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Nadie se explica por qué ha permanecido silenciada durante más de 170 años. Francisco Asenjo Barbieri, compositor de más de 70 zarzuelas, escribió una ópera ... magistral en su juventud que jamás estrenó. Primero por desacuerdos con el director de orquesta, después por una crisis socioeconómica que se llevó por delante a la compañía. 'Il Buontempone' la tituló. El mundo de la lírica sabía de su existencia, pero nadie planteó su recuperación. Hasta que hace un par de años Víctor Trueba, tenor, actor y director de la compañía Camerata Villa de Madrid, encontró el manuscrito original en la Biblioteca Nacional. Este fin de semana, siglo y medio después de ser escrita, 'Il Buontempone' vivirá su estreno absoluto en Madrid con tres malagueños en el proyecto: el director musical Alejandro Escañuela, la soprano Paloma Alvelo y el barítono Marcelo Solís.
'Il Buontempone' se pone en escena este sábado y domingo en el teatro de la Escuela Superior de Canto de Madrid con un equipo joven –desde los artistas hasta los técnicos–, en su mayoría estudiantes o recién graduados vinculados a la Camerata Villa de Madrid. La Orquesta Orbis (de la Asociación Cultural Orbis) interpretará la música de Barbieri, a los mandos de Alejandro Escañuela, alumno de último curso de dirección musical en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid.
«Si se conoce la historia, se puede comprender el grado de presión que tengo», avanza el malagueño. Cuentan que Barbieri empezó esta ópera bufa cuando todavía era alumno del Real Conservatorio de Música de Madrid, como Alejandro. Su maestro, Ramón Carnicer, intentó convencerle para estrenar allí mismo algunos coros en un concierto al que asistiría la reina Isabel II. Pero en los ensayos no le gustaba el modo en el que marcaba los tiempos el director de orquesta y pidió ser él quien llevara la batuta. Se lo negaron y Barbieri abandonó el conservatorio con su ópera.
«Prefirió que se quedara guardada en un cajón a que fuera mal interpretada», analiza Escañuela, que no puede evitar preguntarse qué diría el compositor de sus 'tempis'. «Intento ser lo más fiel posible a lo que él quería siguiendo no solo sus indicaciones sino haciendo caso de las tradiciones de las que Barbieri bebe», argumenta. El director musical le define como un compositor belcantista fuertemente influenciado por Bellini, Rossini y Donizetti. Incluso en esta ópera hay pasajes que recuerdan al 'Rigoletto' de Verdi «¡que fue compuesto cinco años después!».
Barbieri la terminó con tan solo 24 años, en 1847, con libreto de Calisto Bassi. El argumento es sencillo: una historia de amor imposible entre una chica pobre y el dueño de un taller de carruajes, con varias subtramas. La ópera se estaba ensayando en un teatro de Madrid, no se sabe si en el Teatro del Circo o en el Circo de Paul, con vistas a su puesta de largo cuando se produjeron los motines de 1847. La crisis derivada de la Segunda Guerra Carlista hizo quebrar a la compañía responsable del estreno. Barbieri, tras tantas frustraciones, renunció a recuperarla y se entregó por completo a la moda del momento, la zarzuela.
«Su música es maravillosa. Refleja muy bien la escritura de la época, es un rol de coloratura, muy virtuoso y muy completo», analiza Paloma Alvelo. La soprano malagueña, estudiante de tercero de la Escuela de Canto, debuta en la escena con el rol protagonista de esta ópera jamás interpretada. «Y eso lo hace muy especial», reconoce la joven. Su 'Michelina' es una joven «empoderada» que lleva las riendas de su vida pese al profundo respeto que tiene a su padre. «Así creemos que Barbieri la pensó».
Porque todos han tenido que hacer un arduo trabajo de investigación, de escudriñar entre las palabras del autor y compositor para encontrar pistas sobre cómo eran esos personajes en su cabeza. El rescate del rol de 'Ghiringhello' ha sido el Trabajo Final de Grado del barítono malagueño Marcelo Solís. Se informó de la historia de la ópera, del contexto en que vivió el compositor y de su música, para después profundizar en el libreto y buscar «cualquier detalle» sobre su personaje. Su 'Ghiringhello' es «el antagonista de la ópera, del que todo el mundo termina riéndose», explica el malagueño, que acaba de graduarse en la escuela al tiempo que trabaja esporádicamente con el Coro de Televisión Española. «Aunque tiende a ser bufo, tiene un aria complicada. Y la música es preciosa«, concluye.
Aún no se ha estrenado y ya se han interesado por esta ópera varios teatros. Pero hay uno en particular que a ellos les haría muchísima ilusión. «Más que el Real, lo más deseado por nosotros es poder volver a a casa y hacerlo en el Cervantes», asegura Escañuela. «Sería genial», añade Solís. «Muy especial», concluye Alvelo.
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