Lo leo negro

Atrás quedan los prejuicios que tuvo durante una época. En la actualidad la mayoría de las editoriales publican títulos de literatura negrocriminal. Hay festivales como BCNegra, la Semana Negra de Gijón o el Getafe Negro que abordan las numerosas variantes de un género inagotable que goza de buena salud, aunque mejor ser cautos. Precisamente, en el primer trimestre del año, coincidiendo con la celebración del BCNegra, se concentran numerosas novedades. El éxito de la novela negrocriminal también tiene que ver con la correspondencia de sus adaptaciones audiovisuales y, claro, por la atracción que produce el otro lado de la ley a la debilidad humana. Para Rosa Ribas, una autora que va más allá de las claves del 'noir', «en los últimos diez años hemos visto consolidarse el género, abrirse a formas nuevas, innovar. Tenemos autores clásicos, nuevos, malos, mediocres, geniales, exquisitos, hiperproductivos, comerciales, literarios... todo lo que muestra que un género está sano». Carlos Zanón comenta que «el compromiso del género es con la ficción», aunque advierte que el formato 'thriller' ha impregnado el género y que mucho de lo que consumimos es deudor de ese formato.

Más prudente se muestra Antonio Lozano al hablar del estado actual de la novela negra que define por la sobreabundancia de títulos, «lo que por el lado positivo acoge todo tipo de propuestas y sensibilidades –de las más comerciales a las más alternativas, de clásicos a talento joven– y por el negativo no aplica un registro de entrada muy riguroso –hay mucha obra de ínfima calidad e incluso casos flagrantes de intrusismo–», explica.

Otra editora, Ana Estevan de Hériz, se pone en el papel de lectora al decir «me atrae su carácter 'terapéutico' a la vez que adictivo. Te sumergen en una catarsis controlada: sufres, te crispan el crimen o la injusticia, pero sabes que el Mal será derrotado y que el detective saldrá airoso (no sin quebrantos, y entonces se convierte en tu amigo). Eso es adictivo, y si además te gusta una obra de una serie, estás perdida (o salvada)». «La novela negra nos salva de las miserias al permitirnos imaginarlas, manosearlas, vengarnos, dar vida o matar mediante un instrumento de ficción y entretenimiento que nos aleja a la vez que nos acerca a la realidad», relata la novelista Berna González Harbour.

Lo que parece incuestionable es que estamos ante un panorama amplísimo. De ahí que hayamos reunido una selección destacada de editores y de autores españoles y extranjeros para que nos guíen en sus preferencias por el género, y nos recomienden una novela moderna y otra clásica o que no esté ligada a la actualidad. Un año especial como el centenario del nacimiento de dos maestros del género que sin duda lo trascienden y siempre hay que reivindicar como son Patricia Highsmith y Friedrich Dürrenmatt. Pero además también seleccionamos un póker negrísimo de novedades que no defraudan.

El escritor escocés Alan Parks inició con 'Enero sangriento' la saga del policía Harry McCoy, que sitúa en el sucio y corrupto Glasgow de 1973. Con su segunda novela vuelve a regalarnos una historia de difusas fronteras morales y éticas en la que McCoy se debate entre el pasado y su amigo y delincuente Cooper y el presente y el comisario Murray, que lo acogió. Una potente historia de obsesiones, abusos y demonios al acecho.

Esta es una historia que le podría suceder a cualquier persona. La visión de tres mujeres: Orna, una maestra divorciada; Emilia, inmigrante letona que cuida de ancianos; y Ella, casada y que prepara su tesis doctoral. Por la vida de las tres pasa Guil, un hombre en apariencia afable y comprensivo que poco a poco revelará su verdadera naturaleza. El escritor israelí habla de violencia y del mal con sutileza y maestría en una novela reveladora del mundo que vivimos y de la desprotección a la que estamos sometidos.

Octava entrega del patólogo forense Quirke escrita por John Banville como Benjamin Black. Una nueva historia que se conecta con 'En busca de April' y con la nueva saga del detective Strafford en una historia en la que vemos a Quirke pasando unas vacaciones en San Sebastián con su esposa. Pero Quirke es alguien inquieto, curioso, que no sabe ser feliz y llama a su hija Phoebe para decirle que April no está muerta, lo que revela oscuridades políticas y familiares. Una delicia narrada con un estilo inimitable que demuestra que el 'noir' es literatura y vida.

Yokoyama es todo un fenómeno en su país, un autor que transita las miserias y la violencia del sistema que se va colando en las vidas cotidianas de la gente a partir de un procedimental subyugante. Mikami, jefe de prensa de la Jefatura de Policía, pretende cerrar un caso sin resolver después de catorce años, el rapto y el asesinato de una niña de siete años, cuando la suya también ha desaparecido y descubre irregularidades y conexiones asombrosas.

Toni Hill es un escritor que no se acomoda. Después de crear la adictiva trilogía del inspector Héctor Salgado ('El verano de los juguetes muertos', 'Los buenos suicidas' y 'Los amantes de Hiroshima') y explorar la culpa y los errores en la periferia, en 'Tigres de cristal' regresa con una nueva intriga en la que cinco mujeres acomodadas que viven en una zona residencial recuerdan la muerte de la joven inmigrante que limpiaba sus casas. Una novela que se abre con dos citas –'Vía Revolucionaria', de Richard Yates, y 'Las vírgenes suicidas', de Jeffrey Eugenides– que indican los modelos y el camino de la novela.

Escritor escocés conocido por su serie del detective Harry McCoy. 'Hijos de febrero' es su última entrega.

-Novela negra contemporánea: 'El alienista', de Caleb Carr (Ediciones B). «Me encantan los libros que describen una época y un lugar con personalidad. 'El alienista' lo hace con el Nueva York de finales del siglo XIX y principios del XX. A través del protagonista narra los orígenes de la medicina forense y de los perfiles criminales».

-Novela negra clásica: 'Chacal', de Frederick Forsyth (DeBolsillo). «Este libro es lo que aspiraría a ser de mayor un libro de la serie de James Bond. Es asombrosamente ingenioso e innovador, muy inteligente, y la tensión se acumula y aumenta a medida que se desarrolla la trama».

Creador de la exitosa trilogía del inspector Héctor Salgado, en 'Tigres de cristal' habló de acoso y culpa. Su nueva novela es 'El oscuro adiós de Teresa Lanza'.

- Novela negra contemporánea: 'Un año en la vida de Johnsey Cunliffe', de Donal Ryan (Sajalín Editores). «Ryan refleja a la perfección la miseria moral de un pueblo devastado por la crisis y el paro sin por ello renunciar a la emotividad e incluso a la ternura (la excelente traducción de Celia Filipetto es la mejor aliada para disfrutarla)».

- Novela negra clásica: 'La noche tiene mil ojos', de William Irish (Planeta). «Una historia oscurísima, con un punto de fatalidad gótica y toques lynchianos previos a Lynch. A Irish lo recordaréis muchos por haber escrito 'La ventana indiscreta', pero esta novela tiene otra atmósfera más malsana y delirante».

Creadora de la comisaria María Ruiz, que próximamente será llevaba al cine. Su próxima novela fuera del ciclo de la comisaria se titula 'El pozo'.

- Novela negra contemporánea: 'Catedrales', de Claudia Piñeiro (Alfaguara).

- Novela negra clásica: 'Extraños en un tren', de Patricia Highsmith (Anagrama).

Creador de Leo Caldas, inspector de policía en Vigo, sus novelas 'Ojos de agua', 'La playa de los ahogados' y 'El último barco' han sido fenómenos editoriales.

- Novela negra contemporánea: 'El mal de Corcira', de Lorenzo Silva (Destino). «Me parece la mejor novela de la serie protagonizada por los guardia civiles Bevilaqua y Chamorro, y eso que toda la serie es muy buena».

- Novela negra clásica: 'Cualquier otro día', de Dennis Lehane (Salamandra). «Si es que vale como clásica una novela de 2008. Probablemente sea la novela negra que más me gusta de todas las que he leído. Y no he leído pocas».

Editor de la Serie Negra de RBA. Acaba de publicar el ensayo 'Lo leo muy negro. Travesías por crímenes reales e imaginarios'.

- Novela negra contemporánea: 'De entre los muertos', de Jonathan Moore (RBA). «Moore consigue un triple salto mortal: resucitar el espíritu de Ross MacDonald, homenajear a 'Vértigo', de Hitchcock, e introducir un impactante toque hightech».

- Novela negra clásica: 'Sánchez', de Esther García Llovet (Anagrama) y 'Cometierra', de Dolores Reyes (Sigilo). «Ambas me entusiasmaron por su brillante uso de elementos del género negro desde fuera del mismo».

Escritora, periodista y crítica cultural. Su última novela es 'Connerland'.

- Novela negra contemporánea: 'Revancha', de Kiko Amat (Anagrama). «Me ha fascinado porque Amat dispara puñetazos en todas direcciones, y no, no es una novela de detective, sino una novela sobre esa clase de mal que no tiene nada que ver con lo demoníaco y sí con las circunstancias».

- Novela negra clásica: 'Detective en Babilonia', de Richard Brautigan (BlackieBooks). «He aquí una novela negra en la que el absurdo supera lo delicioso del delirio de la comisaría 87 de Ed McBain, y autoconstruye un detective que se pasa el tiempo soñando que es alguien que triunfa en alguna otra parte».

Escritora, dramaturga y guionista. 'Betibú', 'Las viudas de los jueves', 'Tuya' o 'Catedrales', su nueva novela, muestran la versatilidad del género.

- Novela negra clásica: 'Memento Mori', de Muriel Spark (Plataforma). «De Spark me maravillan los diálogos, la construcción de los personajes y el humor».

- Novela negra contemporánea: 'Pequeñas mujeres rojas', de Marta Sanz (Anagrama). «En Sanz me maravilla el extraordinario trabajo que hace con el lenguaje, las voces que logra y la espesura del texto».

Comisario de BCNegra y uno de los escritores que transcienden el género. Su última novela: 'Carvalho. Problemas de identidad'.

- Novela negra contemporánea: 'Betibú', de Claudia Piñeiro (Alfaguara).

- Novela negra clásica: '1974', de David Peace (Alba Editorial).

En abril sale 'Los buenos hijos', segunda entrega de los Hernández, la fascinante familia de detectives que inició con 'Un asunto demasiado familiar'.

- Novela negra contemporánea: 'Castigo', de Ferdinand von Schirach (Salamandra). «Una prosa desnuda y efectiva para tratar con contundencia temas como la culpa o la tenue frontera entre la gente 'normal' y el crimen».

- Novela negra clásica: 'El talento de Mr. Ripley', de Patricia Highsmith (Anagrama). «En el género negro, los personajes emblemáticos suelen ser los 'buenos', pero ella consigue que los lectores se pongan de parte de un asesino amoral y, además, lo sigan haciendo en las otras cuatro novelas que lo tienen de protagonista».

Editora de ficción extranjera en Tusquets.

- Novela negra contemporánea: 'Bajo los vientos de Neptuno', de Fred Vargas (Siruela). «Entre las mejores obras de Fred Vargas, quien al cóctel de personajes fascinantes, crímenes, ternura y celebración de la diferencia, añade aquí unas gotas de humor».

- Novela negra clásica: 'El juez y su verdugo', de Friedrich Dürrenmatt (Tusquets Editores). «En el reciente centenario del autor, destacaría la nueva edición de esta obra modélica; su abismado comisario, enfermo y a punto de jubilarse, trae aire fresco».

Con el seudónimo Benjamin Black ha creado la serie del patólogo Quirke, y más recientemente del policía Strafford.

- Novela negra contemporánea: '¿Qué tal el dolor', de Pascal Garnier (Alba Editorial). «Se podría decir que Garnier es el verdadero heredero de Simenon, pero el creador del inspector Maigret se habría sorprendido por los efectos cómicos negros de Garnier y su predilección por la violencia casual».

- Novela negra clásica: :'El largo adiós', de Raymond Chandler (RBA). «Un Chandler en su forma más sombría, mientras cuenta la historia del amor de Philip Marlowe por un amigo que lo traiciona. Una historia oscura llena de tristeza y destellos de humor duro. Una obra maestra».

Escritora y periodista. Su próxima novela: 'Las manos tan pequeñas'.

- Novela negra contemporánea: 'Tres', de Dror Mishani, (Anagrama). «Una novela sobre cómo la soledad involuntaria nos puede llevar a caer en las garras del mal».

- Novela negra clásica: Asesinato en el Kibbutz', de Batya Gur, (Siruela). «Novela procedimental con un suspense muy a lo Patricia Highsmith y con una gran atención por el detalle».

Editora de Salamandra y una de las impulsoras del género.

- Novela negra contemporánea: 'El hombre de Calcuta', de Abir Mukherjee, (Salamandra). «Narrada con garra y gracia, esta fantástica primera entrega de una serie dedicada a la India de principios del siglo XX es una novela trepidante que lo tiene todo».

- Novela negra clásica: 'Expedientes', de Kate Atkinson (AdN). «Una de las voces más interesantes de la novela negra inglesa que vale la pena redescubrir. Aconsejo empezar con 'Expedientes', la primera entrega de la serie dedicada a Jackson Brodie».