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Era abogada laboralista y mercantil, pero hace diez años que la literatura se cruzó en su camino. Un camino que comenzó con 'Puerto escondido', una novela negra que supuso el comienzo de una serie compuesta por seis libros. Ahora, tras una década, se aleja del aniversario y se despoja de nostalgia para presentar un libro diferente a estos: 'El albatros negros'. Y lo hace con una editorial nueva: la escritora viguesa María Oruña hace su última publicación de la mano de Penguin Random House tras ser firma estelar de Planeta. «No me da vértigo porque sé el esfuerzo que le dedico a cada libro. Sé que es lo mejor que he podido hacer», aseguró la novelista al periodista Alberto Gómez durante la presentación de su última obra en el Aula de Cultura de SUR, que cuenta con el patrocinio de Fundación Unicaja y Cervezas Victoria.
La documentación es clave en los libros de María Oruña. Un proceso de investigación que para 'El albatros negro' duró un año. La «idea primitiva» de este libro era encontrar un tesoro real e investigarlo para introducir a los lectores en esta fase. «Tenía que ser algo emocionante para que yo también me emocionase y eso se trasladase en el teclado y a los lectores», señaló. Sin embargo, no econtraba ninguno: hasta que entró en escena Vigo, su cuidad. «Sabía que había habido una batalla allí que se habían hundido galeones, pero habían sido expoliados», destacó. Sin embargo, cuando ya tenía varios viajes planeados, apareció en un archivo un tesoro real vinculado a los galeones de Rande que no estaba expoliado y nadie sabía dónde estaba. «Debería tener órdenes de alejamientos de todos los archivos de España», bromeó la escritora, quien destacó a la Iglesia como una fuente de información.
Vigo aparece en esta novela como un personaje más. «Mi sensación es que no tenemos un ambiente muy patriótico. Los cruceristas suelen coger un autobús e ir a Santiago de Compostela. Se supone que Vigo es una ciudad industrial y que su historia del casco viejo no daba para mucho», contó María Oruña, quien también desmiente estos mitos con 'El albatros negro'. La escritora indicó que la historia de este casco viejo nunca se les enseñó en el colegio. «Vigo fue puerto corsario, había un extraperlo tremendo, estaba amurallado...», destacó.
'El albatros negro' se mueve en una línea temporal con una diferencia de tres siglos. «Fue complicado porque en Galicia, finales del siglo XVII, es conocido como los siglos oscuros. No hay documentación. Me resultó difícil ver de qué forma hablaban», desveló. La viguesa desveló que no hay literatura local ni obras de teatro y tuvo que centrarse en la documentación epistolar y bélica, así como del padre Feijóo y sus escritos. «Quería ver qué se ambicionaba, qué enfermedades había... Me compré libros de la época. Ya sé leer cualquier pergamino», apuntó.
Este nuevo libro, que es un guiño a las novelas de aventura, llega de la mano de la editorial Penguin Random House tras diez años con Planeta. «Los escritores somos autónomos y libres. Consideré que era lícito, incluso conveniente que, después de diez años en la misma editorial, probase con otra casa cuando no había trabajado con otro equipo», confesó, además añadió que fue una decisión propia que no estuvo motivada por causas económicas, sino por un «crecimiento profesional». «Hay que arriesgar. Si lo piensas, todos mis libros son muy arriesgados. ¿A quién se le ocurre hacer una novela de aventuras con guiños a Julio Verne y bridándola con novela policiaca, histórica y detectivesca? A mí», reflexionó la viguesa sobre 'El albatros negro'.
«Yo soy un poco quinqui a veces, me hace todo gracia», respondió María Oruña al ser preguntada por la impostura en el mundo de la literatura. Una manera de mirar la vida que achaca a su profesión anterior: la abogacía. «Después de venir de defender cosas muy serias, me voy a una entrevista y sé perfectamente que titular van a sacar. Sé que se va a descontextualizar a veces... Me lo tomo todo con humor», afirmó.
Una profesión que le ha permitido conocer a muchos compañeros y viajar, entre otras cosas, además puede vivir de ella. Algo que sólo consigue un pequeño porcentaje de los escritores españoles. «Jamás soñé vivir de la literatura porque jamás soñé con ser escritora», indicó.
María Oruña también confesó que, al principio, sentía el síndrome de la impostora. «No tengo formación literaria, nunca he hecho cursos de creación literaria... Siempre tenía esa sensación de qué pinto aquí», reflejó.
Tras superar esos complejos, la escritora tiene claro el procedimiento: «Las historias hay que buscarlas, hay que ponerse las botas y salir a caminar».
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