Isabel Bono posa en su terraza con algunos de sus libros de cabecera. Félix Palacios.

Isabel Bono: «Molloy, de Beckett, resume lo que es la literatura: contar una mentira con honestidad»

La escritora se suma a la lista de los escritores de Málaga que cuentan qué libros les han marcado en la sección 'El libro de mi vida'

CLAUDIA SAN MARTÍN

MÁLAGA

Lunes, 3 de agosto 2020, 23:21

Félix Palacios, fotógrafo de este medio, llega a la acogedora terraza de Isabel Bono con el objetivo preparado para retratar a la escritora malagueña en un aura relajada y rodeada de los libros de su vida. Palacios confiesa haber comenzado recientemente a leer ... poesía, pero sin saber muy bien por dónde empezar: «Quédate con oleadas, con la sensación que te dejen los versos», le aconseja Isabel Bono, radiante de pasión cuando le recomienda uno de sus libros favoritos: 'La vida puede ser una lata', de Pedro Casariego, lleno de ilustraciones y pequeños fragmentos que cobran vida.

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Una vez retomada la charla sobre libros, a Bono se le ilumina el rostro hablando de la novela 'Molloy' (1951) de Samuel Beckett. La escritora no sabe decir con certeza cuántas veces la ha releído, pero se queda con el final, que describe como la magia de la literatura, su inexplicable verdad contada como una dulce mentira que nos apacigua: «Entonces entré en la casa y escribí: Es medianoche, la lluvia azota los cristales. No era medianoche, no llovía», lee Bono reconociendo tener la piel de gallina. «'Molloy' de Beckett resume perfectamente lo que es la literatura: contar una mentira con honestidad», afirma. Conserva aún la primera edición que leyó y con la que se topó por casualidad, la que tiene más encanto, con las esquinas dobladas, algunos apuntes en los laterales, el papel amarillento por el paso del tiempo e incluso con un ticket de metro de Košice entre sus páginas. Es para ella un bálsamo que siempre tiene a mano y que cuando viaja decide meter en su maleta por si el «nuevo» que comienza a leer le «falla».

Aunque la charla con SUR no comienza por Beckett; la escritora acaricia con sentimiento el libro que está leyendo actualmente, 'Vikinga' (2020) de Isabel Pérez Montalbán, un recopilatorio poético y autobiográfico de la infancia de la escritora cordobesa, aunque con corazón malagueño. Isabel Bono se emociona leyendo los versos de 'Chernóbil', que relatan la crudeza de un momento vital de Pérez Montalbán y que ella hace suyos: «Espero que le den el Premio Nacional de Poesía ya. Este libro es maravilloso», confiesa Bono. Esa misma mañana, tomó 'Vikinga' recién despertarse, algo que suele hacer para «empezar el día de otra manera». Tan sólo unos versos le bastaron para reconocer la fuerza de la poesía, de las palabras, que ella describe como «vehículos con obstáculos». Es tan difícil darle forma a un sentimiento... «En el momento en el que estoy escribiendo me parece que es lo mejor, pero luego lo guardo, lo leo o lo tengo que enseñar y me entran las dudas. Pienso que igual me quedo corta o me paso, pero nunca se escribe exactamente lo que uno tiene en la cabeza», destaca Bono pensativa.

Volviendo atrás, su infancia y adolescencia las recuerda leyendo a los clásicos que le mandaban en el colegio, pero cuando se topó con 'La tía Tula' (1921) de Miguel de Unamuno, su vida cambió por completo. Reconoce que lo encontró en casa de su abuela, en una colección de libros de RTVE que su familia atesoraba. Se lo leyó a escondidas y por la noche, pensando que leer «algo de mayores» estaba mal. 'La tía Tula' le regaló a Isabel Bono la pasión y el empuje para seguir leyendo y, por qué no, escribiendo: «Es alucinante por cómo cuenta las cosas. Debería ser obligatorio en los colegios. Tiene unas imágenes poderosísimas. Yo pensé entonces que si los libros eran así de impactantes quería seguir leyendo. Es el libro que me hizo escritora», destaca Bono con melancolía.

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Prosigue su lista de fundamentales, donde se hace su hueco 'El peso del mundo' (1981) de Peter Handke, una especie de diario «sin serlo» que a Bono le despertó una inquietud: «Si Handke escribe así, ¿yo por qué no puedo hacerlo también? Soy muy partidiaria de escribir como a uno le dé la gana», se reafirma. De él destaca una frase que hace suya día a día, que le inspira y le recuerda que a veces en la vida hay que pararse a disfrutar de los detalles más insignificantes: «Adoptar movimientos lentos para toda la vida», lee la escritora entre las páginas de 'El peso del mundo'.

Mueve los libros de la mesa buscando el indicado: 'Juguemos con los Picotes' (1972), una edición que aún conserva de su infancia, que sigue ojeando y que le trae tan buenos recuerdos: «Me lo pasaba pipa leyéndolo. Me espoleaba la imaginación, yo hacía todo lo que decía», cuenta Bono con los ojos enfrascados en ilusión. Así son los libros, tengan el tiempo que tengan, nos recuerdan que los sentimientos no cambian cuando algo nos despierta verdadera pasión porque, como reconoce Bono, «sin pasión es mejor no escribir».

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