El marrón de los Goya

Los Goya de este año, muy correctos, tuvieron tanto ritmo que cualquiera que se levantara un pelín se perdía cosas comentables. Yo, un poner, hasta la una de la mañana no me enteré de que el nuevo color de las estatuillas, del verde al marroncillo, ... era por el uso de bronce reciclado. Quedaban raros así, aunque pesen menos: también el minuto corto de los discursos ayudó a aligerar la noche. Pese a todo, para despachar la cuestión y contar algún chistecillo la cosa se alargó hasta las tres horas y media. La audiencia conseguida fue, con ligera bajada, muy notable: unos 2,7 millones de criaturas y el 23,4% de seguimiento. Miel sobre hojuelas para La 1, que triplicó su audiencia con uno de los eventos «patrióticos» del año y que sin duda es, para cualquier realizador o presentador, el marrón más criticado de toda la temporada. Dijo Nieves Álvarez, embutida en un diseño sin igual, que el chocolate era tendencia. Pero por allí vimos desfilar sobre todo muchos trajes negros igualatorios. Lo mismo el luto por Carlos Saura empujó a ello; un homenaje debido que propició un arranque solemne y emocionante, donde Carmen Maura y la familia del cineasta exhibieron clase, sinceridad y agallas. Enormes los guionistas por encapsular este momento del resto de la gala. Pasado el trance, vino la maratón, ay, que comentaremos también a modo telegráfico. Cosas que sí: los premios a 'As Bestas' o a 'Cinco lobitos'; la redonda realización; Antonio de la Torre y Clara Lago, eficaces pero poco presentes; el decorado con efluvios de setas sevillanas, los gráficos, la cálida voz en off de Susi Sánchez o la ironía de Méndez-Leite. Cosas que no: la nula presentación de las películas candidatas para la audiencia poco cinéfila, o ver a Lolita sola en el voluntarioso tributo a su madre. Cosas que «meh» (o sea, que ni fu ni fa): el intento de Pablo López e Israel Fernández de experimentar a lo Lagartija Nick /Enrique Morente. Un dúo efectista, pero menos gustoso de ver que lo de Guitarricadelafuente, de dulce en el siempre doloroso obituario anual.