Málaga estrena el «sueño final» de Carlos Saura: un homenaje a Picasso y el flamenco

En su testamento creativo, Carlos Saura fusiona dos de sus eternas pasiones: el flamenco y Picasso, a quien siempre quiso rendir tributo desde el cine con esa película sobre el proceso del 'Guernica' y Antonio Banderas que jamás pudo levantar. El teatro salda ahora, de alguna manera, esa deuda pendiente.

Con la figura del pintor siempre presente, Saura diseñó un espectáculo con dos partes: por un lado, una revisión de los famosos ballets en los que el pintor participó en la escenografía y en los vestuarios; y por otro, el arte jondo más revolucionario. Porque si, a principios del siglo XX, Picasso supuso una ruptura con sus originales puestas en escena, este montaje del siglo XXI aspira también a transgredir con una propuesta que vincula la danza contemporánea con el flamenco de vanguardia.

El elenco ya da muchas pistas: compartirán tablas el baile de la malagueña Rocío Molina y del sevillano Andrés Marín, dos Premio Nacional de Danza; y el cante de Rosario La Tremendita, Israel Fernández y Marina Heredia, tres nombres indiscutibles de la escena contemporánea.

«Como hubiera hecho Picasso hoy», Marín aplaude el poder estar rodeado de «referentes» del momento para ir más allá de la raíz, respetando siempre la tradición. Se siente «entusiasmado y afortunado» de formar parte de esto, al igual que la cantaora fuera de todo molde, La Tremendita. Para ella, 'Picasso y la danza' supone su reencuentro póstumo con «el maestro Saura», que la dirigió hace ya dos décadas y con quien rodó 'Flamenco, flamenco': «Siempre me ha ido guiando en mis pasos». Carlos Saura hijo les dirigirá siguiendo las tres máximas que aprendió de su padre: los artistas son «lo prioritario», hay que eliminar todo el atrezzo que no aporte nada y debe durar el tiempo justo.

Habrá flamenco, pero también ballets emblemáticos en su trayectoria como 'Parade' de Diaghilev y una coreografía clásica en recuerdo a su relación con Olga Khokhlova. 'El sombrero de tres picos' de Manuel de Falla, con la escenografía y el vestuario original que firmó el genio malagueño, cierra un espectáculo concebido para celebrar el Año Picasso por el mundo.

La obra hará su puesta de largo en Málaga, en una sola función con invitación, para después recorrer el país y parte del extranjero durante, al menos, los próximos dos años. «No había mejor forma de rendir tributo a un artista universal que impregnar cada rincón del planeta con su esencia», subrayó el consejero de Turismo, Cultura y Deporte, Arturo Bernal. El montaje, dijo Bernal, reivindicará su talento 'a lo Picasso': «Huyendo de convencionalismos y mostrando una cara distinta de un genio con mil aristas».

Bernal encabezó la alta representación institucional que arropó la presentación en los jardines del Museo Picasso Málaga, con la consejera de Economía, Carolina España; el secretario general para la Cultura, Salomón Castiel; y la delegada de Cultura, Gemma del Corral. Junto a ellos, entre otros, José M. Domínguez, presidente de Fundación Bancaria Unicaja, y Sergio Corral, director de la institución patrocinadora del espectáculo. Para Domínguez, esta propuesta representa «el concepto wagneriano 'Gesamtkunstwerk': una obra de arte total, nacida de la integración de diversas disciplinas creativas». En definitiva, dijo, una «obra irrepetible».