Mariché López, bailaora, coreógrafa y actriz: «El flamenco me ha enseñado que el cuerpo es infinito»

Coreógrafa, bailaora, bailarina, actriz y profesora de danza para actores (ahora en la ESAD de Sevilla), Mariché López habla con su cuerpo un lenguaje propio, aprendido tras años de teoría, práctica y experimentación. Su canal de expresión es desde hace unos años La Pícara, la compañía que ha fundado junto al iluminador Sergio Rodríguez. 'Material' es su segundo trabajo, una obra estrenada en 2020 a escasos días de que la pandemia cambiara el mundo y que ahora lucha por relanzar. Los cuatro Premios Ateneo de Teatro que acaba de recibir son su mayor aval: mejor espectáculo de danza, dirección, actriz e iluminación.

–Ese reconocimiento en estos momentos tan complicados, ¿ha tenido ya resultados?

–Estamos intentando que lo tenga. De momento, nos van a programar en Diputación. Pero estamos intentando que salgan más cosas. Luchando.

–En cualquier caso, suponen una inyección de moral.

–Claro. Es muy bonito y entrañable que te reconozcan así los compañeros. ¡Y han sido cuatro premios! Creo que el espectáculo merece la pena. Estoy contenta por poder hacer un proyecto que me apasiona, seguir creando y apostando por mi lenguaje. Eso da más confianza para seguir trabajando y proyectando nuevas cosas.

–'Material' es un homenaje al cuerpo, a lo tangible. ¿No es así?

–Sí. El cuerpo es el instrumento de la bailaora, se pone en acción y a través de él es por donde transita todo el arte, todos los sentimientos y todo lo que pasa por él cada vez que este se mueve. Es el cuerpo como transmisor y el cuerpo como lo que te toca, lo tangible, lo real y presente.

–¿Y ese cuerpo duele con el flamenco?

–Duele, duele (ríe). Pero duele y da alegría, un poco de cada cosa. A veces los dolores son pequeñas búsquedas. Una en el dolor también encuentra algo positivo. Duele pero también alimenta.

–¿Le gusta poner el cuerpo al límite?

–Sí, todo lo que se pueda. Intento poner pequeños retos. En 'Material' se muestra mucho el cansancio físico, de cuando no se puede y una continúa. Cuando llegas al límite es cuando encuentras otros caminos posibles, se abren otras posibilidades y siempre es interesante conocerlas.

–Para usted el flamenco es como un campo de experimentación para el movimiento.

–Llevo bailando desde chiquitita. Durante un tiempo, al ser también actriz y bailarina, me he interesado por un flamenco que investigue un poco más. Aparte del flamenco puro y por derecho, que a mí me encanta ejecutarlo y bailarlo, también me gusta abrir otras vías de investigación, de conocer tu cuerpo y las herramientas que se ponen en escena. Ese es un camino para seguir buscando y no aburrirte.

–Con esta experimentación que hace a través del flamenco, ¿ha llegado a alguna conclusión?

–La conclusión a la que llego, lo que me ha enseñado, es que el cuerpo es infinito, hay millones de maneras de hacerlo. Me encanta. Con esta nueva generación del flamenco se está viendo que es un arma viva, un arte vivo. Porque el arte está para disfrutarlo y experimentar con él.

–¿Cómo se pasa del tablao a 'Material'?

–Son dos puntos de vista distintos. El tablao es una comunión muy real y viva con unas personas que tienen ciertos códigos. Y 'Material' es una obra de escena, con una dramaturgia, que tiene un hilo conductor, una puesta en escena. El planteamiento es otro, es vivir algo en escena con un recorrido entero, y no pequeñas piezas como ocurre en el flamenco. 'Material' sale de la necesidad de seguir investigando con el flamenco y de llevarlo al teatro con otra estética y perspectiva. Porque 'Material' es flamenco aunque no haya demasiadas cosas flamencas.

–¿Se puede ser transgresora y clásica a la vez?

–Yo me considero una persona que le gusta vivir lo que hace. En realidad mi manera de bailar viene de lo puro, de lo antiguo y lo clásico, pero lleva a otro sitio. No se basa solo en el flamenco de raíz sino que tira hacia otros elementos más contemporáneos en la danza. En ese sentido se amplía, no sé si soy transgresora, pero sí quiero aunar y mezclar las cosas que el cuerpo te propicia.

–Alguna vez ha dicho que tiene a Rocío Molina como referente. A ella le ha costado que la entiendan. ¿Siente lo mismo?

–Gracias a ella y a muchas que ya lo han hecho antes, cada vez somos menos incomprendidas. En realidad, comprender el arte tampoco tiene mucho sentido. Es vivirlo. Rocío Molina lo que hace es darse y entregarse, y por eso nos gusta tanto porque, aparte de sus cualidades maravillosas, lo que hace es sentir que eso está vivo delante de ti. Esa capacidad que tienen estas personas de transgredir y hacer con su cuerpo lo que quieran es una maravilla para seguir. Yo ahora mismo me siento muy acompañada y contenta porque la gente está valorando 'Material'.

–Es difícil ponerle una etiqueta: es bailaora, actriz, bailarina...

–Sí. Soy bailaora porque es lo que más tiempo llevo haciendo. Pero también me considero bailarina porque trabajo otros tipos de danza. Y también actriz, porque trabajo desde la interpretación y los elementos del cuerpo. Y creadora, y espectadora... Etiquetarse muchas veces es ponerse palabras para definir algo, pero las palabra no nos definen totalmente. Y aparte soy muy buena hija (ríe).