De pequeña la llamaban Simpatía. Hoy podrían seguir haciéndolo. Mantiene intactos ese desparpajo heredado de su abuelo y esa buena onda que contagia en segundos. Sin embargo, se quedó con el nombre que le puso su abuela: Loleta. Y con él, Lola Bernabé dio un giro a su vida hace ocho años dejando su trabajo en una multinacional y creando un blog que reuniera sus dos pasiones: cocina y viajes. Entonces abrió camino, actualmente alcanza los 200.000 seguidores en Instagram y ha duplicado las visitas al blog a raíz del confinamiento (hasta 400.000). Este año además verá cumplido un sueño: publicar un libro. 'Loleta by Loleta' llegará en otoño y en él recoge su debilidad por el brunch, los postres y las meriendas con «recetas fáciles dulces y saladas». Antes, podremos volver a verla en Canal Cocina a partir del sábado en 'Supera esto', original formato grabado durante la cuarentena y basado en retos entre cocineros con un ingrediente común. Nada se le resiste a esta inquieta malagueña, abogada de formación, en cuya agenda no es fácil encontrar hueco. Ya tiene libro, hijo, árbol... Aun así, sigue soñando con días de 48 horas: «Me quedan miles de cosas por hacer». Para empezar, aprender un sexto idioma.
Publicidad
–¿Qué ha desayunado hoy?
–Un pitufo integral con aceite de oliva y un poquito de pechuga de pavo, una manzana y un yogur.
–No me lo creo viendo las fotos que comparte en Instagram...
–Sí (risas). De lunes a viernes es lo que hay, pero llega el sábado y el domingo y no me hables de yogures ni de pan integral. Es la comida del día que más me gusta. Es curioso porque cuando era pequeña jamás desayunaba. Cuando me quedé embarazada, el médico me hizo ver que no podía pasar tantas horas sin comer, entonces empecé a desayunar por obligación y ya le cogí el gusto. Me encanta.
–Confiese, ¿cuánto tarda en preparar la foto?
–Bastante más que en el desayuno en sí, normalmente no hago yo la bollería. Si estoy en Málaga la compro en Ignacio Mira, y si es en Madrid, en Pan de Lirio o Panem.
–Vamos, que hacer la maleta le lleva menos tiempo...
–Sin duda (risas). La maleta la hago en cero coma. Recuerdo mi maletón cuando nos fuimos de luna de miel... Ahora hay una norma: todo lo que sale de casa debe caber en el troley y la maleta grande va vacía para llenarla de vuelta.
–¿Dónde me recomendaría ir?
–Pues hay dos sitios que me han causado muchísima sorpresa y me han llegado al alma. Uno es Japón, me quedé enamorada de la cultura, de la gente, de la comida... de todo. Y el otro sitio que te recomendaría es Maldivas, es un paraíso. En la cuarentena, cuando estaba más decaída, me visualizaba allí.
Publicidad
–¿Y ha viajado sola?
–Sólo de aeropuerto a aeropuerto (risas). Yo soy animal social, necesito compartir. Se dio la circunstancia una vez para ir a Israel y no fui porque me dio miedo, no me acababan de dar seguridad.
–¿Más miedo por ser mujer?
–Yo tengo amigas que viajan solas y paso miedo porque irte sola, depende de qué países, puede ser un riesgo. África o Asia... yo no lo haría, no por ser mujer, tampoco me haría gracia que mi hijo me dijera que se va solo a esos países.
Publicidad
–¿Y en la cocina? ¿Nos falta para tener la sartén por el mango?
–Bueno, yo no soy cocinera profesional y no me he tenido que enfrentar a lo que deben enfrentarse ellas, que me consta que no tienen las mismas oportunidades. No obstante, lo viví en mi trabajo anterior, en una multinacional, ahí sí que sentí muchas veces que no me trataban en igualdad. Ahora soy autónoma, cuando veo que algo no me gusta, directamente no lo hago, puedo elegir. Me parece tan injusto que se valore a alguien por el sexo, su piel, su tendencia sexual, su religión... Loleta nunca ha sabido por dónde iba a ir, pero siempre ha tenido clarísimo por dónde no iba a hacerlo.
–¿En casa entienden eso de no saber por dónde ir?
–Tengo la suerte de que Juanje, mi marido, siempre me ha apoyado. Pero cuando le dije a mi padre que dejaba el Derecho me dijo: «Qué pena de carrera». A mi familia le costó pensar que yo realmente iba a poder ganarme la vida cambiando radicalmente de profesión. Ahora están encantados porque ven que soy más feliz que nunca.
Publicidad
–¿Como bloguera, como instagramer o como influencer?
–Uy, no me considero nada influencer. Tampoco instagramer, yo sólo me siento una persona con suerte. En muchos sitios o en formularios me preguntan: ¿Profesión? Y prefiero decir abogada porque si contestas creadora de contenidos te miran raro, y hasta muchos te consideran una vaga. De todas formas, yo creo que todas esas palabras excluyen, y a mí eso no me gusta, yo soy de sumar en la vida.
–Seguirá haciendo de abogada defensora... ¿o del diablo?
–De las dos (risas). Eso fue lo que me metió en la carrera. Y la volvería a estudiar mil veces. Creo que esa formación es lo que ha hecho que yo llegue hoy donde estoy.
Publicidad
–¿Y se veía donde está?
–En absoluto. Siempre he querido trabajar para una empresa porque pensaba que lo más importante era tener una seguridad, pero la vida es tan guay que te descubre que las cosas no siempre son como crees y que es muchísimo más interesante sentirte dueña de tu vida. A costa de que se hayan acabado las tardes de domingo en el sofá. Ahora siempre estoy editando fotos o revisando libros, pero me da una felicidad que no me dio mi trabajo, habiéndome dado mucha.
–¿Entonces ser instagramer no es un chollo?
–Eso es lo que muchos piensan. Requiere mucha dedicación. Antes publicabas una foto y la gente te daba 'like' y se acabó. Ahora tiene que ser una foto en carrusel donde haya vídeo, donde hayas hecho la receta antes en stories, en igtv... Cada vez se demanda un contenido muchísimo más completo y, claro, cuando uno es como yo, Juan Palomo, implica una carga de trabajo muy grande. Y luego las horas que necesita para contestar todos los comentarios, los mensajes privados... Yo contesto a todos.
Noticia Patrocinada
–¿Ese es el ingrediente clave?
–Cuando humanizas una cuenta es cuando te engancha y la única manera de hacerlo es estando ahí. Yo creo que la clave es ser de verdad. No puede ser que un día, porque una marca me lo pida, yo salga en biquini y el resto del tiempo no lo haga porque no me guste.
–No la veremos en la playa a lo Paco León celebrando los 200.000 seguidores me temo...
–No no, para eso esperaremos a la siguiente vida (risas). Pero sí haré algo después del verano. Este año hay muchas cosas que celebrar.
Publicidad
–Hasta un libro...
–Sí, es un sueño cumplido. He puesto toda la carne en el asador porque quien me dedique su tiempo lo merece. Hay mucha ilusión ahí. Y encima Dani García me ha hecho el honor de escribir un prólogo desde el corazón. Nunca tendré palabras para agradecérselo.
–Pero se queda con el arroz de su marido... ¿O mejor el de Dani?
–¡No me pongas en ese aprieto! Un día de Juanje, y otro de Lobito de Mar. Todo es compatible (risas).
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.