

Secciones
Servicios
Destacamos
Sábado, 28 de marzo 2020, 01:46
SUR publica los mejores microrrelatos de los lectores. El periódico edita a partir del este fin de semana las mejores historias breves que se reciban. Envía tus microrrelatos a microrrelatos.su@diariosur.es. No existe límite de edad ni ninguna temática obligatoria, sólo hay que cumplir un requisito: no superar las 150 palabras.
Edgar Robles
El hallazgo del primer hueso fue todo un suceso que apareció en las noticias vespertinas y nocturnas. Conforme salían los fémures, las tibias y las costillas, los reporteros ya tenían abarrotado el perímetro. La policía tuvo que contener a los grupos de curiosos que intentaban romper el cerco. Salió un cráneo, dos, siete, nueve. Y después un montón de huesos. Era el suceso del año. Pero yo no pude ser partícipe de él, porque claro, apenas la situación fue del conocimiento popular, tuve que salir de ahí esposado, con chaleco antibalas y la cabeza agachada. Mientras tanto, los forenses arrancando, machacando, profanando, mi bello jardín. ¡Y con el trabajo que me había costado sembrar a todas esas personas!.
Alejandro Barrón
Por las noches, antes de dormir, le quito a mi mujer los pendientes, las gafas y el anillo que compró en París. Lo dejo todo en la mesilla a un lado de mi cama, junto a su peluca y a su rostro. Pongo sus ojos en un vaso con agua, junto al vaso donde va su dentadura. Me acerco con suavidad, le doy un beso, me limpio la sangre y apago la luz.
Mica Biotita
Una típica noche, embrutecido y tambaleante por el consumo de varias botellas de Brandy de Jerez, José Francisco, de familia aristocrática ('Sus scrofa domestica') de Andalucía, normalmente justificaba sus borracheras, aduciendo que disfrutaba plenamente las asombrosas historias de los gusanos de la uva de su tierra nativa. Cuando llegó la hora de la cena, José Francisco se sirvió una abundante cazuela de bellotas frescas provenientes del bosque de dehesas, y se aprestó a abrir una nueva botella de Brandy de Jerez. Para su mala suerte, la alacena estaba vacía, y las tiendas de Villa de Rota ya estaban cerradas a esas horas de la noche, así que simplemente decidió no cenar, puesto que un cerdo de alcurnia no se comería las deliciosas bellotas sin la compañía de su brandy favorito.
Celia Ortiz Mora
Al morir, Gregorio Samsa dijo: El dinosaurio despertará cuando yo me haya ido.
José Garrido Mendoza
Estaba en casa, viendo las noticias, y la cosa ha cambiado bastante. Los delfines vuelven a nadar, en unas limpias y renovadas aguas, por las líquidas calles de Venecia. La calidad del aire ha mejorado en todas las ciudades. El consumo desmesurado ha decaído exponencialmente. Parece que, el confinamiento, solo trae buenas nuevas para la madre naturaleza. He llegado a pensar que, los animales y las plantas de la Tierra, se están vengando de nosotros. Pero, después, he caído en la cuenta de que, es mi perro el que ahora me saca a mí a la calle. Gracias a él, puedo seguir viendo el Sol. Y he comprendido. Ellos no son los culpables, siempre fuimos nosotros.
María Victoria Martín
Mi memoria comienza cuando estaba en el vientre de mi madre. No estaba sola, recuerdo estar con mi hermano que se despedía de mí.
−Tú te vas y yo me quedo—me decía.
Sentía tristeza y soledad. Para mí que estaba en otro planeta, y que me tenía que ir por un castigo de rebeldía a las normas. Mi planeta es de una luz rosada, y el paisaje muy llano, con suaves montículos. No existe la política financiera ni de poder, cada uno sabemos nuestras normas y las respetamos, nos comunicamos telepáticamente. No se conoce el odio, ni la envidia. Yo quise conocer otros planetas y aquí estoy.
Miguel Ángel Molina López
Cualquier día explotará y cortará con esta mierda de vida. Ya no soporta más babas por la cara, no quiere seguir haciéndolo sin preservativo y cada vez odia más ese olor nauseabundo a sudor, orines y perfume barato. Tumbada en la cama, recibe las embestidas deseando terminar cuanto antes. En eso él también está de acuerdo, así que en dos minutos todo ha acabado. Tras derramarse sobre ella le dice con desprecio: «Puedes largarte, he tenido suficiente». Deseosa de perderle de vista cuanto antes se malviste corriendo, pero antes de salir se vuelve y dice: «En diez minutos cenamos».
Juany Navarro
Nos encerramos en la absurda idea de que estamos solos. Rodeados de mucha gente, pero solo. Da igual cuánta gente, de nuestro alrededor, nos quiera pues seguimos sintiéndonos solos. Un sentimiento al que nos aferramos cuando algo impredecible negativamente sucede.
Ahora es el momento de estar realmente solos pues estamos confinados en casa. Ahora que nos toca estar solos y lidiar con nuestros pensamientos nos da miedo. Nos da miedo que venga un monstruo y no podamos ganar la batalla, pues nuestra arma de lucha es toda esa gente de nuestro alrededor que nos ama. Ahora es el momento de estar solo para abrirte en mente, cuerpo y alma y reflexionar sobre, por ejemplo, quien nos ayuda a combatir los miedos y luchar por nuestros sueños.
Enciérrate para poder abrirte y conocerte un poco más.
Rosa Martín Cotilla
De haber sabido dónde me metía nunca hubiese acudido. Aún tiemblo cuando recuerdo aquella casa, el chirriante sonido de las bisagras de las puertas, el tic tac de un reloj de pared sin manecillas en un compló de números desordenados. Y aquel aliento sobre mi nuca, susurrando mi nombre. Tenía que haber salido de la casa, coger el coche y olvidarme de aquel contrato, pero tuve que girar el maldito pomo y entrar a aquella semioscura habitación. Recuerdo mis pies pegados al suelo sobre aquella tarima de madera, el calor del orín cayéndome, bajando caliente sobre mis entrepiernas. Yo, la mejor vendedora de inmuebles, había terminado cazada como una rata. ¡Vaya paradoja! ¡Lo que se rieron a mi costa! La otra parte ya la conoce doctor, aparte de estar en YouTube también la tiene en su informe médico.
J. V. Santos
Entonces era diferente; las miradas no se sucedían en bares ni pistas de baile. Nuestro deseo surgió, estéril y distante, a través de las estanterías del supermercado.
Mirey Jimena Ruiz
Espero con impaciencia que el reloj marque la hora exacta, momento en el que fundirme con el resto de mis vecinos en un aplauso colectivo en señal de ánimo y gratitud.
Lucía Morales Ramírez
Hoy me levanté con una boca que no era mía, me desperté con unos insinuantes, preciosos y carnosos labios colorados; perfectos para dar bocados. Son un verdadero derroche de sensualidad; suculentos, apetitosos como un Fresón de Palos.
Me quedaré en el baño contemplando mi voluptuosidad carmesí, entre vergüenza y asombro me disfrutaré frente al espejo un rato, no todos los días se levanta una siendo la viva imagen del pecado.
Luego, sobre las ocho, me iré al balcón a tirar besos a mis vecinos mientras aplaudo.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.