El fenómeno Javier Castillo: así es el escritor del siglo XXI

En las últimas semanas, ese entusiasmo viral ha dejado imágenes arrebatadoras, como la del último Aula de Cultura de SUR con la kilométrica cola de más de mil personas esperando bajo el frío para llevarse la dedicatoria de Javier Castillo en su nuevo libro, 'El cuco de cristal', convertido en pocos días en el más leído en todas las listas. Un éxito que se ha unido en el tiempo al estreno de la adaptación de su novela 'La chica de nieve', que ha roto las mejores expectativas al situarse número 1 en el mundo en la plataforma Netflix. Un doble éxito inédito en nuestro país que ha dejado con la boca abierta a muchos. En estas líneas trataremos de explicar el fenómeno Javier Castillo. O acercarnos a él. Porque los fenómenos no tienen explicación. O, al menos, no desde los argumentos tradicionales.

Antonio Ruiz, gerente de Luces, no es de los de tirarse a la piscina. Aunque lo hizo con Javier Castillo. En lo literal y en lo literario. Y es que ambos entrenaban en las calles de agua de O2 para pruebas de triatlón. «La natación era lo que mejor se le daba», confiesa el librero, que descubre el carácter competitivo del autor cuando se dedicaba a la consultoría financiera de empresas y lo de escribir era un sueño. Un día, en el vestuario, el joven atleta le comentó que iba a publicar una novela y le preguntó si podría presentarla en su librería de la Alameda. El libro se llamaba 'El día que se perdió la cordura', lo había escrito en el tren de cercanías entre Fuengirola y Málaga cada día que iba al trabajo y había vendido 40.000 ejemplares en Amazon.

Primera noticia de que aquel compañero de brazadas fuera también escritor, pero le dijo que sí. «Creía que sería una editorial local o una autopublicación, pero cuando me dijo que era Suma de Letras me puso en alerta porque eso era primera división», confiesa Ruiz, que el día de autos no salía de su asombro. Entrevista a toda página en SUR y respuesta inesperada del público. La librería «petada» y gente hasta en las escaleras. 3

El hilo del relato lo retoma Gonzalo Albert, que fichó a Castillo después de que varias editoriales le dieran calabazas y él optara por autopublicarse en Internet. La presentación de Málaga salió muy bien, así que probaron a salir de la «zona de confort» y ver la reacción de los lectores. «Organizamos una firma en Murcia y me llamaron para decirme que había mucha gente fuera de la librería y que no tenían más libros allí, así que mandamos a la gente a otras tiendas a comprar ejemplares hasta que les tuvimos que decir que el libro se había agotado en toda la ciudad. Algo estaba pasando que hasta entonces no éramos conscientes», cuenta el editor de Suma, que vivió en primera persona como el título de la primera novela se hacía realidad. Aquel día se perdió la cordura, repitiéndose las mismas escenas en la Feria del Libro de Madrid o San Jordi en Barcelona.

En este punto, Albert aborda un aspecto que suele utilizarse para explicar el éxito del malagueño. Y, en cierta forma, infravalorar su éxito. Y es su gran presencia en redes sociales donde suma 426.000 seguidores en Instagram y los de su pareja, la 'influencer' Verónica Díaz, con 760.000. «Usa esos canales y eso le ha ayudado, pero hace seis años no tenía tantos seguidores ni era reconocido, sino un chaval que trabajaba en una consultoría y que había escrito una novela que nos había entusiasmado. Apostamos por un escritor desconocido que nos gustó», recuerda el editor, que insiste: «No le publicamos por lo que era, sino porque escribía bien».

En ese jardín también se mete otro observador cercano del fenómeno, el librero José Antonio Ruiz. «Había una especie de percepción de intrusismo por venir de una plataforma de promoción ajena a lo literario, pero era una visión errónea porque Castillo no es un 'influencer' que escribe, sino todo lo contrario: es un escritor con redes sociales», asegura el librero de Luces, que tira de lo empírico para demostrar lo literario: «El apoyo de las redes te puede ayudar en un libro o dos, pero ya van seis que han funcionado y se ha convertido en un fenómeno editorial que traspasa su inicio como 'influencer'». Y remacha: «Es un escritor joven de 'thriller' que se lee con agrado y la crítica no puede reprocharle lo más mínimo en cuanto a entretenimiento y originalidad».

Un estilo literario basado en el misterio y las tramas que enganchan que ya lo han hecho reconocible ante sus lectores y el propio mundo editorial. Y que combinado con su presencia en redes, da pistas del escritor del siglo XXI. «Ha roto con el mundo clásico del libro, con el autor que deja su obra para que otros la hagan suyas. Él entiende de otra forma la obra literaria, se implica en su difusión y crea nuevos lectores. Su gran contribución al mundo del libro es que ha sido capaz de robarle a Netflix clientes ahora se dedican a leer el tiempo que antes dedicaban a ver una serie», concluye el librero.

Para hablar de esto último, nadie mejor que sus lectores. Nadine Barrionuevo, estudiante de 4º de Comunicación Audiovisual de la UMA, cogió el coche hace unos días para llegar de Alhaurín a Málaga con tiempo suficiente para la presentación de 'El cuco de cristal' en el Aula de Cultura de SUR. Llegó hora y media antes de que empezara el acto, más que sobrada. Pero no si hablamos de Javier Castillo. «La cola ya llegaba pasada la pirámide de calle Alcazabilla y me quedé en la puerta del cine Albéniz antes de que los últimos entraran a la presentación», cuenta la joven, que allí se enteró que la primera de la fila había llegado algo más temprano: 9,30 horas de la mañana.

«Lo descubrí hace solo un par de años con 'Todo lo que sucedió con Miranda Huff' y me enganchó», cuenta la lectora, que permaneció seis horas y media al frío hasta que, pasadas la medianoche y cuando habían cerrado el cine Albéniz, consiguió una dedicatoria con «amor» de @JavierCordura, como se denomina el autor en las redes. «Nunca había esperado tanto tiempo para una firma y menos bajo ese frío, pero me acabo de terminar el libro y me ha encantado. El mejor, junto a 'La chica de nieve'», considera. En cuanto al atractivo del escritor, esta fan nos da una de cal y otra de arena. «Me compré sus libros por cómo escribe, sin conocerle físicamente ni tenerlo en Instagram, aunque es verdad que una amiga seguía a su mujer y eso fue su incentivo para seguir a Javier», cuenta Nadine, que puede presumir de ser una de las afortunadas que consiguió entradas para el preestreno en Málaga de la serie de Netflix basada en esa otro 'thriller' que le encanta a esta lectora.

Las mil personas que esperaron al escritor en Málaga, como las otras tantas de Sevilla o Barcelona estas últimas semanas, no se fueron sin su esperada firma, su foto con el móvil y su charlita con Castillo. Una «locura», como no se cansa de repetir el propio escritor que parece más bien una 'rock star' por esa respuesta casi fanática de sus seguidores. Su hermano, Francisco Castillo, ha visto toda esa evolución desde la barrera y explica su cercanía a los lectores. «Javi es muy familiar y anda todo el día con los niños, más ahora que viene Pablito -el tercero, junto a Gala y Bruno-. Lo que le ha pasado es muy excepcional y veo que lo afronta desde la humildad. Yo creo que ha sido importantísimo que ya hubiera construido su vida en lo personal, porque lo que le está pasando es de tal magnitud que lo normal es perder la cabeza, pero él sigue teniendo como referente a su familia, a Vero y sus junteras de siempre», cuenta Paco, como le dicen en la familia.

Como su hermano, Castillo Jr. también tiene facilidad para los números y es asesor financiero. «No, yo los libros solo para leer», aclara el pequeño de la familia, que se ha bebido los seis títulos de su hermano y vio de un tirón la serie 'La chica de nieve'. Cuando se le dice que Javier no puede ser tan bueno como parece, se ríe y bromea: «Es verdad que es un niño que da coraje». Así que le apretamos un poco en busca del lado oscuro. Se queda pensando y da con algo: «Bueno. Tenemos los dos mal perder y si íbamos perdiendo por goleada en un partido del FIFA éramos capaces de apagar la consola. Nos picábamos mucho», cuenta Castillo Jr, que añade que ese espíritu peleón también lo ha llevado a la escritura: «Tiene esa ambición de que cada novela salga mejor».

El productor Alberto Felez llama de otra manera a esa capacidad para superarse del malagueño: «Tiene una confianza en lo que hace brutal y esto es fundamental porque creértelo te da energía». Algo de eso y de la buena estrella del autor se ha contagiado la adaptación de la serie 'La chica de nieve', que a los pocos días de su estreno escaló hasta la número 1 en el mundo y ahí sigue en los primeros puestos. «Nuestro objetivo era liderar la plataforma en España y cuanto más tiempo mejor, pero lo de ser top mundial fue tan inesperado como deseado», reconoce el responsable de Atípica Films sobre la producción que han rodado para Netflix con resultados espectaculares.

Tanto que no oculta su sorpresa: «Es muy difícil encontrar una explicación. Obviamente es una serie muy bien planificada y rodada, y es un 'thriller' que se basa en una novela de éxito, lo que ayuda a explicar el fenómeno», argumenta Felez, al que le hacemos la pregunta del millón, que no aclara, aunque da alguna pista: «No hay confirmación oficial de la segunda temporada, pero nos encantaría». Netflix tiene la última palabra, aunque parece poco probable que la plataforma de 'streaming' deje escapar un megaéxito como éste que además ha colocado a la filial española de la multinacional en lo más alto.

Hablando de cifras millonarias, el editor Gonzalo Albert guarda una anécdota que también describe al autor. En sus bolos juntos por España presentando y firmando libros, trataban de cuidarse por las noches -sobre todo después de copiosos almuerzos- y cenar poco. «A los dos nos encantan los yogures del Mercadona», cuenta el responsable de Suma que, viendo la pasión que le ponía el escritor tanto a escribir como a su trato con los lectores, se atrevió a formular un oráculo que nunca suele hacer: «Javi, vas a vender un millón de ejemplares». Y Castillo le contestó automáticamente: «Ni de coña».

Y con la broma, este último le dijo que si eso ocurriera, le regalaría 500 yogures. La cifra se alcanzó durante el confinamiento, cuando 'La chica de nieve' se convirtió en el libro más vendido de la pandemia. Un día tocaron al timbre de casa de Albert y cuando abrió se encontró al repartidor del supermercado con un pedido tan especial como inesperado: cinco centenares de yogures, la mayoría de pera. Una promesa perita. «Hice todo tipo de recetas con yogur y me puse a repartirlos por los hospitales de Madrid y amigos», recuerda con una carcajada el editor, que no ha pensado que su autor preferido acaba de superar otro millón. El timbre de casa puede volver a sonar en cualquier momento.