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Las arcillosas casas mata de Navarro Ledesma anuncian que nos acercamos al antiguo barrio obrero que nació de la fábrica de ladrillos de esta zona ... de Teatinos. Una factoría que no solo surtió de piedra a las viviendas, sino que les dio nombre: Colonia de Santa Inés. Y en cuyo arco de entrada de estilo regionalista hemos quedado con Inma Aguilera (Málaga, 1991) para hablar de su nueva novela, 'La pintora de la luz', ambientada en la Sevilla que alumbró la Expo Hispanoamericana de 1929. De aquí salieron no solo ladrillos, sino también mano de obra para la célebre plaza de España y los pabellones de aquel evento que revolucionó arquitectónicamente la ciudad, pero también la modernizó socialmente. Unos cambios que son el eje de este libro que mezcla relato histórico y romántico en la potente industria de los azulejos, y que es una secuela de 'La dama de la Cartuja', publicado el pasado año y con el que la escritora se ganó el título de «autora revelación» al alcanzar las cinco ediciones. La paradoja es que Aguilera no es ninguna recién llegada.
«La verdad es que me honra y me siento afortunada, pero me hace gracia porque he escrito toda mi vida. 'La pintora de la luz' es mi decimotercera novela», reconoce Aguilera, que ya hace casi una década ganó el Premio Ateneo Joven de Sevilla con su cuarto libro, 'El aleteo de la mariposa'. No obstante, admite que su caso es habitual. «Para el público, las personas que se hacen conocidas aparecen de la nada y yo siempre me acuerdo de Chiquito de la Calzada, un genio toda su vida, pero la fama le llegó ya mayor. Así que, en ese sentido, he tenido bastante suerte», concede la autora que no oculta que su éxito también le ha salido al paso cuando no lo esperaba.
Título: 'La pintora de la luz'
Autora: Inma Aguilera
Editorial: Ediciones B, 2025, España, 570 páginas, 23,90 euros
«He escrito toda mi vida y siempre he tenido la ilusión de que mis historias calaran, pero de pronto ha sido con una novela histórica que, la verdad, me ha sorprendido gratamente», admite Inma Aguilera que comenzó en otro género muy diferente, el fantástico, hasta que en 2020 probó con un relato de época ambientado en la Málaga del XIX y con el trasfondo del personaje real de Amalia Heredia, 'El excéntrico señor Dennet', y su propia historia como autora, cambió. «A ver por dónde me lleva todo esto. Ojalá pudiera seguir escribiendo y que me sigan leyendo toda la vida», confiesa la novelista, que procede del cómic y ha sido periodista y locutora, actriz de doblaje y profesora de la UMA. Actividades que ha aparcado para centrarse en la escritura, lo que considera un «privilegio».
El cambio en su trayectoria también ha tenido que ver con su nueva editorial, Ediciones B (Penguin Random House), que creyó en su proyecto anterior y, tras el éxito de 'La dama de la Cartuja', no ha tardado en lanzar la secuela 'La pintora de la luz', que se centra en un personaje secundario de la anterior, Trinidad Laredo, una inglesa de padres españoles que regresa a sus orígenes en Sevilla. Una mujer que representa la modernidad y el tránsito entre lo decimonónico y las esperanzas del nuevo siglo XX. «La novela cuenta una etapa de la historia muy interesante para España, con la Exposición Hispanoamericana y el renacer de la industria del azulejo, y, por otro lado, una historia de amor, que me interesaba mucho», expone.
«Hay mucha impotencia en Trinidad porque no puede ser ella misma, no puede decir lo que quiere y no puede mostrarse como es hasta que llega un momento en que dice: 'Hasta aquí'. Y eso, en el fondo, es lo que nos ha pasado a las mujeres», confiesa la escritora sobre su protagonista que se relaciona con personajes históricos, como la testaruda marquesa Pickman, propietaria de la fábrica de La Cartuja; el rey Alfonso XIII, obsesionado con su último modelo de coche y, particularmente, Aníbal González, el gran arquitecto que proyectó la Expo del 29, con el que Laredo trabajará mano a mano. Ladrillo a Ladrillo. Una relación con la que la autora «reivindica» el urbanismo regionalista que surgió de la «identidad andaluza» frente al modernismo de Gaudí imperante en la época.
Inma Aguilera
Escritora
«Anibal ha sido el gran descubrimiento que he hecho a la hora de investigar sobre este tema, porque prácticamente fue el reconstructor de la ciudad de Sevilla, tal y como la conocemos. Me pareció muy conmovedora su figura, tanto como genio creativo, artístico y arquitectónico, pero también por cómo se implicó en la vida de los obreros de entonces», reflexiona la autora, que también imprime un tono social a todo su relato con las difíciles condiciones laborales en las fábricas a comienzos del siglo XX, las huelgas y las protestas. Una mirada con toques a 'Los miserables', que además tiene paralelismos con la actualidad.
«Al investigar las condiciones de la sociedad de entonces, me fascinó las dificultades de la sociedad sevillana y de toda España en general. La novela se ambienta poco después de la Semana Trágica de Barcelona y me sorprendió que pasaban una serie de cosas a la gente joven de entonces, entre los 20 y los 40 años, cuya situación era muy similar a la de ahora: precariedad laboral, pluriempleo, dificultad para encontrar una casa o un alquiler, y retraso en la edad de casarse. En contraste con nuestros padres y abuelos, eso está volviendo a pasar y esa frustración y las penurias sociales me recordó mucho a 'Los miserables' y al momento presente, por eso pienso que la gente joven de ahora se identificará con los personajes», argumenta la escritora que tiene una conexión muy personal con la época y la Exposición Hispanoamericana.
Así, su bisabuelo, Manolo Lozano, fue el chófer y guardés de Modesto Escobar, el empresario de la fábrica de ladrillos de la Colonia de San Inés. «En aquella época lo llevó muchas veces a Sevilla porque estuvo muy implicado en la construcción de la Expo», explica Inma Aguilera, que mira de reojo el arco que sirve de escenario a nuestra charla. Sobran más palabras de su elección para esta entrevista como 'escritora revelación'. Los lectores la han conocido por la novela histórica, pero confiesa que le sigue tirando lo 'romantasy', la mezcla de lo fantástico y las tramas de amor. «Todo autor en el fondo busca su estilo propio y yo supongo que voy encaminada a conocer a Inma Aguilera y ver cómo escribe. A ver si le pillo el truco».
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