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«Mamá, me bailan las letras». Aquella advertencia, impregnada de angustia y frustración, fue la primera señal de alarma. Por aquel entonces su hija Valeria tenía 7 años y acababa de empezar segundo de Primaria. «Mezclaba las palabras, no comprendía lo que leía y enfrentarse ... a una lectura para ella era un enorme sacrificio», recuerda María Heredia. Con la mala suerte de que el calendario acababa de entrenar el 2020 y estaba a punto de estallar la pandemia. El confinamiento retrasó el diagnóstico, que cayó sobre esta familia malagueña como un jarro de agua fría: dislexia moderada, con dificultades a nivel lingüístico, de vocabulario y de expresión oral. «En ese momento, por la cabeza se te pasan miles de dudas, ¿qué es exactamente la dislexia?, ¿cómo le afectará en su etapa escolar?, ¿podrá llevar el ritmo de su clase? Pero solo tenía una sola opción: asumirlo y ayudarla en todo lo que estuviera a mi alcance, tanto en casa como con profesionales», cuenta esta madre. Ayudarla a ella... y ayudar a otros niños que puedan sufrir este trastorno del aprendizaje, culpable de tantos casos de fracaso escolar. Fue así como la idea de escribir un libro fue cobrando fuerza en su cabeza, hace ahora un par de años.
El resultado de este proyecto personal ya está en librerías. 'Valeria y el baile de las letras'. Un cuento de 32 páginas editado por la firma malagueña Jákara Editores, que no dudó en acompañarle en esta aventura. Todo un reto para esta higiniesta dental de 45 años ajena a las letras. Una compañera de trabajo de su clínica -Cuevas Queipo- le ayudó con las ilustraciones, así que todo quedó en casa. «La dislexia es la principal protagonista del relato, que pretenden visibilizar esta dificultad aún tan incomprendida y que de alguna manera se reconozca el esfuerzo de estos niños en los colegios, motivarlos día a día con sus logro y transmitirles positividad», explica María.
Desde su publicación, hace ahora un año, Heredia ha dado charlas en colegios e institutos y ha protagonizado un podcast del Club de Malasmadres. Además, su cuento fue elegido por el malagueño José Calle para abanderar el proyecto social sobre la dislexia con el que acabó proclamándose en 2023 ganador de la 15 edición del concurso Míster Internacional que tuvo lugar en Baguio, Filipinas. El próximo 4 de mayo María acudirá a firmar ejemplares a la Feria del Libro de Málaga. Será a las 17.00 horas en la caseta número 20 de la plaza de la Marina.
Título: 'Valeria y el baile de las letras'.
Autora: María Heredia Sierra. Ilustraciones: Adelaida Quiles.
Editorial: Jákara Editores. 32 páginas.
¿Dónde comprarlo? A la venta en librerías como Fnac, Carrefour y en Jákara editores.
Precio: 15 euros.
Pero volvamos al origen. ¿Cuáles fueros las señales que le hicieron pensar que podía existir un trastorno? María echa la vista atrás: «Además de que leer para mi hija era un suplicio y no había manera, le costaba mucho participar en clase, no se sabía los días de la semana y era incapaz de llevar un orden. Notaba que se le olvidaban mucho las cosas y al contarme su día en el cole lo hacía al revés», enumera. «Hasta que entendí que con la dislexia el cerebro va por otro camino», agrega.
Detectado el problema, esta madre subraya la importancia de ponerse en manos de buenos profesionales. En su caso, el Centro Educarte fue su «salvadidas». Y la especialista Carmen Silva, logopeda especializada en dislexia creadora del Método Diverlexia, su guía. «Poco a poco empezamos a ver grandes avance», destaca. «Me involucré de lleno y empecé a aprender de los expertos. Cada cosa que me decían la iba absorbiendo para ponerla en práctica desde casa y así poder ayudarle y enseñarle a través de pequeños trucos o juegos para que memorizara mejor», apostilla María.
El mayor premio a tanto esfuerzo y trabajo es comprobar la evolución de Valeria. A día de hoy la niña cursa quinto de Primaria. «Y es otra», resumen su madre. «Tiene dos librerías llenas de libros que se lee todas las noches y cada vez que llega un santo o un cumpleaños pide uno nuevo. Elegimos títulos recomendados para un año menos de su edad para que no se fatigue», expone.
Su trabajo con profesionales terminó, pero Valeria necesita clases particulares de refuerzo a diario para no perder el ritmo del colegio, donde tiene la «inmensa suerte» de contar con una tutora implicada en su adaptación curricular. «Tener a docentes como Peggy concienciados con esta problemática es fundamental para que el niño avance pese a la dislexia. Mi hija ha logrado ir al nivel de sus compañeros gracias a su constancia. Para mi es un ejemplo de superación», concluye. No sin antes lanzar una petición: «Hay que enseñar de manera distinta a los que aprenden de manera diferente».
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