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Cuando falleció su madre, apareció en el joyero un anillo con un zafiro que había pertenecido a la familia desde varias generaciones. «La de secretos que podría contar si esta piedra hablase», pensó entonces Carmen Posadas (Montevideo, 1953), que se arrepintió de no haberle preguntado más a su madre por las historias de aquella sortija. Y aunque no se considera una «fanática» de las alhajas, la escritora que hay en Carmen no dejaba de darle vueltas a aquella idea enjoyada que de pronto tomo forma de perla. Y no una cualquiera, sino la Peregrina, la posesión más deseada y envidiada de la familia real española desde los tiempos de Felipe II y que acabo en el cuello de otra emperatriz, pero de la gran pantalla, Elizabeth Taylor. Como la bien pagá, esta admirada joya que de mano en mano va es la gran protagonista de 'La leyenda de la Peregrina', la última novela de Posadas que ayer presentó en el CAC Málaga dentro de los Encuentros Planetarios organizados por la Fundación Rafael Pérez Estrada.
«No solo es una piedra codiciada, sino lo llamativo es que siempre ha estado en el centro del poder desde que se la regalaron a Felipe II, el hombre más poderoso de la tierra en su momento», aseguró ayer a SUR la escritora, que reveló que superó recientemente el coronavirus. Sin síntomas. «Ni me he enterado», explicó Posadas, que ha querido estar en Málaga con los lectores para enseñar su última joya literaria, pero también porque «tenemos que hacer un esfuerzo por recuperar la cultura».
Sobre la protagonista de su novela, la famosa y estudiada Peregrina, la escritora confiesa que ha tenido «suerte», pero también una «gran dificultad». «He querido respetar su historia y, aunque a veces he sentido la tentación de inventarme historias, no podía mentir», explica la autora de 'Pequeñas infamias' y 'La bella Otero', que no obstante ha tenido la libertad para rellenar las lagunas de la Historia: «Toda la parte documentada, con sus propietarios, sus robos y las peleas para conseguirla, he procurado ser fiel a las crónicas, pero en la situaciones o en lo que Felipe II le decía a su mujer en la cama he tenido más libertad».
Lo que es cierto es que la propia historia de la Peregrina es tan poderosa que no hace falta inventar (casi) nada porque la realidad ya se encarga de superar a la ficción. Así, la fascinación de la casa real española y del resto de Europa por la perla rescatada de las aguas de Panamá en el siglo XVI se convirtió casi en una obsesión cuando entró en el joyero real de Felipe II. La pieza no solo representó un símbolo de estatus, sino también de poder y el ejemplo es el Museo del Prado, donde esta gema de 71 quilates y medio con forma de lágrima es la que protagoniza más cuadros. Allí están Margarita y Ana de Austria, dos de las esposas de Felipe II, que no dudaron en mostrar su posición dominante con la joya, pero también María Luisa de Orleans e Isabel de Borbón, aunque el óleo más llamativo es el monumental retrato ecuestre que Velázquez hizo de Felipe III, con la Peregrina prendida en su sombrero.
La llegada de los Borbones se saldó con un incendio en palacio del que se salvó la Peregrina, pero también 'Las Meninas' ya que la obra fue arrojada por una ventana. Pero la joya fue testigo de la decadencia de la monarquía española hasta la invasión francesa y la llegada de José Bonaparte, «el mayor expoliador de España ya que escapó con tesoros que ocupaban una caravana de carretas de 20 kilómetros», cuenta Posadas. La perla iba entre esas posesiones robadas. Salió para no volver, aunque estuvo a punto.
En 1914, Alfonso XIII estuvo tentando de comprarla y recuperar aquel patrimonio, pero optó por otra parecida porque le pareció muy cara. Pero no informó del cambiazo a su mujer, la reina Victoria Eugenia, destinataria de la joya. En 1969, la verdadera perla salió a subasta y la viuda del rey supo entonces del fraude marital. «Una vez más le había engañado ese marido tan infiel que, cada vez que le ponía los cuernos, le regalaba una joya», recuerda Carmen Posadas, que revela que la propia Victoria Eugenia intentó recomprar la alhaja en aquella venta al mejor postor.
Pero la piedra no volvió a la Casa Real española, sino a otra dinastía más influyente entonces, ya que Richard Burton hizo la oferta más alta para regalársela por el Día de San Valentín a la reina de la gran pantalla, Liz Taylor. El precio fue de 37.000 dólares. Una suma importante, pero nada descabellada. De hecho, hace una década volvió a subastarse, esta vez por casi 12 millones de dólares. «Se sabe que fue un comprador de los países árabes, pero lo que tengo claro es que volverá a aparecer porque esta perla ha resistido a todo».
'La leyenda de la Peregrina'
Autora: Carmen Posadas
Novela histórica, Editorial Espasa, España, 2020, 21,90 euros.
La novela fue presentada ayer en el ciclo 'Encuentros planetarios', que organiza la Fundación Rafael Pérez Estrada en el CAC Málaga.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Ignacio Lillo | Málaga
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