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«Facebook suele ser una competición absurda por la felicidad»

«Facebook suele ser una competición absurda por la felicidad»

Rafael Santandreu, psicólogo y autor de 'Ser feliz en Alaska' aboga por las «mentes fuertes» en su último libro que este jueves presenta en el Aula de Cultura de SUR

Francisco Griñán

Miércoles, 7 de junio 2017, 18:32

Ha hecho de la felicidad no sólo un motivo de vida, sino también su contagiosa profesión. Integrante de la escuela de la psicología cognitiva, Rafael Santandreu vuelve al mercado editorial con Ser feliz en Alaska. Mentes fuertes contra viento y marea, en el que ofrece un método para hacer frente a las neuras. El autor de Las gafas de la felicidad y El arte de no amargarse la vida presenta, este jueves, su nuevo manual en el Aula de Cultura de SUR, con el apoyo de la Obra Social La Caixa. La cita es, a las 20,30 horas, en el CAC Málaga.

¿Ha estado usted en Alaska?

No. No creo que vaya nunca: está demasiado lejos. Podría haber titulado el libro Ser feliz en el Polo Norte, en la Luna o en un barrio chabolista La idea es que el ser humano puede ser feliz en cualquier situación, si está bien amueblado mentalmente; si tiene la filosofía de vida correcta.

¿Y cuál es?

La convicción profunda de que necesitas muy poco para ser feliz.

¿Existe la felicidad continuada o es una eterna aspiración?

La gente más fuerte y feliz están encantados de la vida, prácticamente siempre. La vida les parece un milagro alucinante y ven oportunidades de disfrutar y aprender por todas partes. Están alegres y llenos de energía casi todo el tiempo.

¿Usted es feliz o tiene sus momentos?

Desde que me aplico la psicología cognitiva estoy más contento hasta el punto de que el periodo más hermoso de mi vida lo estoy teniendo ahora, con 47 años, y no para de mejorar.

Usted aboga por la paz interior. Pero nuestra paz muchas veces depende de las decisiones de otros. ¿Cómo se compatibiliza?

El filósofo Epicteto fue esclavo y fue inmensamente feliz. Los primeros cristianos fueron masacrados y estaban exultantes. Necesitamos tan poco para ser felices que lo que puedan hacerte los demás son minucias.

La felicidad suele ser una noticia extraordinaria frente a las negativas. ¿Vivimos en una sociedad enferma?

Sí. 3 de cada 10 personas tienen depresión o ansiedad. Nunca ese índice había sido tan alto. La sociedad de la opulencia produce neurosis. Como sociedad no tenemos remedio, pero individualmente sí.

¿La prensa tiene debilidad por las malas noticias o es un reflejo de nuestra sociedad?

Los periodistas adivinan pronto en sus carreras que venden más si redactan las noticias con alarma. Por eso, añaden neurosis a la sociedad. Hay que aprender a no creerse esa queja constante. Yo leo los periódicos, pero descuento esa alarma inventada.

¿La prensa se lo inventa? Los atentados, crímines y otras noticias negativas ocurren y el gran error sería silenciarlos, ¿no cree?

Pero, aunque no lo parezca, existe un tono que le da toda una interpretación. Ahora mismo ese tono es: "alarma", "se necesita urgentemente hacer algo", "así no podemos seguir"... en vez de "hay un reto que podría hacernos más felices"...

Pero una cosa es el tono de las noticias y una muy distinta inventárselas.

No os las inventáis, no. Pero con el tono se da una visión del mundo muy particular.

En el libro también habla de nuestra necesidad en la búsqueda de culpables cuando surgen problemas. Lleva razón, aunque en caso contrario se podría dar una pérdida del valor que supone la responsabilidad de cada uno.

Una cosa es ser responsable de algo y otra, culpable. La culpa no sirve de nada: es castigadora y nada constructiva. Además, los problemas suelen tener un montón de actores que interactúan y sólo teniendo en cuenta ese sistema, puedes encontrar soluciones reales.

¿Hasta el terrorismo islámico es así? ¿Responsabilidad de todos?

Por supuesto. Y sólo al analizar la responsabilidad sistémica de todos, podremos dar un salto imaginativo, una solución superior. Buscar culpables y atizarles fuerte nunca arreglará el asunto.

Sin redes sociales

¿Es compatible la ambición personal con la felicidad?

La sana ambición es aquella en la que nos divertimos como quien juega una pachanga al fútbol con los amigos. Sudas la camiseta por el placer de hacerlo, pero ganar o perder es lo de menos. Así, la ambición es racional. Lo otro es locura.

Si se curiosea en Facebook, todo el mundo es feliz. ¿Colgar solo lo positivo, lo que llamamos el postureo, nos puede llevar a la infelicidad por el contraste con la vida real?

La idea inicial de estar en contacto con tus amigos es buena. De informarles de cosas chulas también. Pero nuestra loca sociedad tiende a sacarlo todo de madre y ahora Facebook suele ser una competición absurda.

¿Esa exposición en las redes sociales de nuestras vidas hay que modularla?

Sí. Como siempre, todo depende del uso que hagas de las cosas. Yo no uso ninguna red social salvo algunas de grupos científicos que me informan de temas que me interesan. No entro en grupos de whattsapp y hago un uso muy limitado del mismo. La hipercomunicación es nociva. Hay que recortar.

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