Julia Navarro: «Me inculcaron desde pequeña que no dependiera de los hombres»

En el siglo XXI, Julia Navarro escribe de Medea. «Ella es un personaje que no me cae simpática, no admiro a todas las mujeres sobre las que escribo, pero sí que me parecen interesantes», admitió al hablar de esta historia de la mitología griega. Recordar a Medea y Jasón llevó a la conversación hasta hablar de la necesidad de mencionar a más mujeres en los libros de estudio: «Cada ministro cuando llega al Gobierno hace algo nuevo, pero a ninguno se le ocurre poner a tantas mujeres que deberían estar en los libros, no por su género, sino porque sus aportaciones han sido realmente notables. La desproporción que hay en los libros de texto sigue siendo brutal, por eso luego dicen que a las niñas les cuesta elegir carreras de ciencias, porque no tienen referentes», detalló Navarro en una conversación que condujo y presentó el redactor jefe de SUR Alberto Gómez, codirector del Aula de Cultura junto a Regina Sotorrío; cita que organiza este periódico con la colaboración de Fundación Unicaja y Cervezas Victoria.

En el siglo XXI, Julia Navarro habla de su abuela Teresa. «Si viviera estaría enfadada conmigo porque allá donde voy me preguntan por ella. Fue la que me enseñó a leer», recordó. Y, en este momento del encuentro, rememoró su infancia: «Me encantaba imaginar historias y escribirlas. Pero claro, eran cuentos absurdos en los que el perrito hablaba con la farola y esas cosas», desveló Navarro. Desde pequeña también le enseñaron a tener una habitación propia: «Me inculcaron que tenía que ser independiente de los hombres y que la única manera de tener una vida propia pasaba por eso», confesó.

En el siglo XXI, Julia Navarro habla de Santa Teresa de Jesús. «Dicen que se metió a monja para poder pensar. Eso me abrió la mente y entendí que a lo largo de la historia muchas mujeres estaban en los conventos para tener una vida propia porque en la sociedad a las mujeres les correspondía pasar de la casa del padre a la del marido. Ella fue una mujer que pertenecía a un ámbito social privilegiado porque no tuvo la vida de las monjas normales. Los conventos fueron un espacio de independencia para muchas mujeres», aseguró la periodista.

En el siglo XXI, Julia Navarro habla de María Zambrano. «Estando en Málaga es inevitable pararnos en ella», comentó Alberto Gómez. «Ella llegó tarde a los libros de texto; yo no la estudié, la descubrí siendo mayor. Cuántas de esas mujeres nos hemos perdido...», lamentó Navarro. Del revisionismo de los libros de otras épocas también se debatió en esta cita del Aula de Cultura: «Me parece escandaloso que con 'Diez negritos' de Agatha Christie se cambie y se digan sólo 'Diez'. ¿Diez qué? Desde luego que es un movimiento totalitario y peligroso, me parece un ataque brutal a las libertades porque la verdadera libertad es leerlo como ellas lo escribieron», denunció. En ese momento de la conversación, Alberto Gómez le preguntó por el lenguaje inclusivo. «No lo utilizo porque no me gusta la ingeniería social. Soy un poco rebelde», contestó.

En el siglo XXI, Julia Navarro habla de Clara Campoamor, Marie Curie, Helena de Troya, Hannah Arendt o María Teresa León, entre otras tantas. Eso en su libro 'Una historia compartida', que después de tantas novelas de éxito como 'Dime quién soy', se ha ganado el título a su obra «más personal». «Fue en el confinamiento, no era capaz de hacer un viaje literario y lo que hice fue recordar. Esa fue mi vía de escape porque ese tiempo me afectó muchísimo», insistió la escritora, que tras la conversación con Alberto Gómez, charló con el público, interesado y entregado en su obra e historia. «Después de leer 'Dime quién soy no fui capaz de leer otro libro, tardé tiempo», le confesó una de sus seguidoras. Aunque ahora sus fans tienen uno pendiente por leer y lo pudieron comprar en este Aula gracias al expositor instalado por la librería Luces en el salón de actos de Unicaja. Porque 'Una historia compartida es de todos': el relato del siglo XXI que escribe Julia Navarro.