Antonio A. Gómez Yebra
Sábado, 7 de noviembre 2015, 00:46
Los filósofos de las últimas décadas han evitado el contacto con la religión por considerarla una manera pasada y superada del pensamiento o por creer que a ellos nos les toca meterse en semejantes trascendencias, tan difíciles de probar.
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Modernidad y secularización venían a ser una y la misma cosa, así que la filosofía debía tirar por la explicación y comprensión de lo que podría llamarse el mundo racional. Jürgen Habermas sintonizó con este planteamiento. Mundo de la vida, política y religión confirma este giro. Compuesto por una serie de textos y alguna entrevista, el pensador admite en este libro que el ejercicio de la filosofía tiene que reflexionar sobre el hecho religioso.
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