Josep María Esquirol: «Nunca habían existido tantas facultades, aún así, la comprensión del ser humano es pobre»

El crujido de los pasos en el suelo de madera de un edificio histórico del siglo XVII se anticipaba al silencio que luego se impondría. En la sala Muñoz Degrain del Ateneo de Málaga se vivió ayer una de las citas del amplio programa del MaF: la conversación entre el filósofo y ensayista Josep María Esquirol y el diputado del PSOE Ignacio López Cano. Esta cita llegó con el motivo de presentar lo nuevo de Esquirol, 'La escuela del alma. De la forma de educar a la manera de vivir' (Acantilado), pero se convirtió desde el inicio en una reflexión sobre la vida misma y sus conceptos. Tal y como el mismo Josep María Esquirol destacó al final del acto, «la filosofía es una constelación conceptual y alrededor de esos conceptos hay una terminología». Una que él mismo desglosó cuando la madera dejó de crujir y empezó a profundizar en la conversación.

¿Qué es el 'alma' para Esquirol? «Es una palabra que no se usa demasiado y equivale a lo más profundo de la persona. Me gusta hablar de una hondura abierta que tiene el ser humano ya la que llamo alma», concretó el filósofo, que conectó ese mismo término con 'escuela': «Es el lugar donde se cuida la hondura de cada persona; donde alguien se dirige a otro con cierto aprecio para enseñar en el sentido literal de la palabra. Nadie puede enseñar nada sin vibrar».

¿Qué es 'casa' para Esquirol? «Un gesto hogareño como es el abrazo, el amparo, la protección... Este gesto es cuidar. Hablamos de 'casa' como sustantivo, pero lo más fundamental es el verbo 'casar', que significa reunir. Una casa fría es una contradicción, si no hay calidez, no hay casa», apuntó el ensayista durante la conversación con Ignacio López Cano, que se declaró fiel seguidor de sus libros.

¿Qué es el 'encuentro' para Esquirol? «Esa palabra la utilizo de forma más restringida. A veces las personas nos encontramos entre nosotras y establecemos relaciones muy significativas. Si tuviera que explicar mi vida lo haría aludiendo a todos los encuentros que he tenido con mis padres, mi hermana, mis amigos, mis parejas, mis hijos... Esos son los encuentros que constituyen la vida. Y justo en esos lugares a los que llamamos 'escuela' se cultiva un ambiente que facilita que haya encuentros», reflexionó Josep María Esquirol entre el silencio de la sala y algunos móviles al alza para captar frases clave. Algunos de los asistentes, en cambio, atendían a la 'clase de la escuela' del filósofo apuntando algunas notas con bolígrafo y papel.

¿Qué es el 'mal' para Esquirol? «En este punto es inevitable el hecho de que se haga un cierto diagnóstico de lo que ocurre en la sociedad contemporánea, que es bastante violenta. El mundo no ha ido bien casi nunca pero, sin embargo, siempre se han hecho cosas muy bien y ha habido gente muy bondadosa», analizó. Y justo al terminar, ante la pregunta de la directora del Ateneo Victoria Abón, dejó su opinión sobre la reforma educativa con la asignatura de Filosofía: «Nunca habían existido tantas facultades de Ciencias Humanas y Sociales y, aún así, la comprensión del ser humano es pobre. Nos entendemos poco a nosotros mismos».

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