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Desprende seriedad nórdica, pero en las distancias cortas Jo Nesbø es también un tipo afable e irónico. El maestro del thriller moderno y rey del ' ... nordic noir' reconoce que su vida sería «una mala novela», sin giros de guion ni grandes conflictos. Y tira de humor cuando admite haber olvidado una de las citas de su último libro, 'La casa de la noche' (Reservoir Books), la novela de terror que ayer presentó en el Centro Andaluz de las Letras (CAL) en Málaga. Así puede volver a usarla sin sentirse mal por ello, asegura. Jo Nesbø (Oslo, 1960) atendió a la prensa antes de su encuentro con el público en la que ya es su segunda casa. Desde hace un año se refugia en Málaga durante el invierno para dedicarse a sus dos pasiones: la escalada y la escritura.
–Tengo entendido que conoce bien Málaga.
–Sí, tengo un apartamento en Málaga desde el año pasado. Solo me quedo un par de meses en invierno. Vine básicamente para escalar. Voy a escalar a El Chorro, pero también a muchos otros lugares de los alrededores de Málaga.
–¿Por qué Málaga?
–Porque me gusta. Visité la ciudad y me enamoré de ella. Conocí a algunos escaladores aquí y decidí quedarme. Hasta el año pasado iba todos los inviernos al sudeste asiático para escalar y escribir. Así que decidí que mejor vendría a Málaga los inviernos para escalar y escribir aquí.
–Así que algunas de sus próximas novelas nacerán aquí.
–Con un poco de suerte, sí. Espero que sí.
–Escala, es exfutbolista, tiene un grupo de rock y escribe. Su vida también daría para una novela.
–No. Creo que mi vida sería una muy mala novela, una novela muy aburrida. Para que cualquier historia funcione, es necesario tener un gran conflicto. Todas las grandes historias tratan de grandes pérdidas. Eso es lo que buscamos en las historias: sufrimiento y pérdida. Y me temo que hay muy poco de eso en mi vida.
–Quizás no sería una novela de terror, pero sí de aventuras.
–Sí, eso es verdad. Pero si preguntas a los brasileños sobre el momento más importante de la historia del fútbol en Brasil, todos dirán que fue en 1950 cuando perdieron ante Uruguay en la final. La gran tragedia. Eso es lo que realmente despierta emociones. Mi historia trataría sobre aventuras que tendrían valor para mí. Y no la escribiría. Empecé a hacerlo porque me lo pidieron tras conseguir a los 60 años completar mi proyecto y escalar el grado 8a. Querían que escribiera sobre cómo pasé tres años trabajando con ese objetivo en mente, haciendo la misma ruta una y otra vez. Y comencé a hacerlo, pero me di cuenta de que era aburrido. Te fijas una meta, te esfuerzas y al final lo logras. No hay giros en esta historia. Así que no, me limitaré a escribir sobre hermosos perdedores como Harry Hole (el detective protagonista de su famosa serie policiaca).
–En 'La casa de la noche' el lector se introduce en la historia a través de la mirada de un adolescente, el marginado y el problemático de la clase. Tengo curiosidad por saber cómo fue su adolescencia. ¿Era del grupo de los raritos o de los populares?
–Creo que fui más un observador. Pero por alguna razón, atraía a los abusones y a los personajes más excéntricos de mi colegio. No tenía muchos amigos, solo unos pocos y eran como estos personajes extraños y matones. Recuerdo que un compañero de clase me preguntó un día 'tu eres un buen chico, ¿cómo puede ser que tengas amigos tan terribles?'. Y no lo sé. Yo le contesté que, cuando les conocías, no eran tan malos. Y sí, lo eran. Pero también eran interesantes. Encuentro interesante a los 'outsiders'. Y Richard es probablemente el tipo de amigo que yo tenía en la escuela. Hay muchas historias contadas desde la perspectiva de aquellos que son acosados y se vengan de los agresores, esta es una historia desde el punto de vista del acosador. Pero hay algo más profundo. Es un matón porque no se siente apreciado, porque se siente un perdedor.
–En sus novelas retrata el lado oscuro de las personas. ¿Le queda esperanza en la condición humana?
–Sí, definitivamente. En la mayoría de las personas, lo bueno supera lo malo. Pero todos tenemos el potencial malo dentro de nosotros. Si tengo una misión como escritor es obligarte a ver desde el punto de vista de la persona que no quieres ser, o que normalmente no apoyarías. Creo que la razón es que crecí con un padre que luchó con los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial, estando en Occidente, siendo un traidor. Él quería luchar con los alemanes contra los rusos porque tenía más miedo de que Stalin ocupara Noruega que de Hitler. Cuando me contó lo que hizo durante la guerra, yo tenía 15 años y fue un shock para mí. Pero también fue el comienzo de una conversación que durará toda la vida sobre el bien y el mal y sobre por qué haces qué, por qué tomas las decisiones que tomas. Y eso se refleja en mis libros. Intento ponerte en el lugar de aquellos que no quieres ser.
–En 'La casa de la noche' vuelca sus miedos infantiles, pero ¿qué le da miedo hoy?
–Volverme loco, perder la cordura. Ese es mi mayor miedo. No es algo que sienta que por el momento pueda suceder, pero ese sería mi mayor temor. He tenido miedo desde que era niño. Incluso hoy en día veo películas con mi novia y ella se ríe de mí. El otro día me hizo una foto porque estábamos viendo la última temporada de 'True detective' y yo me estaba tapando los ojos. Siempre ha sido así.
–¿Y no teme quedarse sin nada que contar?
–No creo que eso suceda. Lo que más temo es que el tiempo se acabe, que no tenga tiempo suficiente para escribir las historias que quiero contar. Siendo realistas, eso sucederá. Me preocupa perder la capacidad de contar las historias que quiero contar, pero no me veo quedándome sin ideas.
–¿Le cansa la etiqueta de 'el rey de la novela negra'?
–No, me encanta.
–Es mucha presión.
–Bueno, no pienso mucho en eso. Cuando estoy en mi habitación escribiendo, la historia es todo lo que existe. No hay lectores, no hay editoriales, ni agentes, ni medios de comunicación. Sólo estamos la historia y yo. Siempre ha sido así. Escribo sobre cosas que me interesan, intento escribir una historia que me gustaría leer. Y al hacerlo no me importa si mi libro encuentra pocos o muchos lectores. Prefiero tener pocos lectores para los que mis historias signifiquen mucho, que muchos lectores que piensan que mis historias están bien.
–En la novela, la señora Zimmer le recomienda a Richard y a su amigo: «Entrenaos a boxear y leed poesía». ¿Suscribe ese consejo?
–¿Es una cita de la novela? (Se la muestro en la página y la lee) Resulta aterrador que no recuerde haber escrito eso, pero sí es un buen consejo. Y también es un buen consejo olvidar las citas de tu libro para poder usarlas nuevamente más adelante sin sentirte mal por ello.
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