Hay algo que solo pasa en el flamenco cuando dos o más artistas coinciden en un mismo espacio. Basta con que uno se arranque con las palmas para que otro empiece a cantar y alguno salga a bailar. Necesitan muy poco para que se encienda ... la mecha jonda. Sucede cuando citamos a siete de ellos de distintas disciplinas en el histórico Acueducto de San Telmo de Ciudad Jardín. El objetivo es hablar del arte, de la recién aprobada Ley del Flamenco y de la agenda que de forma inédita se despliega por delante en la provincia: 40 espectáculos jondos en 39 días. Pero cuando se juntan para la foto, aparece un improvisado cuadro flamenco: Rocío Bazán canta mientras Juan Requena rasguea la guitarra y Ana Pastrana baila, con las palmas nada menos que de Virginia Gámez, Bonela Hijo, Nieves Rosales y Chelo Soto. Por un instante surge esa conexión espontánea que hace único a este Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
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Trece años después de aquel reconocimiento de la Unesco, la Junta de Andalucía dota por primera vez de un marco jurídico al flamenco con una legislación para su protección, divulgación y conservación. Sobre el papel, incluye la aprobación de un Plan General Estratégico que marque la hoja de ruta del flamenco, la creación de una Comisión Asesora y de un registro de profesionales y entidades, y la incorporación de la enseñanza del arte jondo en el sistema educativo andaluz, entre otras medidas.
En el mundillo hoy no se habla de otra cosa. Y no hay consenso. Para la bailarina jonda Nieves Rosales (Premio Lorca, Premio Ateneo de Teatro), es un «avance importante» en la apuesta por expandir esta cultura más allá de los conservatorios. «Muchos aún no se conciencian de que el flamenco es nuestra cultura y una forma de vida. Que entre en los colegios puede ayudar a que eso cambie», coincide la bailaora Ana Pastrana, flamencóloga, Premio Efebo de Antequera, profesora de su propia escuela y presidenta de la Biblioteca Flamenca de Archidona.
Pero entre los más veteranos se palpa el desencanto y el escepticismo ante un discurso que ya les suena repetido. «El nombramiento de Patrimonio Inmaterial no valió absolutamente para nada. No confío en que esto sea distinto», reflexiona Bonela Hijo, voz imprescindible del cante en Málaga. «¿Quién hace la ley? ¿Un flamenco o un político? Y ese es el problema, que no saben realmente cómo funciona esto. Al final, los que vamos a seguir protegiéndolo vamos a tener que ser nosotros mismos», añade el guitarrista Juan Requena.
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Echan de menos un contacto más directo con lo que llaman «la clase media del flamenco». «Todos los que estaban en la foto con el presidente de la Junta son gente top. Si tú hablas con los top, te lo van a plantear de una manera muy diferente a como te lo podemos plantear nosotros o el que trabaja en los tablaos para comer», reflexiona Requena, que ha puesto el toque para grandes como José Valencia, Farruquito, Eva la Yerbabuena y Rocío Molina, entre otros.
«La clase media del flamenco necesitamos la ayuda que le dan a los que están arriba. No se le puede dar a uno que ya es un cabeza de cartel 50.000 euros para hacer un espectáculo, y los demás arañando y pasando fatigas para llevar un estreno a un teatro», declara la esteponera Rocío Bazán, Giraldillo de la Bienal de Sevilla y una cantaora de mundo que ha pisado cuatro de los cinco continentes. Aun así, como la mayoría, le da un voto de confianza a la normativa: «Esto es un primer paso, ahora hay que desarrollarlo». «Son buenas intenciones. Ojalá aporte algo», comparte la cantaora Chelo Soto, habitual de la compañía de Joaquín Cortés. Virginia Gámez, una de las voces más reconocidas de los circuitos flamencos de Andalucía, asiente con la cabeza.
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Más allá de la ley, algo está cambiando en el flamenco. El cante, el baile y el toque se desestacionalizan en Málaga, dejan de ser manifestaciones artísticas casi exclusivas de los festivales de verano y de las actividades de las peñas y tablaos para entrar en los teatros con ciclos estables y no solo con fechas puntuales.
El pasado mes de febrero se celebraba la tercera edición del programa Flamenco en el Soho, en el Teatro del Soho CaixaBank, con Estrella Morente, Eva Yerbabuena y Manuel Liñán entre otros en cartel; y este miércoles comienza la segunda entrega de Flamenco lo serás tú en el Cervantes con Alba Molina junto a Pepe Rivero, Diego del Morao con Dani de Morón, Farruquito y los malagueños Bonela Hijo y Juan Requena. Una semana después, el 29 de abril, se inaugura la VIII Bienal de Arte Flamenco en Málaga, que a diferencia de años anteriores opta por concentrar ahora toda su programación en algo menos de un mes (antes duraba hasta seis meses), dando protagonismo a la mujer y abriéndose a la vanguardia del baile flamenco.
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En este encuentro de los siete artistas junto al acueducto se evidencia la diversidad del arte jondo hecho desde Málaga. Y es curioso: todos admiten que en su ámbito falta conciencia de grupo, no hay unión para defender juntos sus derechos, pero en las distancias cortas se admiran, se apoyan y se animan unos a otros.
Empieza Bonela Hijo: él abre la agenda de Flamenco lo serás tú el miércoles 19 de abril en el Teatro Cervantes con la presentación de un disco propio 23 años después del anterior (20.00 horas, 24 euros). «¡Tenía pelo!», bromea el cantaor ante las risas de sus compañeros. La falta de apoyos eternizó el proyecto, que finalmente sale adelante por la colaboración de numerosos artistas. 'Bonela' reúne una colección de temas nuevos arraigados en la tradición, con toques especiales, como un cante en directo junto al órgano de la Catedral. Le arropan las guitarras de Daniel Casares y Bonela Chico, su hijo; y el baile de Sara Sánchez.
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Cierra Juan Requena: él clausura el ciclo del teatro el domingo 23 de abril (19.00 horas, 24 euros). «Estoy 'matao' a estudiar, blanco transparente», ríe el guitarrista. Ha pisado las tablas del Cervantes muchas veces, pero esta será la primera vez que lo haga como protagonista. «Es emocionante, y también supone mucha responsabilidad», admite. Presentará 'Cenachería', el que será su segundo disco, un repertorio que expone al público antes de grabarlo para ponerlo a prueba. No será un recital de guitarra sin más –«Eso ya no lo aguantamos ni los mismos guitarristas»–, sino un espectáculo con invitados del nivel de Miguel Poveda, El Pulga y Delia Membrive al cante; y Antonio Jesús Carmona y Sergio Aranda al baile.
La Bienal de Flamenco, organizada por la Diputación, toma el relevo en la programación el 29 de abril con hasta cuatro propuestas el mismo día. Manuel Liñán, Premio Nacional de Danza 2017, asume la gala inaugural en el Auditorio Edgar Neville con un homenaje a Carrete (24 euros). Paralelamente, el baile absolutamente personal de tres malagueñas recorrerá la provincia: Luisa Palicio estará en Archidona, La Chachi en Casabermeja y Nieves Rosales en Ojén. Allí, en la plaza de Andalucía, Rosales bailará por todas las mujeres sin nombre en 'Mujer silencio' (19.00 horas). «Mi abuela, tu abuela, su tía... mujeres que han hecho mucho por nosotras y de las que se habla poco». Bailarina contemporánea de base flamenca, la malagueña se reencuentra después de muchos años con su cuerpo jondo y profundiza en la tradición del imaginario femenino para su debut en la Bienal.
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Bonela reaparecerá poco después, el 1 de mayo, acompañando con cantes de trilla y de arar a Luz Arcas en 'Mariana' (Teatro Echegaray. 20 euros. 20.00 horas), su representación de la mujer como bestia de carga que le acerca al flamenco desde el folclore. Este fin de semana, precisamente, está en los Teatros del Canal de Madrid.
Las mujeres son también el nexo de unión de 'Jondura sinfónica', la propuesta de Rocío Bazán para el Teatro de las Lagunas de Mijas (12 de mayo. 12 euros. 20.00 horas). Ellas acompañan al público en un viaje musical y literario por la obra de tres hombres que han marcado la vida artística de la cantaora: Eduardo Ocón, Federico García Lorca y Manuel de Falla. «Y van a suceder muchas cosas», anticipa. Una producción que se mueve entre lo teatral y lo musical, donde el flamenco y el repertorio clásico se dan la mano.
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En otro punto de la provincia, en la solemnidad de la Real Colegiata Santa María la Mayor de Antequera, se citan dos generaciones y dos estilos de cante: el sevillano José de la Tomasa y la malagueña Virginia Gámez. 'Sierpes y Larios' (16 de mayo. 20.00 horas. 15 euros) simboliza la unión de dos pueblos de larga tradición flamenca a través de dos de sus voces más representativas. «La oportunidad de cantar con el maestro es súper ilusionante, es un gran honor que haya confiado en mí», confiesa Gámez.
Y Ana Pastrana al baile y Chelo Soto al cante son 'Comadres' en el estreno que llegará en la recta final de la Bienal al Centro Cultural MVA de calle Ollerías (24 de mayo. 20.00 horas. 15 euros). Un espectáculo con guion y letras de José Luis Ortiz Nuevo que se plantea como una charla de dos mujeres en la intimidad de su casa, donde la palabra se baila y se canta. En la conversación afloran recuerdos e historias del flamenco olvidadas, como el motivo de la huida del Piyayo a Cuba o el asesinato de El Canario. «Nos contamos todas estas cosas como dos marujas», dice Ana. «A veces estamos actuando y otras veces bordando, de repente somos niñas y al momento nos sentimos viejas», relata Chelo. Y sin guitarras: con el bajo eléctrico de Juanfe Pérez y la percusión de Javier Rabadán.
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Pero la oferta flamenca de la Bienal incluye mucho más, con referencias nacionales como Mayte Martín, Tomatito y Marco Vargas & Chloé Brûlé; y una apuesta decidida por los nombres de la tierra. Uno sobresale: Rocío Molina. Por primera vez el ciclo invita a la 'danzaora', Premio Nacional de Danza, Medalla de Oro de las Bellas Artes y León de Plata de Venecia, una deuda incomprensible que ha tardado demasiado tiempo en saldarse. Con Riqueni, La Molina llevará el 7 de mayo al Teatro Municipal de Torrox 'Inicio (Uno)', la primera parte de su trilogía de la guitarra.
El 10 de mayo, en el Teatro de Nerja, será el turno de la última ganadora del Premio Desplante del Festival de las Minas, la malagueña Irene Lozano con el espectáculo 'Las mujeres que habitan en mí' (15 euros), con dirección escénica de La Lupi. También estará quien justo un año antes se hizo con ese mismo galardón: el esteponero Rafael Ramírez bailará su 'Recelo' en el Auditorio Edgar Neville de Málaga el 22 de mayo (15 euros). Y suma y sigue. Ana Almagro, Águeda Saavedra, Rubén Lara y muchos otros contribuyen a que Málaga se ponga flamenca en primavera.
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