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Juan Naranjo creció siendo gay en los años 90 en Torremolinos, aunque eso –lo de su orientación sexual– lo supo mucho tiempo después. En aquellos ... años de colegio e instituto, este profesor, 'booktuber' y activista era un niño «diferente» que no encontró algo parecido a la felicidad hasta que llegó a la universidad. La crueldad de sus compañeros y la consecuente marginación iban de la mano de un entorno familiar con el que le costaba hacerse entender, a pesar de que la mayoría le querían (y le quieren) tal como es.
Ahora las cosas son bien distintas. Juan Naranjo se ha convertido en Juanito Libritos, uno de los 'influencers' culturales LGTB (lesbianas, gays, transexuales y bisexuales) más importantes de España. Aquellos compañeros que entonces le insultaban y le humillaban agachan la cabeza cuando se lo cruzan por las mismas calles de su pueblo. Su padre ha desaparecido de su vida, y además ha conseguido derrotar gran parte de sus miedos. La mayor prueba de ello es que es profesor de instituto en el escenario de las torturas que sufrió durante tanto tiempo. De hecho, Juanito dejó de ser un docente anónimo cuando hace unos años la gente conoció que sus métodos de enseñanza aportaban a sus alumnos lo más importante: la capacidad de reflexionar y mejorar el mundo que les rodea. «Pensé que podía hacer algo bueno», dice cuando se le pregunta por qué escogió estudiar oposiciones tras un intento fallido para quedarse de profesor en la UMA.
Este es parte del bagaje con el que Juan Naranjo cuenta para presentar su primer libro, 'Mariquita' (Sapristi Cómic, Editorial Roca), una novela gráfica que sale hoy a la venta y que cuenta en tres capítulos su experiencia vital bajo el yugo de un entorno que le hizo sufrir por no adscribirse al perfil heteronormativo de la sociedad. «Este libro es un ejercicio de memoria; un recuerdo de lo que era crecer en los años 90 siendo marginado, diferente y gay», cuenta el autor frente a la puerta de la librería Pérgamo de Torremolinos, un lugar en el que le conocen como si trabajara allí.
Para poder plasmar esta historia, Juanito estuvo casi dos años aprendiendo a pintar con acuarelas. Cuando se sintió preparado («al menos con un nivel mínimo», explica»), se lanzó a contar una historia que se divide en los episodios del colegio, el instituto y la universidad. A pesar de su portada y aspecto infantil, Naranjo recalca que no es un libro para niños. Además de las humillaciones y los insultos, 'Mariquita' también relata a la perfección el despertar hormonal de un adolescente, la primera masturbación y su relación con el sexo, temas que entonces eran aún más tabú de lo que son hoy, pero que en su caso se multiplicaba al no tener referentes sólidos ni cercanos durante esa etapa en la vida de las personas. Basta una lectura (aunque da para varias) para notar que es un libro que resulta imprescindible a partir de los quince años en adelante.
Más allá del placer literario y de la historia personal, 'Mariquita' es el relato –en mayor o menor medida– de cómo son las infancias de la mayoría de personas que se dan cuenta de que son diferentes al resto. Por eso, esta novela gráfica podría funcionar a la perfección como un manual escolar contra la homofobia. «Que esto pudiera servir para mejorar nuestra sociedad combatiendo el odio en las escuelas sería algo maravilloso, aunque nunca me planteé eso cuando me senté a escribir el libro», admite Juanito.
Aun así, con solo mantener una conversación con él o acudir a una clase de las que imparte, resulta evidente que Juanito Libritos ha impregnado su bondad –pero también su ADN combativo– en todo lo que hace en la esfera pública: desde su canal de Youtube en el que habla de historia y literatura LGTB (entre otras cosas) a sus hilos en Twitter, algunos de los cuales se han viralizado por su capacidad para acertar en los diagnósticos.
Es esto último el motivo que hace de 'Mariquita' un título imprescindible. Las constantes reflexiones de un narrador que al mismo tiempo es protagonista debería hacer sentir mal a los que entonces eran los verdugos, y encontrar duras similitudes entre las víctimas. Aunque su familia, amigos, exnovios y rivales se puedan ver representados en la historia, la novela viene a ser un testimonio visual y escrito que no solo le pertenece a su autor, sino que forma parte de un imaginario que millones de niños y niñas sufren a diario en cualquier país del mundo.
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