![El 'Himno a la alegría' nació en Torremolinos](https://s3.ppllstatics.com/diariosur/www/multimedia/202006/11/media/cortadas/wld_img_1966_enbanadorLaCarihuela-RHriwnampdDm7qyx1QjrqsM-1248x770@Diario%20Sur.jpg)
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Se le ocurrió una tarde de domingo, aunque lo llevaba mascullando hacía tiempo. Darle una vuelta a Beethoven. O más bien un arreglo. Todo una ... arrogancia eso de enmendarle las notas al maestro y a su novena sinfonía. Pero es que Waldo de los Ríos era otro genio. Y lo que hizo fue ponerse en la piel de Ludwig y pensar qué instrumentos y sonidos habría usado él en el siglo XX. Y lo que surgió fue el 'Himno a la alegría', que lo catapultó definitivamente a la fama, al imaginario colectivo y a los millones de dólares en su cuenta corriente. Miguel Ríos fue el que la cantó, pero el compositor, pianista, arreglista y director de orquesta argentino fue el absoluto creador de esta sintonía de la felicidad que, paradójicamente, acabó con el trágico suicidio de su autor. Tenía solo 42 años y pasaba por una depresión. Pero era un hombre que sabía lo que era la alegría. La encontró en España, en un verano en Torremolinos, como cuenta su biografía 'Desafiando al olvido' (Roca Editorial), que llegó ayer a las librerías.
«Aquí vivió una de las épocas más felices de su vida cuando en 1966 fichó por el Pez Espada para actuar todas las noches con su orquesta, Los Waldos», cuenta el periodista Miguel Fernández, que se sintió atraído por ese nombre que veía en tantos discos y se puso a tirar del hilo para descubrir con sorpresa a un malogrado genio de la canción y el cine que fue un estrecho colaborador de Chicho Ibáñez Serrador, gurú musical de Hispavox, fabricante de los éxitos de Karina, Alberto Cortez, Jeanette, Raphael o Marisol; amigo personal de Fellini y al que el mismísimo Kubrick le pidió que trabajase en 'La naranja mecánica'. Y como si fuera un guiño del destino, el protagonista del relato y el autor del libro compartían el vínculo de Málaga, donde el biógrafo de Waldo de los Ríos ejerce el periodismo en Canal Sur.
En su meticulosa investigación desde su suicidio a sus orígenes, Fernández hace justicia con este personaje hoy olvidado, pero de vida intensa y acelerada. Marcado por su revolucionaria visión pop de la música, pero también por una madre autoritaria –la cantante Martha de los Ríos–, por un padre ausente y por su homosexualidad. Esta última condición no necesitó esconderla en aquella Costa del Sol de los 60, que escapaba del control de la dictadura. «Siendo músico, sintiendo lo que el sentía y viviendo a diez pasos del Pasaje Begoña es difícil no imaginarlo allí», cuenta su biógrafo, que siguió encontrando paradojas en su vida en las que se cruzaba Málaga.
Y es que en 1969 pasó su luna de miel en el Hotel El Fuerte de Marbella, junto a su mujer y actriz Isabel Pisano. Un enlace que sorprendió a todo su círculo cercano, incluida su posesiva madre. Antes casi se dejó la vida en Archidona, donde sufrió un accidente de coche con salida de la carretera, mientras que en 1973 se refugió en Fuengirola para escribir la que quería que fuera su gran obra: 'Concierto para la guitarra criolla'. «Su deseo era pasar a la historia por esta obra de culto en homenaje a su padre que se había suicidado», cuenta Miguel Fernández, que añade el autor repitió los pasos de su progenitor a sólo cinco días del estreno de esta pieza en 1977.
«Tras conocer a un chico que lo rechazó, había entrado en una espiral depresiva en lo anímico, lo profesional y lo amoroso que lo angustió hasta el drama del suicidio», cuenta el biógrafo que también explora las teorías sobre su presunto asesinato y la invasión de su intimidad tras su muerte por su condición sexual. «Se montó un escándalo sensacionalista en la prensa que sepultó su música y su legado», lamenta Fernández, que ha devuelto con su libro algo de la cuenta pendiente que el mundo tiene con el hombre que le puso la banda sonora a nuestra alegría.
Título: 'Desafiando al olvido, la biografía de Waldo de los Ríos'.
Autor: Miguel Fernández.
Editorial: Roca, España, 2020, 320 páginas.
Precio: 18,90 euros.
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