![Lorenzo Silva y Mohamed el Morabet, las dos caras literarias del Mediterráneo debaten en Málaga](https://s2.ppllstatics.com/diariosur/www/multimedia/2025/02/07/WhatsApp%20Image%202025-02-07%20at%2021.23.57-RLwUcfq8zMp5Vw1KZnxT1GP-1200x840@Diario%20Sur.jpeg)
![Lorenzo Silva y Mohamed el Morabet, las dos caras literarias del Mediterráneo debaten en Málaga](https://s2.ppllstatics.com/diariosur/www/multimedia/2025/02/07/WhatsApp%20Image%202025-02-07%20at%2021.23.57-RLwUcfq8zMp5Vw1KZnxT1GP-1200x840@Diario%20Sur.jpeg)
Secciones
Servicios
Destacamos
Este viernes 7 de febrero, en el Auditorio Christine Ruiz-Picasso del Museo Picasso de Málaga, se vivió un intercambio de reflexiones literarias, históricas y culturales sobre la compleja relación entre España y Marruecos, dos países con lazos milenarios. Gracias a Escribidores y su Festival ... literario de América y Europa, se dieron cita el escritor español Lorenzo Silva y al marroquí Mohamed El Morabet, en una confrontación enriquecedora moderada por Nathalie Hadj. Fue una oportunidad para abordar cómo la lengua, la memoria histórica y la experiencia migrante condicionan la identidad de quienes habitan ambos lados del estrecho de Gibraltar.
Durante este evento organizado por la Cátedra Vargas Llosa, con la colaboración de la Consejería de Cultura y Deporte, a través del Centro Andaluz de las Letras, Lorenzo Silva, ampliamente conocido por sus novelas, compartió su visión sobre los vínculos históricos entre ambos territorios. Para él, el punto de partida de esa relación fue la Guerra de África, un conflicto que definió el devenir de España mucho antes de la Guerra Civil.
Silva recordó su conexión personal con Marruecos a través de su abuelo, quien luchó en dicha guerra: «He escrito sobre Alhucemas antes de que existiera en el imaginario literario español. Marruecos ha sido un espejo constante para España desde tiempos fenicios». Según el autor, pese a la cercanía geográfica —«desde Tánger puedes ver España como si se te cayera encima»—, los lazos culturales han sido más frágiles de lo que deberían: «Hoy en día, lo único que une visiblemente a los dos países es el fútbol. Ves a jóvenes marroquíes con camisetas del Real Madrid o del Barcelona».
Mohamed El Morabet, nacido en Alhucemas y residente en España desde joven, ofreció una perspectiva diferente. Habló de cómo adoptó el español como lengua propia, aunque reconoció las dificultades de ese proceso. «Yo no domino la lengua; aspiro a que la lengua me domine a mí», confesó. Durante sus primeros años en Madrid, utilizaba el idioma únicamente para lo necesario, como hacer la compra o aprobar exámenes. Pero fue a través de la literatura que comenzó a sumergirse realmente en la cultura española: «Leía a autores españoles para mejorar mi español. Parafraseando a Joan Margarit, y llevándolo a mi terreno, los narradores escribimos en la lengua que hemos leído en los clásicos, y así fue en mi caso».
El Morabet explicó cómo en su ciudad natal, la convivencia entre españoles y marroquíes era natural en el pasado: «Mi abuela, al contar sus recuerdos de infancia, apenas distinguía entre unos y otros. Éramos vecinos del mismo barrio». No obstante, subrayó que su obra busca alejarse de enfoques políticos, centrándose en el desarraigo, la identidad migrante y el retorno. «El regreso al pueblo natal es frustrante. Tú has cambiado y el lugar también. Lo que recuerdas ya no existe; vuelves a un futuro, no a un pasado».
A lo largo de la conversación, ambos autores coincidieron en que el desconocimiento mutuo entre España y Marruecos sigue siendo una barrera importante. «La élite que gobierna Marruecos es francófona y tiende a ver a España con una mirada condescendiente, como si ellos mismos fueran franceses», señaló El Morabet. Silva, por su parte, lamentó que la literatura española apenas llegue a Marruecos debido a la escasez de traducciones al árabe. «En Marruecos se traduce muy poco del español. Lo que se conoce es más bien la literatura de Oriente Medio o la francesa».
La charla concluyó con la reflexión de que la literatura tiene el poder de tender puentes invisibles entre ambas culturas, aunque requiere un esfuerzo sostenido por ambas partes. Este encuentro en Málaga puso de manifiesto que, aunque separados por un estrecho, España y Marruecos siguen siendo dos mundos que se miran, dialogan y a veces se descubren a través de sus voces literarias.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La víctima del crimen de Viana recibió una veintena de puñaladas
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.