Cuestión de Física

Nueva entrega con Chelo Holmes, la gata detective, y su pequeño ayudante, el ratón Huan Shon, que ya nos sorprendieron con sus dotes investigadoras en Chelo Holmes, detective privado. En esta oportunidad, los investigadores reciben la visita sorpresa del rey Leónidas, quien les pedirá su inestimable ayuda para solucionar el caso de la desaparición de su querido mago, médico y sabio de la Corte, el doctor Fenron.

Trasladados al palacio, se ponen a buscar pistas en los tres laboratorios que usa el científico desaparecido. Todo parece estar en funcionamiento, y pronto sospechan que la solución está allí mismo. Especialmente en una nota cifrada que Fenron ha dejado. Pero el mensaje no parece tener sentido, y los experimentos en marcha tampoco sugieren nada especial. Mientras tanto, la reina (Linda) y su hijo (Lionardo), intervienen, ella para estorbar, y él para colaborar, pues quiere convertirse en aprendiz de detective. El asesor real, por su parte, no parece muy convencido de que sean capaces de solucionar un caso extraño. La investigación, con esas distracciones, no marcha demasiado aprisa, pese al interés de Huan Shon por descifrar el mensaje.

Finalmente todo se resuelve con la ayuda de la Física, que era la «culpable» de la desaparición del doctor Fenron.

La historia es entretenida, aunque el hecho de descifrar el texto que dejó el doctor resulta demasiado lento, quizás para dar mayor enjundia al texto.

El final es meritorio, tanto por lo sorpresivo del mismo como por la negativa de los detectives a formar parte del elenco de la Corte.