María Victoria Atencia, Hija Predilecta de la Ciudad del Paraíso

Y aunque la capital no protagoniza en exclusiva ese poema nunca escrito por María Victoria Atencia (1931), el aroma de sus calles y el espíritu mediterráneo salpican toda su obra literaria. Por ello, como dijo el alcalde, Francisco de la Torre, la concesión de esta distinción es una «deuda de la ciudad contigo». Y para la poeta no fue un reconocimiento más. «Quiero manifestar el inmenso gozo y regalo que para mí supone recibir la medalla de la ciudad de Málaga, mi ciudad», abrochó la poeta nada más empezar tras ponerse las gafas y mirar el repleto salón de plenos que ayer se vistió de gala para recibirla.

La autora de 'Cañada de los ingleses' y 'Ex libris' recibió la medalla y el título haciendo memoria y el primer nombre fue el de su «compañero y maestro», Rafael León (1931-2011), que además de su inseparable pareja fue concejal de Cultura del Ayuntamiento de Málaga. También se acordó de su tío Enrique Atencia Molina y su hermano Manuel Atencia García, que formaron parte de la corporación municipal tiempo atrás, además de que otro hermano, el médico José Atencia, que «recibió esta misma medalla que hoy recibo». De la familia pasó a los parientes poéticos «ausentes», para citar en primer lugar a Aleixandre, además de Jorge Guillén, Dámaso Alonso, Alfonso canales, José Antonio Muñoz Rojas, Bernabé Fernández Canivell o Pablo García Baena, que retrató a la ayer homenajeada como «la maestra de las palabras exactas».

Vestida de negro impecable, la poeta de la Generación del 50 recibió entre aplausos la Medalla de la Ciudad (del Paraíso) de manos del alcalde, al que la poeta no soltó emocionada durante el largo aplauso de la corporación municipal y los presentes. Previamente, en su discurso, Francisco de la Torre nombró de memoria la amplia familia de los Atencia, a la vez que aseguró que «al entregarte esta medalla tengo la sensación de cumplir una tarea, una obligación y un honor inmenso ya que eres una persona que trasciende las fronteras de Málaga». «Hoy te llevas la sensación de cariño, de afecto y de admiración de tu ciudad», le dedicó el alcalde que explicó que el día anterior estuvo revisando el expediente y encontró cartas de adhesión de figuras nacionales e internacionales, como la profesora italiana Marina Bianchi, cuyo exhaustivo conocimiento de la obra de la malagueña llamó su atención.

El acto, al que también acudió el presidente de la Diputación, Francisco Salado –el Centro Cultural Provincial lleva el nombre de María Victoria Atencia–, y el nuevo rector de la UMA, Teodomiro López –la poeta es Honoris Causa por la universidad–, contó con la intervención de la concejala de Cultura y instructora del expediente de Hija Predilecta, Mariana Pineda, que destacó la condición de maestra de Atencia, cuya «casa siempre ha estado abierta para los poetas de ayer y de hoy». Una condición de madrina que, según la edil, se sustenta en dos rasgos de su personalidad, «su humildad tan escasa en la sociedad de hoy» y «el cariño que muestra a todos los que se acercan a ella». «Gracias por entender la gran Málaga del siglo XX y XXI», cerró su intervención.

Por su parte, los cuatro grupos representados en la corporación municipal también tomaron la palabra para destacar la condición de «pionera» de Atencia. Así, Dani Pérez, portavoz del PSOE, destacó que la escritora fue la primera mujer en ganar el Premio de Poesía Reina Sofía y en pronunciar el pregón de la Semana Santa, para sellar su intervención con uno de los poemas de la autora «como si se lo leyera a mis hijos».

La representante de Con Málaga, Toni Morillas, recalcó que María Victoria «alzó su voz poética en un tiempo de hegemonía del hombre, por lo que es importante nombrar a las mujeres que quebraron los estereotipos de género en su época y hacerlo por tantísimas mujeres que han sido invisibles». Un perfil en el que también coincidió la portavoz del PP, Elisa Pérez de Siles, al retratarla como «una mujer avanzada su tiempo y de sensibilidad creativa», mientras que en nombre de Vox, Antonio Alcázar, perfiló su determinación como la primera mujer que se sacó el título de «piloto de aviación en Málaga, una prueba de su espíritu pionero». Y de una poesía que tuvo vuelo propio para aterrizar siempre en la Ciudad del Paraíso.