Manuel Martínez Velasco es muy respetuoso, excesivamente disciplinado y extremadamente responsable. A veces demasiado. Confiesa que desde que empezó con los ensayos de 'La habitación de María' ha adelgazado 10 kilos. Con 'El funeral', la obra anterior, perdió 12. Al autor y director le puede ... la presión de estar a la altura de una saga tan conocida en este país, encabezada por su madre, Concha Velasco. Sabe que cuando coincide con ella en la escena tiene encima el foco de la crítica, pero no quiere dejar pasar la oportunidad de trabajar con «la Meryl Streep» española. Por eso, Martínez Velasco vuelve a escribir para ella, aunque en esta ocasión cede los mandos –y parte de la presión– a José Carlos Plaza. El 2 de febrero 'La habitación de María' llegará al Teatro Cervantes, en el marco del 38 Festival de Teatro.
Publicidad
–Dice que 'La habitación de María' es el texto más personal que ha escrito nunca. Explíqueme eso.
–Lo escribí en el verano de 2019, pero parece que está escrito en las circunstancias tan tremendas que estamos viviendo ahora, porque trata de una mujer confinada en su casa en contra de su voluntad. Es una escritora de 80 años que tiene agorafobia, lleva media vida encerrada, pero decide enfrentarse a todos sus miedos porque el rascacielos en el que vive en Madrid se prende fuego. A mí no me ha pasado todo eso, pero sí que todas las reflexiones que hace el personaje de Isabel Chacón en voz alta es lo que pienso yo.
–Por ejemplo, habla de trabajo. ¿Qué reflexión hace sobre eso?
–Soy una persona muy responsable, muy hormiguita y disciplinado. Me tomo el trabajo como lo más importante de la vida y no debería ser así. Cuando escribo me doy cuenta de que no he comido porque hasta que no escribo cinco páginas no bajo el culo de la silla. Antepongo mi carrera profesional, sacrificando relaciones sociales. Eso le pasa a este personaje.
–Y, ¿qué piensa sobre la familia?
–He heredado de mi madre el tener que controlar muy bien mi vida porque estamos expuestos bajo el foco mediático. Soy muy reservado, mucho. Todas mis cosas las llevo muy para adentro. Algunas veces sale alguna cosa familiar que a mí no me apetece que salga. No porque sea malo o bueno, sino porque pertenece a nuestra intimidad. En la función, ella es una escritora tan conocida que no ha podido llevar cierto duelo en secreto; hay cosas que ha intentado llevar para adentro, con el miedo de que saliera a la opinión pública y los lectores no quisieran comprar sus libros porque les cayera mal.
Publicidad
–Usted ha sido un hijo ejemplar. Siempre ha sacado muy buenas notas, es muy aplicado, discreto... ¿por no dar de qué hablar?
–Soy una persona muy tímida y reservada, pero porque mi vida es asquerosamente aburrida. No me investigan mucho porque se van a aburrir. Me dedico al teatro, al cine, a la tele, hablo de cine en los medios, ahora he hecho una pequeña película de terror, de vez en cuando colaboro con mi madre... Y soy feliz en mi casa leyendo, escribiendo y viendo películas.
–En el programa de mano dice: «De lo que más creo que sé es de la obligación autoimpuesta de cumplir con todo lo que los demás esperan de ti». ¡Vaya!
–Claro. Yo vengo de una familia de artistas maravillosos. Mi tío es un operador de cámara fantástico, mi prima Manuela Velasco es una actriz maravillosa y mi madre es de sobra conocida. Cuando yo escribo para mi madre la gente está esperando que yo sea Tennessee Williams o Jardiel Poncela. Es muy difícil, hablamos de genios literarios. Esa presión sí que la siento yo, no porque me la den los demás sino porque me autoimpongo el tener que estar a la altura porque mi familia es gente muy talentosa. Yo firmaría estas obras de manera anónima para que la gente no dijera '¡Ah! bueno, es que la ha escrito el hijo!' Me gustaría que el teatro o el cine fueran como los exámenes de selectividad, que son anónimos. Cuando yo voy al cine intento no saber quién es el director hasta acabar la película, intento empaparme de lo que me ofrecen al margen de quien lo haya hecho.
Publicidad
–Esperan que el hijo de la mejor actriz sea el mejor autor y director. Eso...
–Es imposible. Pero en una balanza siempre queda lo positivo y somos unos privilegiados por poder dedicarnos a esto.
–'El funeral', la primera obra que escribió para su madre, recibió duras críticas. ¿Cree que hubiera sido diferente con otra firma?
–No lo sé. 'El funeral' era un encargo de mi madre que venía de hacer unos dramas que la dejaban agotada y quería hacer una cosa muy ligera, como una merendola infantil. Esa fue la consigna. Hubo críticas buenas y malas. Algunas eran malas hechas con cariño, alguna buenas hechas con cariño y algunas malas...
Publicidad
–Con mala leche.
–No... pero yo me preguntaba qué había pasado ahí, porque el público se reía muchísimo. ¿Que era una comedia ligera? Sí, no tenía otra pretensión. Nosotros intentábamos ofrecer un montón de risas muy disparatadas y muy locas. Hubo mucha gente a la que le gustó y personas a las que no. Pero es como un profesor que te pone mala nota y luego te insulta. Bueno, ya me has puesto mala nota, no hace falta que me insultes.
–A lo mejor tampoco hay que leer todas las críticas...
–Eso me dice José Carlos Plaza. Es que es mi carácter. Soy respetuoso con el público, con la crítica y con la prensa.
–En 'El funeral' dirigía usted a su madre. Aquí deja la dirección a José Carlos Plaza. ¿Ha preferido tomar distancia?
Publicidad
–Sí. Se juntaron muchas cosas. Este texto era tan personal que yo no quería involucrarme demasiado. Y si te digo la verdad, a mí me tranquilizó mucho saber que había alguien tan importante y tan sabio como José Carlos Plaza, porque de alguna manera ya no tenía yo esa presión. 'El funeral' era algo muy arriesgado, no solo porque la dirigía yo sino porque era algo muy loco que mi madre no había hecho nunca. Y yo asumí todo. Y soy muy sensible. Yo leía nueve críticas buenas y una mala, y esa mala me dejaba hecho polvo una semana. Me sirvió para aprender y para decidir que en la próxima no quería cargar con toda la responsabilidad. Y en 'La habitación de María' no es que espere que digan cosas bonitas, es que espero que les guste. De verdad que está hecha con mucho cariño. Quiero, deseo y necesito que le guste al público.
–Parece que tiene la necesidad de gustar a todos.
–Aspiro a un imposible que es gustar a todo el mundo, sí. Pero no conozco a nadie que no quiera gustar.
–Entonces, ¿no volverá a dirigir a su madre?
–Es que mi madre es Meryl Streep en este país. ¡Cómo me voy a perder yo esa oportunidad!
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.