malagueña, que las hay, pero hemos perdido muchos lugares tradicionales. Ha habido una explosión de restaurantes, sin ánimo de descalificar, sin identidad y sin alma».
Publicidad
Carreño pasó este jueves por el Centro Cultural La Malagueta en el marco del ciclo 'Málaga, ida y vuelta', organizado por la Diputación de Málaga en colaboración con el Aula de Cultura de SUR. Allí conversó con el periodista Alberto Gómez, codirector del Aula junto con Antonio Javier López, en un encuentro que resultó esclarecedor para muchas lagunas gastronómicas que arrastra el público general. Ante una de las preguntas de los asistentes, que apuntaba a la supuesta escasez de las raciones que sirven los restaurantes con estrella Michelin, quiso desmontar ese «cliché». Carreño explicó que «un menú suele durar tres horas», por lo que muchos clientes amateurs, no acostumbrados a este tipo de servicio, no pueden ni siquiera finalizarlo: «Cuesta terminar el menú. De hecho, mi recomendación a los aficionados es que no hagan un maridaje de veinte vinos, porque si cuesta acabar los platos imagina si el proceso digestivo lleva tantos vinos».
La charla, marcada por el ambiente familiar, sirvió para realizar un breve recorrido por la trayectoria profesional de Carreño, aunque el objetivo era llegar a su etapa en Michelin para contar cómo esta malagueña se hizo cargo del reto de sacar adelante la guía del gigante francés en plena crisis económica y del papel. «Estuve cuatro años en el sector del neumático y no es lo más femenino ni glamuroso del mundo», comentó entre risas, recordando que el posterior encargo de la Guía Michelin fue para ella al principio «un marrón», aunque finalmente resultó ser el gran proyecto de su carrera profesional: «Afortunadamente, unos pocos apostamos por el papel y hoy en día crece la venta del libro. Pero entonces había que remangarse e inventar un nuevo modelo de negocio».
En este sector tan cambiante, Carreño reconoce que en España «al consumidor le cuesta rascarse el bolsillo» a la hora de asistir a un restaurante con estrellas Michelin, aunque percibe que es una tendencia que aminora en el norte, donde encuentra más cultura de alta gastronomía. En Málaga, concretamente, sabe que esta forma de entender la hostelería está llegando, aunque lo hace de forma paulatina. Sin embargo, hace hincapié en el momento histórico en el que se encuentra: «Málaga ahora mismo está en un momento precioso, pero es un momento crítico, porque está puesta en el disparadero. Salimos en todos los medios, y antes como destino turístico no existía, ahora está de moda».
Ofreciendo una perspectiva de futuro para la ciudad desde el punto de vista gastronómico, Mayte Carreño realizó varias peticiones al aire para las instituciones públicas, poniendo el foco en la creación de una oferta gastronómica identificativa de la ciudad que sólo es posible si se conserva el recetario tradicional malagueño. Por otra parte, destacó la importancia de la ampliación (o de la creación) de la «oferta para el turista de lujo», aunque matizó que «lujo también es comerte un espeto de sardinas». Sin embargo, para ella «Málaga ha de ser capaz de traer esa parte que tenemos en Marbella hasta la capital: «No es políticamente correcto hablar de lujo, pero el lujo trae riqueza y posiciona a Málaga a que sea un destino aspiracional».
Publicidad
En este sentido, esta consultora ve en la ciudad la carencia de «un skyline», posicionándose a favor de la construcción de la Torre del Puerto y lo que simbolizaría para Málaga: «Nos faltan proyectos, hay que crear sitios que modernicen e identifiquen en una sola foto lo que es la ciudad». La charla finalizó con el diálogo con algunos de los asistentes, con quienes comentó la situación de algunos restaurantes perdidos en la ciudad, el apoyo que necesitan los chiringuitos más veteranos e incluso los lugares con mejor oferta gastronómica, mucho más allá de las estrellas Michelin.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.