Fue un «capricho». Lo reconoce Javier La Beira, el amante de los clásicos que, cuando tenía 24 años y ganas de comerse el mundo por las hojas y los lomos, se embarcó en el proyecto que le propuso Rafael Pérez Estrada de editar una revista literaria. «El único criterio de publicación era la calidad, por lo que todo se fió al buen gusto. Y Rafael tenía un gusto exquisito», reconoce La Beira, que ya ha doblado la edad que tenía entonces y guardaba una cuenta pendiente con esta revista literaria consagrada a la poesía. Corría el año 87 y al proyecto había que buscarle un nombre. Y el maestro, Pérez Estrada, encontró la respuesta: Silvestra. «Era el nombre de la niñera que le cuidaba cuando era un bebé y que le cantaba canciones de cuna. Y como título nos parecía muy plástico», reveló ayer a SUR el coeditor, que presentó en el Centro Cultural MVA la edición facsímil de esta cabecera, que ha contado con el patrocinio de Unicaja y el apoyo de la Fundación Pérez Estrada.
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Cualquiera pensaría que el poeta y novelista Rafael Pérez Estrada, entonces en pleno apogeo literario, fue el impulsor y el joven Javier La Beira, el discípulo/currante. «Sin embargo se entregaba más que yo cuando debería haber sido al revés», recuerda el ahora director de la Biblioteca del Centro Generación del 27, que incide en la «ilusión y empeño» que puso el autor de 'Libro de horas' y 'Bestiario de Livermoore' en los cinco números que vieron la luz en el año y medio de vida literaria de la revista. Comenzando por el padrino de la publicación, Guillermo Cabrera Infante, que no faltó al nacimiento en Málaga de la «niña», 'Silvestra'.
«Pagábamos todo de nuestros bolsillos y, claro, no había dinero para remunerar los textos, pero Rafael se ponía al teléfono y todos le decían que sí y nos mandaban inéditos», explica La Beira, que recuerda la nómina de firmas a pie de versos del primer número como si fuera la del Málaga de Champions: Vicente Núñez, Ana Rossetti, Molina Foix, Clara Janés, Curro Fortuny, Almudena Guzmán, Justo Navarro, Rafael Ballesteros, Juan Cobos Wilkins, José María Parreño y los dibujos de Díaz Pardo.
A la llamada de 'Silvestra' también acudieron en los números de las siguientes estaciones Jaime Siles, Antonio Colinas, Pablo García Baena, Pere Gimferrer, Elena Martín Vivaldi, Antonio Carvajal, Bei Dao, Adonis y el Premio Nobel Octavio Paz, amén de las cuidadas portadas José F. Oyarzábal y el mimo tipográfico de Ángel Caffarena. Una exquisitez que no auguraba su final. «Si te soy sincero –cuenta La Beira–, no me acuerdo por qué se acabó. Lo que no olvido es que Rafael siempre decía: 'Para que una revista no sea pesada ni monótona tiene que tener una vida corta'».
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