La última tarde de Paquirri en La Malagueta

Paquirri estuvo anunciado dos tardes en la Feria de Málaga de 1984. La primera de ellas fue en la segunda de abono, celebrada el miércoles 8 de agosto y en un cartel, muy habitual en esas fechas, de toreros-banderilleros ya que estuvo acompañado por Luis Francisco Esplá y Vicente Ruiz 'El Soro' ante reses del hierro sevillano de Hermanos Núñez Moreno de Guerra –se lidiaron cuatro– y Carlos Núñez (dos). El diestro gaditano actuó en ese festejo recién salido de una lesión producida unos días antes en la plaza de Huelva y de la que se resintió el mismo día de la corrida en el Hotel Málaga Palacio cuando se vestía de torero. Sin embargo, el propio diestro reconoció que esa lesión no le había molestado en el ruedo, donde las nulas opciones de sus oponentes provocaron que su labor fuera silenciada tras sendas faenas, mientras que Esplá cortó dos orejas y una se llevó El Soro.

«El toro que abrió plaza salió muy distraído y lo primero que hizo fue levantar las tablas de la barrera y meterse tranquilamente en el callejón. Luego se empleó en el caballo y cumplió en banderillas, tercio que cubrieron los tres matadores. La faena de muleta la basó Paquirri en la mano izquierda, con la que instrumentó unos naturales aceptables, pero sin la vibración necesaria para llegar a los tendidos. Con la derecha no se acopló, porque el toro no iba bien por ese lado e incluso en una ocasión se vio a Paquirri dudar, lo que en él es algo casi insólito. Tiró a abreviar y mató de dos pinchazos y estocada. El público se enfadó con él». Así recogió el crítico taurino de SUR Pacurrón la actuación de Paquirri en el primero.

No tuvo mejor suerte el diestro en el segundo de su lote. Así lo contó este periódico: «La primera decepción del público en el cuarto se produjo al no banderillearlo Paquirri. Un detalle que nos reitera en la opinión de que no se encontraba en plenas condiciones físicas. Empezó bien la faena de muleta, pero el público le hizo patente su enfado desde el primer momento y tras un trasteo reposado sobre ambas manos y en vista de que los espectadores no le perdonaban su negativa a banderillear amén de que el toro no ofrecía opciones, abrevió».

Tres días después de este festejo, Paquirri volvió a hacer el paseíllo en La Malagueta, acompañado por Ojeda y El Soro. Tampoco esa tarde, a la postre su última en Málaga, pudo triunfar en la plaza donde lo hizo en tantas ocasiones. «Su primero fue un manso integral que entró seis veces al caballo y huyó dando coces otras tantas. Como Paquirri no había banderilleado, el público le recibió con desagrado e hizo callar la música cuando empezó a sonar. Paquirri le dio pases de tanteo y se echó la muleta a la izquierda, consiguiendo unos excelentes naturales en los que adelantó el engaño y llevó suavemente al toro. Parecía que este, como ocurre con otros mansos, iba a servir, pero en cuanto cambió de mano y quiso torearlo con la derecha, el de Píriz volvió grupas y se fue al otro lado de la plaza. Paquirri volvió a torear con la zurda y tras unos rodillazos, mató al manso de media y estocada corta. Escuchó una ovación», recogió la crónica de SUR.

«El segundo fue un toro deslucido, sin recorrido, al que Paquirri intentó robarle pases dejándole la muleta en la cara, unas veces, no obligándolo nunca, porque el animal no lo admitía, y queriendo aprovechar sus conatos de arrancadas poniéndose cerca y con la muleta retrasada. Pero todos sus esfuerzos resultaban baldíos, porque el toro se resistía a embestir. Lo mató de pinchazo, media y dos descabellos y el público silenció su labor», añadió la crónica.

La tristeza del diestro por su actuación aquella tarde quedó patente en las declaraciones efectuadas a Paco Cañete en SUR: «Me voy muy triste. Pocas veces me he quedado sin cortar orejas en la plaza de Málaga». Asimismo en ese momento, Paquirri contaba con volver a actuar en La Malagueta antes de que concluyera la temporada de 1984 en una corrida prevista para septiembre que finalmente no llegó a celebrarse. «Siempre que me lo pidan vengo a Málaga, pero de momento no han hablado de la corrida de septiembre», dijo. Cuando septiembre enfilaba su recta final, un toro hirió al torero, que falleció horas después tiñendo de luto y dolor a la tauromaquia.