En la calle Compañía hay más jaleo del habitual. En el acceso al salón de conferencias del Museo Carmen Thyssen Málaga se agolpan decenas de personas que esperan a que se abran las puertas. Un cartel reza:«Aforo completo, disculpen las molestias». Nieves Concostrina lleva años consolidándose como líder de opinión y pensamiento, y su presencia en el Aula de Cultura SUR de ayer, que se organiza con el apoyo de Obra Social La Caixa, hizo que muchos parasen el reloj para escuchar sus palabras en vísperas del 8M, pero ella no vino a hablar de su libro(s). Durante una hora se dedicó a repasar la vida de diez mujeres, algunas con su correspondiente dosis de reconocimiento, otras «totalmente desconocidas», pero con algo en común:la historia, la sociedad y su machismo les han impedido ser recordadas como lo que son, mujeres «que han aportado mucho».
Antes del viaje al pasado, el coordinador del Aula de Cultura y colaborador de SUR, Pablo Aranda, repasó brevemente la larga trayectoria con la que Concostrina, desde su llegada a la redacción de Diario 16 hasta ahora, ha conseguido ser una de las divulgadoras con más peso del país.
La primera mujer sobre la que la periodista puso el foco fue la activista sufragista Emmeline Pankhurst, «una señora muy digna que montaba unos pollos tremendos». Sus movilizaciones y acciones reivindicativas, que la llevaban al calabozo con asiduidad, fueron fundamentales para que Reino Unido permitiese el voto femenino. Cuando falleció su funeral fue multitudinario, algo similar ocurrió cuando falleció Emily Davidson, una activista «un poco intensa» que, tras luchar toda la vida por los derechos de la mujer decidió tirarse frente al caballo del Rey Jorge V durante una carrera a modo de protesta. El accidente le costó la vida. Su entierro llenó las calles de gente en un desfile sin igual. «Ahora el Gobierno británico está declarando las tumbas de estas sufragistas como patrimonio nacional».
La presentación conjunta de las dos figuras, que contaron en su día con el reconocimiento de la sociedad y que ahora se están convirtiendo en símbolos del feminismo contemporáneo a nivel institucional, no fue casual. Concostrina quería contraponerlas con otras dos activistas y políticas; Clara Campoamor apareció en la pantalla:«Acabó teniendo en contra a su propio partido y gracias a ella muchas de nosotras estamos hoy aquí». La gran artífice del voto universal –«España es el único país que lo ha conseguido en un Parlamento y no a tortazos en la calle»–, murió en Suiza donde fue incinerada y transportada a San Sebastián. «El traslado de sus restos se hizo en el mayor ostracismo, y allí fue enterrada compartiendo panteón con la familia Montó Riu;su nombre está en la parte inferior».
Recordó también a Victoria Kent, que se oponía a Clara Campoamor en sus ideales feministas pero que, a ojos de Concostrina, era igualmente una mujer luchadora en su contexto. La abogada y política republicana malagueña se convirtió en un símbolo de la libertad de los presos como directora general de Prisiones, pero acabó en el exilio, de donde regresó a España solo una vez en la transición. «Me ha costado mucho encontrar su tumba, está en Connecticut muy deteriorada junto a la de su compañera sentimental Louise Crane». La periodista hizo una comparación de los sepulcros como forma en la que el país agradece la lucha por los derechos de todos. «Campoamor ni siquiera tiene una propia;me da mucha pena que estén en tumbas olvidadas».
La siguiente mujer apartada por la historia, una «desconocida» para Concostrina hasta la preparación de la conferencia, es María de la O Lejárrega. Escritora que daba vida a los textos que firmaba su marido, Gregorio Martínez Sierra, falso autor que acunó mucha fama en su época como libretista y en otros géneros gracias al talento de su mujer. Tras la separación, después de que Martínez se fuese con una actriz, la escritora perdió los derechos de su obra y murió sin nada. En Logroño hay una fuente llamada Fuente de los Riojanos Ilustres, pero «nadie pensó en María de la O Lejárrega», se lamentó Concostrina.
La feminista Carmen de Burgos 'Colombine', primera periodista y reportera de guerra Española (autora de 'Puñal de claveles', una obra que muchos autores dicen que pudo inspirar la obra de teatro 'Bodas de sangre' de Federico García Lorca) siguió la lista. Le acompañaron Sophie Berthelot (científica a la sombra de su marido), Marie Curie (que se llevó «el Nobel de Chiripa»,), Rosalin Franklin (artífice de la fotografía que permitió el descubrimiento del genoma humano y no fue mencionada por sus colegas al recoger el Nobel tras su fallecimiento) y Hedy Lamarr (actriz e inventora que aportó las bases de la red wi-fi). Como reflexión, apuntó que el hombre es «defectuoso por naturaleza», lo que justifica que el machismo prevalezca.
Pese a ello, lanzó un mensaje conciliador:«Le doy las gracias a los hombres feministas, aunque muchos no lo crean son cientos de millones».
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