«Por fin», decía con cierto alivio Juan Antonio Vigar, director de los teatros municipales. Una expresión sencilla que encierra mucho. Porque casi in extremis, cuando la XXXII Temporada Lírica ya se despide, el Cervantes acoge la primera y única ópera de este extraño curso ... pandémico. Los «aforos reducidos, los horarios imposibles y con distancias de seguridad», explicaba, han hecho inviables todos los proyectos operísticos previstos. Salvo este. Lorca salva el curso lírico en Málaga con la lectura operística que Miquel Ortega firma del drama 'La casa de Bernarda Alba'. Una propuesta que, también por fin, llega al Cervantes tras su obligado aplazamiento en abril de 2020. Será este fin de semana, 3 y 4 de julio, con un reparto encabezado por Nancy Fabiola Herrera y Luis Cansino (la única concesión masculina en esta obra absolutamente femenina), con la participación de la soprano malagueña Berna Perles.
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«Y cuando subamos al escenario nos tenemos que acordar de todos los compañeros que no han podido estar en otros títulos de este teatro porque lamentablemente las decisiones que se toman han estrangulado la cultura», manifestó el barítono. Fue el caso de la producción de 'El Barbero de Sevilla', aplazada a última hora –con la escenografía montada y los ensayos avanzados– por la incomprensible 'recomendación' de la Junta de aplicar el metro y medio de distancia entre espectador, un criterio que se modificó apenas una semana después.
Pero esta vez sí la ópera regresa al Cervantes. Ortega dirige en la que durante años ha sido su ciudad de adopción la versión de cámara de una ópera gestada durante quince largos años. «Y la ilusión es triple porque por primera vez se ve en Andalucía, la tierra del poeta». No recuerda cuándo empezó a admirar a Lorca, pero sí guarda en la memoria su imagen de preadolescente con un ejemplar de 'La casa de Bernarda Alba' de camino al instituto. Siempre le fascinó esta obra del genio de Granada. Empezó a convertirla en ópera en 1991, cuando era pianista del Teatro de la Zarzuela, y justo en ese lugar estrenó años después, en 2018, la versión de cámara que ahora se presenta en Málaga. Un formato intimista que funciona «muy bien» en esta tragedia de puertas para adentro. De hecho, hacerla para orquesta de cámara estuvo en su cabeza desde los primeros acordes, pero las circunstancias de su 'premiere' en el Teatro Brasov de Rumanía en 2007 hicieron que la terminara en versión sinfónica.
Gran aficionado a las bandas sonoras, Ortega compone una ópera «absolutamente cinematográfica». Es, defiende, algo natural. El cine «aprendió de la ópera» en su paso del mudo al sonoro, y ahora es el momento de «volcar en la ópera» lo aprendido de los grandes compositores de música de cine. Porque, además, su objetivo es conectar con el espectador con un lenguaje que le sea reconocible, que le emocione, guardando las distancias con ese «momento de caos donde se perdió el norte y el público en muchas obras contemporáneas».
Ortega estará en el foso del Cervantes con la Orquesta de Cámara de la Sinfónica de Málaga, mientras que Salvador Vázquez dirigirá a las voces femeninas del Coro de Ópera de Málaga. Sobre la escena, le da forma Javier Hernández con una meticulosidad y entrega alabada por todo el elenco. Su apuesta dramatúrgica resalta la «dialéctica entre el mundo íntimo de la familia y el mundo exterior, que no se ve». La escenografía refuerza la presencia de esa casa como «fortaleza» con unos portones que se abren y cierran como símbolo del proteccionismo de Bernarda y del deseo de salir de sus hijas.
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La mezzosoprano Nancy Fabiola Herrera es Bernarda Alba. «Y es el personaje más duro que me tocó enfrentar», reconoce la cantante. Es un papel con «muchas aristas» que invitan a «profundizar y sacar lo más grande del ser humano». Enfrente tendrá al barítono Luis Cansino en el rol de la criada Poncia. Es la única voz masculina en un reparto de mujeres con el objetivo de servir de contrapunto vocal, pero también por una razón dramática: es la única persona que se atreve a enfrentase de forma directa a Bernarda. «¿Que qué significa ser Poncia en una ópera de mujeres? Pues ser una mujer más. Eso significa muchas cosas, respetar a la mujer, a su esfuerzo», argumenta Cansino, que recordó como Berna Perles amamantaba a su bebé en el 'backstage' cuando estrenaron esta versión en 2018 en Madrid. «¡Qué difícil es ser mujer y artista! Esto es un homenaje a vosotras», les dedica Cansino, que con su interpretación rinde también tributo a su madre, enriqueciendo a su personaje con sus gestos.
Carmen Romeu, en representación de las 'hermanas', tomó la palabra para recordar que las emociones que Lorca mostraba en su obra «no están tan lejos de hoy, lo que pasa en la casa de Bernarda de Alba pasa en muchas casas, ese miedo al qué dirán«.
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La ópera, producción musical del Teatro Cervantes en coproducción escénica con el Teatro Villamarta de Jerez de la Frontera, supone además una doble despedida. Por un lado, cierra la 32 edición del ciclo patrocinado por Unicaja Banco y Fundación Unicaja. Y por otro, será la última con Francisco Rodríguez al frente de la temporada lírica: se jubilará en el mismo momento en el que 'La casa de Bernarda Alba' baje el telón el 4 de julio. Fue unánime el elogio a su «profesionalidad y coherencia», con un largo y sonoro aplauso en reconocimiento a su labor.
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