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cristina pinto
Jueves, 13 de mayo 2021
La esquina de calle Puerta Buenaventura no ha parado de recibir visitas y gestos de buena fe desde que se incendiase hace apenas una semana uno de los lugares más emblemáticos para la cultura de Málaga, la librería Proteo. Desde donaciones a las puertas del establecimiento hasta las compras vía 'on line', cualquier forma es buena ahora para ayudar a levantar los daños materiales causados por las llamas, ya que los daños del corazón de cualquiera que ame los libros no se pueden arreglar de ninguna forma después de lo ocurrido.
Autores, ciudadanos, lectores, vecinos, editoriales, empresas de todo tipo... El teléfono de los trabajadores de Proteo no ha parado de sonar para recibir muestras de apoyo. Si bien el escritor malagueño Javier Castillo estuvo en la mañana de ayer visitando la librería para mostrar su apoyo, la tarde también recibió una fuerte ola de cariño a las puertas del local con una cola que llegó a tener unas 200 personas en algunos momentos. Y es que María Dueñas, autora de 'El tiempo entre costuras', estaba por tierras malagueñas y no dudó en colaborar con la librería. Aunque su visita a la capital de la Costa del Sol se debía a un encuentro con los lectores en el CAC, dentro del ciclo 'Encuentros Planetarios'.
Dos días antes, la escritora ya confirmaba sus ganas de llegar a Málaga: «Tengo muchas ganas de reencontrarme con los lectores, sobre todo en estos tiempos, que no es fácil», comentaba en una entrevista para este mismo periódico. El estreno de 'Sira', la segunda parte de 'El tiempo entre costuras' que se publicó hace apenas un mes, era el motivo de sus encuentros en la ciudad.
La solidaridad de los profesionales de este mundo de la literatura se confirmaba con gestos como el de María Dueñas, que habló con su editorial, Planeta, y citó a sus lectores para una firma de libros a las 19.30 horas para así aportar su granito de arena a los daños causados en Proteo.
Se sentó en la mesa y con la mano izquierda comenzó lo que serían más de dos horas de firma. «Soy zurdísima», comentaba María Dueñas. Al lado de ella y de los ejemplares que iba firmando, estaba uno de los libros dañados y quemados por el incendio, como símbolo del motivo por el que allí estaban. Era la segunda parte de la historia de aquella modista, Sira, pero con un triste color gris y con las letras derretidas, como si lloraran por aquella tragedia que vivieron hace unos días. La cola, que bordeaba y llegaba hasta el ZZ Pub de la calle Tejón y Rodríguez, no dejó de recibir gente desde las cinco y media de la tarde que llegaron los más fanáticos hasta las nueve y media de la noche que llegó la última lectora por casualidad.
El olor a quemado no se va al pasar por la puerta de Proteo... Pero la 'familia' de la librería agradecía ver a ciudadanos comprometidos, como Carmen Álvarez, que desde que llegó la pandemia asegura que no ha dejado de comprar en establecimientos malagueños y que, desde que se enteró del incendio, ha hecho tres compras en la web y ahora 'Sira'. «He trabajado en una biblioteca y esto me duele. Confío en que saldrán de esta», comentaba junto a su ejemplar firmado.
La ilusión de los lectores y seguidores de María Dueñas no era la única que se sentía en Proteo ayer por la tarde. Los trabajadores, voluntarios y familiares de la librería acogían con emoción la causa y estaban volcados con las ventas de los ejemplares: de 200 que les cedió la editorial, al final de la noche habían quedado solo unos treinta por vender.
inmaculada garcía, librera de proteo
maría dueñas, escritora
carmen álvarez, lectora
Desde hace 23 años, Inma García trabaja en Proteo y ayer no dejaba su libreta, en la que contaba las ventas y las donaciones de los asistentes: «Esto es increíble, ha sido un éxito brutal. Aunque todavía nos queda...», reflexionaba.
Ya pasadas las dos horas desde que comenzó la firma, Elena Miranda, que vive a dos calles de Proteo, iba de vuelta a casa después del gimnasio y se topó con la situación: «Justo esta mañana se lo descargué a mi madre porque no sabía nada que venía. Ahora he visto esto y se lo voy a llevar hasta firmado», afirmaba la joven. Ella fue de las últimas de la cola y, al acabar, la escritora María Dueñas mientras estiraba el cuello, mostraba su satisfacción: «Me duele el brazo izquierdo pero no es nada, estoy encantada de apoyar a Proteo, todo fue una catástrofe...», declaró la autora. La multitudinaria firma de María Dueñas se convirtió ayer en otro peldaño más para volver a la vida de los libros en Proteo.
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