Málaga se come la manzana: El Espejo Negro, Alessandra García y el Teatro del Soho ganan el Max

Alessandra García logró que el grito que lanza sobre las tablas («Que alguien me pegue una 'patá' en la espalda y me saque de aquí») llegara esta noche a todo el país. La malagueña dio la sorpresa con el Max al mejor espectáculo revelación por su poderosa carta de presentación escénica, un montaje con el que esta «chica de barrio», de El Bulto, quiere ganarse un sitio en las programaciones de los teatros. De todos, no solo de las salas alternativas donde siempre la encasillan por su interpretación arriesgada, su afán experimentador y su apuesta por otra forma de hacer escena.

Vestida de verde esperanza, bailando por el patio de butacas y acompañada de Violeta Niebla –su compañera en la vida y en la profesión–, la malagueña subió feliz al escenario para recibir su primer gran reconocimiento tras años consagrada al lenguaje contemporáneo desde las bases como actriz, directora, performer y gestora cultural. «¡Qué bonita la palabra revelación! Descubrimiento o manifestación de algo secreto, oculto o desconocido», exclamó. Era su momento, pero se acordó de todos los que le han acompañado en esta aventura, de su familia natural y también de la que ella ha elegido: «Va para todas las personas que de repente han escuchado mi nombre y han dado un bote».

Quienes momentos antes habían saltado de sus asientos eran Ángel Calvente y Carmen Ledesma al escuchar el nombre de 'Cris, pequeña valiente' en boca de Samantha Hudson. El Espejo Negro conquistó el tercer Max de su trayectoria, de nuevo, en la categoría de espectáculo infantil o familiar. Pero este es «especial». «Porque Cris es una niña transexual que al nacer todo el mundo pensó que era niño. Los transexuales y la infancia existen», reivindicó. Calvente da un paso más en su teatro de títeres arriesgado y transgresor con una historia necesaria, dura y tierna a la vez.

El malagueño –que vestía una falda sobre un pantalón en un guiño al colectivo– pidió un aplauso para «todos esos niñes que viven con nosotros» y les envió un mensaje: «Ser diferente no es malo, es enriquecedor». Unas palabras especialmente dedicadas a «Nela, Paula y Alicia». A ellas les debe este último atrevimiento que le ha valido la manzana de plata que colocará junto a las ganadas por 'La vida de un piojo llamado Matías' (2009) y 'El fantástico viaje de Jonás el espermatozoide' (2012). «Nos avala para seguir luchando para visibilizar la infancia trans», concluyó Calvente, que no olvidó en sus agradecimientos al Soho, su aliado en la producción.

Pero al teatro de Banderas le esperaban aún minutos de gloria. 'Company' se alzó como el mejor espectáculo musical o lírico, un título que el Teatro de la Zarzuela arrebató a 'A chorus line' en la edición de 2020. Con este montaje, Antonio Banderas devuelve el brillo de Broadway al escenario de calle Córdoba y reafirma su apuesta por el género. «Queremos seguir luchando por las artes escénicas porque se necesitan en los tiempos que estamos viviendo, en los que parece que solo aquellas cosas grabadas existen», declaró Antonio Banderas en un mensaje de voz que envió al encontrarse de rodaje en Dublín. Le llevarán el premio a casa Aurora Rosales, directora del Soho, y su hermano y mano derecha Javier Banderas.

Los tres premios cayeron unos tras otros de forma ininterrumpida casi a mitad de la gala, cuando ya parecía que la noche no pintaba bien para Málaga. 'Company' se quedaba sin su Max a la mejor labor de producción. No hubo suerte tampoco en la categoría de intérprete femenina de danza, donde a priori la provincia partía como favorita con dos de las tres candidatas. Pero la manzana no la levantó ni Luz Arcas por 'Somos la guerra' (que tampoco se llevó el título de mejor espectáculo de danza) ni Rocío Molina por 'Vuelta a uno': se lo llevó Lucía Lacarra por 'In the still of the night'. También se quedó fuera del palmarés de mejor actriz y autoría revelación Alessandra García (el primero lo logró Mònica López por 'De què parlem mentre no parlem de tota aquesta merda'; y el segundo Sandra Ferrús por 'La panadera'), pero con que su nombre sonara una vez había conseguido el objetivo.

Al final de la noche se habían impuesto tres de los diez finalistas malagueños en unos premios muy repartidos que apostaron por 'Una noche sin luna' como mejor espectáculo del año con Juan Diego Botto como mejor actor.