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La imagen ha tenido un sabor entre nostalgia y renovada aventura. Como esos libros que tiran de memoria para contar una nueva historia ambientada en la actualidad. Porque eso es lo que vive y cuenta desde hoy la 53 Feria del Libro de Málaga con ... su vuelta al Parque, el escenario en el que vivió su época dorada con casi un centenar de casetas -99 para ser exactos- y que en esta secuela ha llegado al medio centenar. La mitad que entonces, pero una decena más que el año pasado en la ubicación de la plaza de la Marina. Precisamente, para poder crecer y ampliar los metros de libros expuestos, se ha optado por esta mudanza al escenario del que salieron huyendo hace algo más de una década por falta de público, lectores y ventas. Por eso, tanto las librerías como las editoriales andan entre la alegría y las dudas ante esta segunda oportunidad bajo las otras hojas de los árboles del Parque. Lo ha resumido con acierto este viernes en la inauguración de esta edición Jesús Otaola, responsable de la decana del gremio, Proteo, al asegurar que lo viven entre la «expectativa y la incertidumbre».
Ese toque de ilusión y temor ha presidido el tradicional paseíllo mañanero por las casetas que ha inaugurado la feria organizada por la Asociación de Libreros de Málaga y que ha contado con las instituciones culturales presentes en el evento, con el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, al frente. El optimismo y los buenos deseos han sido los mensajes más intercambiados en las conversaciones de los presentes, sobre todo al ver el numeroso público que ha acudido esta mañana desde primera hora a bichear y comprar libros con la ventaja añadida de un 10% de descuento hasta el próximo 5 de mayo, fecha de clausura del evento.
Diez días por delante para llevarse desde el último éxito de Javier Castillo, 'La grieta del silencio' -el libro más vendido en Sant Jordi en el reciente Día del Libro- a la fascinante novela del desdichado héroe del folk, Nick Drake, que narra 'Perro negro', del también malagueño Miguel Ángel Oeste. Y entre ambos, miles de títulos de ficción, ensayo y poesía para todos los gustos y edades que se pueden adquirir en las casetas que este año se han tuneado con el cartel creado por la artista Patricia Paz.
En la comitiva inaugural no ha faltado la presidenta de los Libreros y propietaria de Rayuela, Noelia Clavero, que ha mostrado su confianza en el nuevo emplazamiento. Para que el público vuelva al Parque de los Libros se han tomado además algunas decisiones estratégicas como desplazar las casetas para que empiece la feria en la esquina del paseo con la Plaza de la Marina, en lugar de a mediación como en la etapa anterior. «Esto facilita la conexión con calle Larios, mientras que el acceso por Alcazabilla también es más fácil, cómodo y concurrido en la actualidad», ha explicado la responsable del gremio, mientras cerca de la caseta de su librería se escuchaban los gritos del primer colegio que disfrutaba de la pequeteca con un animado Don Quijote con guitarra que parecía salido de las viñetas del clásico de Cervantes realizadas por Idígoras y Pachi y que se exhiben en este espacio para los lectores más menudos.
«Estoy muy ilusionada porque vuelvo a ver la feria que viví hace muchos años. El Parque es el sitio, aunque evidentemente el cambio es un reto», ha admitido Clavero, que a la vez ha puesto el acento en la necesidad del traslado ya que el evento pedía crecer y los expositores pedían más espacio. «Esta feria es mucho más potente como se puede ver y todas las librerías estamos en línea por lo que estamos todos en igualdad de condiciones», ha indicado la responsable.
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Los libreros tampoco ocultan que esta edición tiene algo de ensayo y habrá que esperar a la clausura del próximo 5 de mayo para sacar conclusiones y valorar el resultado. El organizativo, el de asistencia y el económico. Hasta entonces, no ocultan que las primeras sensaciones son buenas, pese a las dudas. Y recalcan que la nueva ubicación favorece además la cercanía con las actividades y presentaciones de libros en el Patio de Banderas del Ayuntamiento de Málaga y en el Rectorado de la UMA, donde precisamente, por la tarde, el escritor Justo Navarro ha pronunciado el pregón inaugural de la feria, en el que precisamente ha alabado el beneficio de la «duda».
«Los libros nos enseñan a no dar por sentado lo que pensamos, lo fundamental, lo que consideramos indiscutible y definitivo. Los libros nos enseñan a poner en duda nuestras ideas y nuestros sentimientos y, sobre todo, a dudar de lo que dicen los libros», ha proclamado el autor y director del Centro Andaluz de las Letras que ha hablado del futuro de los libros de papel o la influencia de la Inteligencia Artificial, para acabar pisando firme en esta edición de vuelta al Parque.
«No sé cómo serán los libros en un mañana remoto, tan lejano que puede sernos inimaginable, pero sé cómo son hoy, en estos días de fiesta de los libros: son un don, una invitación a que nos perdamos entre las casetas de la Feria, en esta librería de librerías, hasta encontrar ese libro siempre nuevo, siempre renovado, que nos estaba esperando aquí, precisamente hoy», ha incitado Navarro. Solo queda seguir sus instrucciones de uso: pasen y lean.
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