Los diez títulos que un «rara avis» escribió desde su laboratorio

«Esta decalogía nos muestra que Juan es un mago de la palabra. Estamos ante una de las aventuras más relevantes en la literatura española, no conozco ningún caso de estas circunstancias; esto es toda una hazaña literaria», aseguraba el escritor, catedrático, académico y crítico literario Francisco Morales Lomas al inicio de su intervención. Luego, las diez piezas analizadas desde sus palabras: «Tengo escritas unas 40 páginas sobre sus libros y para hablar aquí he resumido a diez lo que voy a contaros a continuación», anunciaba Morales Lomas. Cada uno de los títulos visto desde su perspectiva: desde el primero, 'It', del que resaltaba «la mirada ilustre y memorable capaz de sorprender y permitir adentrarnos en un alma rebelde» hasta el último –una trilogía– 'Locutorio', «acerca a un escritor rico en la percepción de la realidad, ajeno a modas y círculos literarios».

«Mucho laboratorio. Eterno compromiso». Ese es el final de Juan Ceyles cuando presenta en su página web 'Uróboros'. Pues en ese laboratorio de su vida se sumaba un nuevo compromiso: el de estar junto a los suyos en el Thyssen para tener una «conversación de cuerpo a cuerpo» y contestar esa pregunta que todos hacen: ¿Por qué ahora? «Llevo toda la vida anotando ideas, prestando atención a lo que ocurre en el mundo y sintiendo el estímulo entendiéndome yo y para comprender a los demás; siempre he sido escritor de bloc y mi 'pilot'», concretaba Ceyles.

Le preguntaba Morales Lomas: «¿Cuáles serían las claves para la lectura?» . Y Juan Ceyles filosofaba sobre su obra y la literatura: «En la pintura nadie se escandaliza por un cuadro abstracto pero en la literatura no se da eso todavía, no se acepta. A mí me encanta el ruido, pixelar... Me encantaría que todo el mundo me entendiera, pero lo único que puedo hacer con esta mente es invitar a la gente a participar conmigo en el desarrollo. Yo siempre digo que el arte le da a cada uno lo que necesita y merece», matizaba.

Para concluir el acto, antes de firmar ejemplares y seguir disfrutando entre amigos, conocidos y familia, Ceyles dejaba estas palabras: «¿Todavía vamos a estar exigiendo una referencia, un modelo o un canon único? Yo no renuncio a ningún formato, propongo un mundo de mayor libertad. Del que más he aprendido es de Joyce, de su libertad, era poco imaginativo pero cogía una idea y podía llegar a hacer de todo».