Borrar
Fernando García de Cortazar, rodeado de libros en su despacho de la Universidad de Deusto. MAIKA SALGUERO
«España es la primera gran civilización que se plantea si lo está haciendo bien o mal. Roma no lo hizo nunca»
Fernando García de Cortázar

«España es la primera gran civilización que se plantea si lo está haciendo bien o mal. Roma no lo hizo nunca»

TIEMPO DE HISTORIAS ·

El historiador bilbaíno publica 'Paisajes de la Historia de España', un viaje cronológico por medio centenar de lugares significativos

JULIO ARRIETA

Sábado, 11 de diciembre 2021, 12:14

Catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Deusto, Fernando de Cortázar es uno de los historiadores que más puede presumir de contar con lectores muy fieles que convierten cada uno de sus libros de divulgación en un éxito editorial. Director además de la Fundación Vocento, el jesuita bilbaíno acaba de publicar 'Paisajes de la Historia de España' (Espasa).

Dice en el prólogo que «el paisaje es historia, conserva las huellas del pasado, evoca las sombras de otro tiempo». ¿La evocación no es un camino demasiado traicionero para el historiador, por la subjetividad?

– Entiendo que la historia siempre tiene algo de subjetividad. Más allá del acopio de fuentes, de datos, de la metodología, la subjetividad nace en el momento en que el historiador comienza el tema.

Al escogerlo incluso.

– Y en la forma de contarlo.

¿El estilo?

– Si adjetiva, no adjetiva... Entiendo que mi vocación literaria y mi vocación de estilo se notan mucho en la forma en que escribo. Pero esto no quita la objetividad a lo que digo, sino que lo tiñe de un cierto sentimiento. Machado decía que solo escribía las cosas que él sentía. Yo, en buena medida, también hago lo mismo.

¿El paisaje es una buena base para divulgar la historia?

– Yo creo que sí. Mire, estoy seguro de que la historia es la ciencia del cambio. Pero al mismo tiempo diré que, como ciencia, como metodología, ha cambiado poco. Pero este sería mi libro 73 y yo he tratado de cambiar, de introducir novedades. He tocado todos los temas.. he tratado la historia desde la geografía, desde el arte, desde los mitos, la filosofía... Ahora la abordo desde los paisajes.

¿Pero hay un fondo común en todos estos enfoques?

– Sí. Cada día me preocupa más la idea de España como nación, la idea de España como patria. He querido reforzar algo que yo, en buena medida, creo que he extendido más que ningún otro historiador, la idea del patriotismo cultural.

¿Y esto qué quiere decir?

– Nos podemos sentir españoles no solo porque haya una Constitución que respeta nuestros derechos y libertades individuales, que nos garantiza una serie de valores y de principios; sino porque también España tiene un patrimonio cultural como tienen pocos países. Tiene una literatura bellísima, un idioma común extraordinario... Y porque realmente, lo vemos a través de este libro, ha influido muchísimo en el mundo, de tal forma que el mundo sería distinto sin la aportación de España.

¿Algún ejemplo?

– Uno que cito en el libro es el de la llamada Escuela de Salamanca, en la que están las grandes aportaciones al Derecho natural, al Derecho internacional... Fue una aportación fundamental, sobre todo en el momento en el que este se estaba ensanchando con lo que llamamos el Descubrimiento de América.

El libro recorre medio centenar de lugares. ¿Cuál ha sido el criterio para escogerlos? ¿Cuál ha sido el cedazo?

– El cedazo ha sido, primero, una valoración de lo que significan como hitos importantes en la historia de España, al haber sido lugares en los que en buena medida se ha tratado de cambiar el pasado anterior. Y después, porque muchos de ellos se prestan a un ejercicio literario y de emoción que me interesa especialmente.

Son muy diversos. Van desde un monumento concreto, como puede ser San Miguel de Escalada, hasta una isla entera, Fuerteventura, a la que se refiere para hablar de Unamuno, desterrado allí. ¿Tienen todos algún denominador común?

– Todos sirven para construir una historia de España. Incluso cronológicamente. La historia de España se construye con paisaje, con paisanaje, con batallas, con sonetos... se construye con música. He tratado de mezclar todos esos aspectos.

El orden es cronológico. Ha escogido el punto de partida en Ampurias, por la llegada de los griegos, y el final en Ermua. ¿Por qué Ermua como cierre?

– De todos los lugares, es el más literario, el más sugerente y el más emotivo. ¿Por qué Ermua? Porque para mí, como bilbaíno, como vasco, la respuesta al secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco significó mucho.La esperanza de que se cambiara una sociedad en buena parte humillada por el nacionalismo terrorista. Hay una especie de motín de los resistentes en el cuál yo también participo. Y por eso hablo muy en primera persona en este capítulo. A lo largo de mis años de escritor he visto que es bueno en un momento que aparezca el 'yo'. En este caso herido, un 'yo' desconcertado, que grita, como yo he gritado en este capítulo final.

El del libro es un recorrido cronológico amplio que trata algunos temas que son objeto de debate. Uno de ellos es la conquista de América. Ahora suele abordarse a menudo desde dos extremos muy opuestos, el indigenista, que niega cualquier bondad en aquel proceso, y el contrario, que exalta las glorias imperiales. ¿Cuál es su enfoque? ¿Qué postura adopta usted?

— Hay una frase que empleaba Fraga pero que creo es anterior, la de que en España ponemos un circo y nos crecen los enanos. Es llamativo que el país que más argumentos tiene para sentirse orgulloso por su labor civilizatoria sea el más afectado en este momento por lo que llamamos la Leyenda Negra. Hablo de memoria, pero creo que Hispanoamérica cuenta con unos 40 lugares considerados Patrimonio de la Humanidad. En el mundo anglosajón apenas los hay. De la historia hay que sacar grandes lecciones.

¿Le gusta el concepto de imperio generador, desarrollado por Gustavo Bueno, que utilizan en sus ensayos autores como Elvira Roca Barea?

–Sí, me parece bueno. De hecho hablé de ello con Gustavo Bueno. Lo que sí creo es que no podemos estar dándonos golpes de pecho por lo que hemos hecho, y tampoco podemos permanecer impasibles ante todo esto que está ocurriendo, con derribos de estatuas como la del pobre fray Junípero Serra en San Francisco. Se están derribando monumentos de gente que sabemos que tenía un alto concepto de civilización. Probablemente España es la primera gran civilización que se plantea si lo está haciendo bien o mal. Roma no lo hizo nunca. He participado en el documental 'España, la primera globalización', de José Luis Linares, que creo que llega en muy buen momento y puede suscitar nuevas aportaciones al tema.

El capítulo dedicado al Valle de los Caídos describe la dictadura sin paños calientes y subraya la represión que se produjo sobre todo en la posguerra. «No llegó la hora de la paz, y menos aún de la piedad y del perdón», escribe. ¿En su opinión, qué hay que hacer con este monumento?

– Lo mantedría. Es el símbolo de una época y una arquitectura vistosa, por lo menos. Derribarlo sería una labor destructiva iconoclasta. No me molestaría que se mantuviera la abadía, siempre y cuando no tenga que vivir de los presupuestos del Estado. Aunque no sabría muy bien cómo, al monumento le quitaría cualquier elemento de exaltación del régimen franquista, régimen que ahora está suscitando una división entre los españoles.

¿Qué opina de esa división?

–Que está fomentada artificialmente. Mire, cuando se conmemoraron los 50 años del inicio de la guerra Civil, en 1986, el Gobierno socialista emitió un comunicado, que además lo escribió Juan Pablo Fusi, en el que se decía que la guerra había sido un hecho que ya pertenecía a la Historia, estaba en manos de los historiadores, y no se podía permitir que aquella gran tragedia dividiera a los españoles. Pero es que ahora hay un guerracivilismo espantoso, por parte de la izquierda que a veces es contestado por cierta derecha a la que yo también le diría que no hay que contestar. O que habría que contestar que «mire, somos la patria de san Juan de la Cruz, de Cervantes y de Velázquez y no vamos a caer en que la historia de España sea la historia de la Guerra Civil».

Parece que del temario de estudios de Bachillerato va a desaparecer cualquier alusión a la historia anterior a 1812.

– Es tremendo. Es un atentado más contra la historia, un atentado más contra la cultura general.

¿Pero esto, la progresiva eliminación de las humanidades en la enseñanza, ocurre solo en España o se da también en el resto de Europa?

– Se ha dado en toda Europa, pero yo creo que en mucha mayor proporción en España. Los movimientos destructivos de la enseñanza y de la cultura han sido más rápidos e intensos aquí. Yo no me he encontrado una barbaridad como esta en ningún otro lugar. Creo que está propiciada por los nacionalismos, que no quieren que se hable de esa gran España. Yo hablo de patriotismo cultural. Es por Cervantes, por Teresa de de Jesús, por Murillo, que puedo sentirme español. Me parece que cuesta más afirmar una nación si solo se va a contar un siglo XIX tan convulso como el nuestro. En ese contexto de río revuelto los nacionalistas van a sacar siempre sus ventajas. A sus seguidores siempre los van a tener contentos. Los que no vamos a estar contentos somos los que creemos en una España que no se puede contar sin Cervantes, Isabel la Católica ni Cisneros o Quevedo.

Si tuviera que escoger uno solo de estos paisajes que recorre en el libro, ¿cuál sería?

– Santiago de Compostela. Por el Camino de Santiago, una de las grandes realizaciones de España, no solo como camino de peregrinación, sino como camino cultural y artístico. Ahí están el románico, el gótico... Me acojo a la afirmación de Goethe, que recojo en el libro, de que el Camino de Santiago es el que crea Europa. En este momento en que Europa pesa tanto en nuestra nacionalidad, y bendito sea, realmente hay que recurrir a Santiago, sea leyenda o no para entenderla. Ya no importa que Santiago acoja o no los restos del apóstol, que es difícil de creer, lo que importa es el significado que ha tenido el Camino.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariosur «España es la primera gran civilización que se plantea si lo está haciendo bien o mal. Roma no lo hizo nunca»