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Su pueblo es Llodio (Álava). Allí llegaron sus padres hace décadas en la época de la emigración andaluza al País Vasco. Y allí nació en ... 1977 la escritora Txani Rodríguez, que no obstante guarda otro pueblo entre las curvas de su memoria. El de su familia materna y el de sus veranos de la infancia y madurez: Estación de Gaucín, en el término municipal de Cortes de la Frontera. Nieta, hija, sobrina y prima de corcheros, la autora vasca convierte ese ambiente del Parque Natural Los Alcornocales en el protagonista de su novela 'La seca', que también nos habla de vuelta a las raíces y de cambio climático. Un regreso doble para la novelista ya que a la vez que se publica su quinto libro, se ha empezado a rodar la adaptación del anterior, 'Los últimos románticos', que también la trae a sus orígenes, ya que el guion lo firma la malagueña y ganadora del Goya por 'Ane', Marina Parés, y la película se filma en parte en Ronda.
Título: 'La seca'
Autora: Txani Rodríguez
Editorial: Seix Barral, Colección Biblioteca Breve, España, 272 páginas
Precio: 19 euros
La propia Txani Rodríguez, que presentó el pasado viernes su nueva novela en la Biblioteca Municipal Manuel Altolaguirre, dentro de los actos del MaF, explicó a SUR que esta historia «sale de muy dentro ya que 'La seca' alude de los enfermedad de los alcornoques, pero el título también se refiere al carácter de la protagonista, una mujer que es un poco seca y que tiene una relación complicada con su madre con la que vuelve a su pueblo en Málaga, que sería la Estación de Gaucín». Así, Nuria, el personaje central de esta trama, teme la soledad por lo que «su mirada hacía su madre, amigos y el propio paisaje está condicionado por ese miedo».
La 'salud' forestal, la sequía, la vida en el campo, esa España vacía que también tiene ejemplos en Málaga o el momento en el que los hijos se convierten en padres de sus padres planea en las páginas de una novela contagiada por 'la saca' del corcho que tiñe de ese tono pelirrojo casi fuego los montes de esta zona fronteriza del valle del Genal cuando los árboles quedan desnudos. «Mi familia paterna han sido y son corcheros y para mí era un paisaje mágico y muy plástico al verlos ahí subidos a las ramas con las hachas», rememora Rodríguez, que revela que ese territorio «mítico» se convirtió en materia literaria cuando en 2018 realizó un reportaje periodístico sobre esta zona y se acercó con otros ojos para comprobar las amenazas de esta forma de vida y las reivindicaciones laborales de un oficio milenario.
La autora confiesa que ella es de las que necesita conocer «muy bien el suelo literario que piso en mis novelas» y hasta se metió un par de veranos en cuadrillas de corcheros, pero advierte que a partir de ahí «todo es ficción». «Hay un homenaje y una reivindicación del paisaje, lo que sirve para trasladar una preocupación personal sobre cómo vamos a gestionar en el futuro el interés económico y la necesidad de la gente de trabajar con la preservación del medio», reflexiona la autora de 'Agosto' y 'Si quieres, puedes quedarte aquí'.
La sequía, la enfermedad de los árboles, el cambio a plantaciones de aguacates que exigen mucha agua, los desarrollos urbanísticos en el ámbito natural o la utilización del río también planean en 'La seca', aunque Rodríguez subraya de nuevo que estamos ante una ficción y que en la novela «todos los personajes tienen su argumentario porque no quería caer en simplicidades». «Hay que serenar el debate porque a veces vamos a los pueblos a decir lo que tienen que hacer, pero si se plantan aguacates es porque después en las ciudades nos los estamos comiendo, así que no tenemos autoridad moral para ir a decirles lo que pueden o no pueden hacer», considera Txani Rodríguez que también ve conexión con las protestas agrarias de estas últimas semanas. Aunque la autora también huye de las simplicidades en la polémica por las tractoradas.
«Hay compresión con cosas que piden, como evitar la venta a pérdidas y los controles iguales para todos, pero otras soluciones que han aportado desde sectores que lindan con el negacionismo del cambio climático, no lo veo», señala la autora que también construye una novela muy marcada por el personaje de Nuria y las relaciones personales. Particularmente con su madre y esa sobreprotección que muchos hijos desarrollan hacia sus padres cuando se hacen mayores. Algo que a Rodríguez le recuerda las palabras de otro escritor, Ramón Eder, que, frente a la atención desmedida, habla de «la generosidad que supone regalar nuestra ausencia y dejar que hagan su vida».
En 'La seca' también hay espacio para las reivindicaciones laborales, lo que conecta la novela con la anterior de la misma autora, 'Los últimos románticos', que, si bien se ambientaba en el mundo de las fábricas y su desmantelamiento, también mostraba esa preocupación por la amenaza de los puestos de trabajo, «un mundo del que no se han escrito demasiadas novelas y me interesa», confiesa la autora que espera con expectación la película que David Pérez Sañudo ha comenzado a rodar en Llodio y que pronto pasará por una localidad cercana a la Estación de Gaucín, Ronda.
«La verdad es que me parece muy bonito porque tengo conexión con esta tierra, pero no ha sido premeditado sino que el rodaje en Málaga ha surgido así», asegura Txani Rodríguez con un acento sureño que, según confiesa, le viene de su madre «que siempre me ha hablado en malagueño y se me pega rápido cada vez que vengo». «No he querido leer el guión porque quiero ver la película y sorprenderme como una espectadora más», asegura la escritora sobre la adaptación de 'Los últimos románticos' que firma el propio director y la guionista Marina Parés, cuyo padre es rondeño y ha inspirado esas escenas andaluzas. De hecho, el filme está impulsado por las productora La Claqueta PC (Sevilla) e Irusoin (San Sebastián) que ya colaboraron en el filme premiado en los Goya 'La trinchera infinita', inspirada en la historia del Topo de Mijas. «Tengo una amiga que me dice que yo soy como la película, una coproducción vasco-andaluza y me encanta».
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