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Alicia Giménez Bartlett, que publica 'La mujer fugitiva', la nueva entrega de su saga policial Carlos Ruiz
«El sentido del humor brilla por su ausencia en la política»

Alicia Giménez Bartlett

Escritora
«El sentido del humor brilla por su ausencia en la política»

«El lector no encontrará cadáveres destripados ni fileteados en mis novelas, y sí una trama que le haga pensar», dice la creadora de la inspectora Petra Delicado

Miércoles, 24 de enero 2024, 18:48

Se parte la caja cuando la presentan como la gran dama del 'noir' español. Pero si alguien merece ese título es Alicia Giménez Bartlett, (Almansa, Albacete, 1951). Con premios como el Nadal y el Planeta en su haber, regresa con 'La mujer fugitiva' (Destino), décimo tercera entrega de su veterana inspectora Petra Delicado. Más apreciada en Italia que en España, su irónica y sagaz policía se enfrenta a una intriga casi indescifrable.

–Creó a su inspectora en 1996. ¿Hoy es más sabia, cónica o escéptica?

–Más escéptica si cabe. Igual de irónica y sagaz, y nada amargada. Puedes cabrearte pero no amargarte. Es lo peor que te puede pasar en la vida.

–¿Piensa jubilarla?

–Ya tiene edad. Pero no se me pasa por la cabeza. Si dejo de divertirme y me faltan ideas. La jubilo y la meto a monja, como prometí. ¿A ver qué convento la admite?

–Pionera en el 'noir', se anticipó a una explosión de mujeres.

–Fue la primera mujer policía en Europa. Había muchas investigadoras privadas, ayudantes de fiscal, abogadas... Parecía que la mujer estaba contraindicada con la idea del policía duro. Ahora hay muchas, pero no tan bordes como Petra, me temo. Las cosas han cambiado. Cuando empecé había solo una comisaria en España.

–Afronta una investigación diabólica. Casi dimite y tira la toalla.

–Entramos en el mundo de las camionetas gastronómicas –'food trucks'– y ella y su ayudante Fermín Garzón van de pueblo en pueblo por Cataluña. Eso genera movimiento y complica la trama. Siempre debes ir un poco más allá para sorprender al lector, que no encontrará en mis novelas cadáveres destripados ni fileteados. Sí una trama que le haga pensar.

–¿Vive el género policíaco una escabrosa expansión del 'gore'?

–Sí. El amarillismo crece en la novela negra, en los periódicos y en la tele. Si cada vez eres más escabroso para captar la atención del lector, desprecias recursos como la trama, la exploración psicológica y el humor, que son más interesantes de describir que la sanguinaria tortura de una víctima. La novela negra es un juego intelectual entre el lector y el escritor, más que cualquier otro género. Pones trampas al escritor, le hurtas información y le obligas a jugar contigo. Si se lo das todo masticado, adiós al juego que le da sentido.

La escritoria, Alicia Giménez Bartlett Carlos Ruiz

–Estamos cabreados con nosotros mismos y no sabemos qué debemos aprender, dice Petra Delicado ¿Lo comparte?

–Claro. Nos cabrea no entender. Los jóvenes no entienden bien lo que la sociedad más tradicional les demanda. ¿Valores? ¿Respeto? Los mayores nos preguntamos a dónde va esto Todos carecemos de un apoyo externo, lo que genera un cabreo interno que luego se exterioriza. No todo la culpa viene de fuera, de los políticos o de la tecnología. No. La incomprensión genera cabreo.

–¿La policía española es tan buena como dicen?

–Sí. Su enorme fama en Europa es bien merecida. Conozco cómo funcionan todos los departamentos internos, que ahora están coordinados. Antes los Mossos y la Guardia Civil no compartían archivos y picoletos y maderos se odiaban. Comprendieron que la incomunicación generaba fracaso para todos.

–Como escritora, ¿le es más útil el cinismo o el humor?

–El humor. Sin duda. Es necesario y preside mi vida. Reírse de uno mismo es imprescindible. Como Petra, detesto a las personas sin sentido del humor. El humor establece complicidades inmediatas y eso es muy necesario. Como lo es para la ironía y humor en mis libros. Ojalá se utilizara más y mejor el humor en la política, donde brilla por su ausencia.

–A la novela negra se aproxima cada vez más autores ¿que buscan?

–Quizá no sea porque es uno de los mejores espejos de la sociedad, que lo es. Creo que muchos autores se suben al carro porque da pasta. Sé que lo que digo es polémico. Si tiene tanto éxito ahora, es una normalización, no un boom.

–¿Qué refleja hoy ese gran espejo social de la novela negra?

–Desconcierto. La sociedad está desconcertada, como todos los ciudadanos. Vivimos en la incertidumbre ante un futuro mutante. Unos cambios tan radicales que impiden ser profético. Petra y Fermín se sorprenden, como yo, con avances como la inteligencia artificial y sus consecuencias, que nos tiene acojonados a todos. ¿Limitará la creatividad? ¿Quitará puestos de trabajo? Esa inquietud estará en la próxima novela de Petra Delicado.

–¿Hay tensión entre el 'noir' escandinavo y el mediterráneo.

–Sí. La novela negra mediterránea es más vitalista y menos cruda. Hay más cerveza y menos café, pero la nórdica nos ha colonizado mucho. Hablé con Andrea Camilleri, el padre de Montalbano, cuando era viejecito. «Cada vez somos más suecos y menos sicilianos», lamentó. Creía, como yo, que no hay que contarlo todo.

–En Italia la quieren mucho, quizá más que en España. Le han dedicado una nueva serie a Petra Delicado.

–Nuestro sentido del humor es parecido. La liberación de las mujeres ha sido en España más rápida que en Italia. Allí la familia, la 'mamma', los hijos siguen pesando muchísimo. Hay muchas mujeres que leen a Petra y aprueban su osadía e independencia.

Carlos Ruiz

La sabiduría infalible de Carmen Balcells

Su británico segundo apellido, Bartlett, procede de su primer marido. Es una decisión que tomaron por ella. Fue su agente literaria, la fallecida y recordada Carmen Balcells quien, inteligente y avispada como era, dijo que nada de Giménez González. En la primera entrevista, además de encargar la carta astral de la escritora, le buscó un 'nombre de guerra'.

«Como Giménez González tendrías más éxito en el extranjero. Aquí es imposible», le espetó. «Me preguntó por el apellido de mi abuela: Mas. Tampoco valía. Entonces le dije mi marido se apellida Bartlett porque era británico y 'voilà'», rememora risueña esta manchega que ha vendido más de dos millones de libros y que durante un tiempo tuvo más lectoras que lectores. «Quizá antes fuera así, pero ahora muchísimos lectores vienen buscando mi firma. El feminismo de Petra no es antimasculino. Es social y lógico. Aunque hay muchas instituciones que son claramente masculinistas, mucho más que los individuos uno por uno», asegura.

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