Herminia Luque rescata del «olvido indigno» a dos escritoras del Barroco

Formaban parte del círculo literario de la época, publicaban con éxito y la calidad de sus obras eran equiparables a sus coetáneos del Siglo de Oro español. Sin embargo sus nombres rara vez aparecen en los libros de texto. Ellas y sus escritos, de forma «sospechosa», cayeron en un «olvido indigno». Herminia Luque hace un «acto de rescate» de dos voces literarias silenciadas, María de Zayas Sotomayor y Ana Caro de Mallén, en Amar tanta belleza, ganadora del IX Premio Málaga de Novela, que convoca el Instituto Municipal del Libro, y que ayer se presentó en el Salón de los Espejos del Ayuntamiento. «Trato de acercarlas al gran público y hacer una vindicación de la figura de las escritoras, de la época y de su inmenso tesoro literario», indica la autora.

Amar tanta belleza, editado un año más por la Fundación José Manuel Lara, es la «historia imaginada» de De Zayas y Caro. Una novela histórica basada en los escasos datos biográficos que existen de ambas y, por tanto, con un toque inevitable de «fabulación». Luque recrea sus vidas a través de lo que sus obras cuentan, situándolas en su contexto y apoyándose en lo poco que ha trascendido. Porque se sabe que se conocían y que en 1637, durante un tiempo incierto, convivieron en la capital. En ese Madrid de la Corte de Felipe IV, «fastuosa y miserable a la vez», la autora sitúa la narración, su «intriga» dividida en dos tiempos. Hay crimen y deseos de venganza, «pero no es una novela negra», aclara Herminia Luque.

Romper estereotipos

María de Zayas Sotomayor y Ana Caro de Mallén rompen con esa idea «estereotipada de las mujeres encerradas en su casa», porque ambas viajaban para publicar sus obras o para escribir crónicas desde distintos puntos de la geografía. Aunque poco más se sabe. De María de Zayas se desconoce dónde terminó sus días, si acabó en un convento, si se casó... Una incógnita. Y eso que sus obras «eran leídas por generaciones de lectoras y lectores» y se reeditaban incluso un siglo después de ser escritas. Por eso, el silencio posterior le resulta «sospechoso» a Luque.

¿La razón? «Quienes hicieron la historia literaria en el siglo XIX eran hombres. Las mujeres no interesaban», analiza la escritora e historiadora granadina, afincada en Málaga. Es más, en ese momento, la obra de María de Zayas fue tachada de «escabrosa y libertina», por hablar con excesiva naturalidad de las relacionesheterosexuales y homosexuales. Además, se atrevía a hablar de «la igualdad del alma» de hombres y mujeres. «Tenía una personalidad fuerte y una clara conciencia de la injusticia y de la situación de subordinación de las mujeres», detalla Luque.

Han pasado los siglos, pero aún queda algo aunque sea poco de aquello. «Todavía hoy existe cierta desvalorización de la mujer escritora. Se nos encasilla diciendo que las mujeres escribimos para las mujeres: y no, escribimos literatura. El género es una circunstancia, puede condicionar esa literatura, pero no la determina», sentencia la escritora.

Luque, hermana de la también escritora Aurora Luque, se impuso «por unanimidad» a otros 600 aspirantes en la novena edición de este galardón, informó el presidente del jurado, Luis Alberto de Cuenca. El escritor resaltó el «valor añadido» que supone desenterrar a personas «ilustres de nuestro Barroco». «Siempre se ha estudiado la literatura española desde el punto de vista masculino y nos hemos olvidado de la voz de las mujeres, que han sido tanto o más importantes», declaró De Cuenca, que considera las Novelas amorosas y ejemplares y Desengaños amorosos de María de Zayas «obras capitales en la literatura siglo XVII». Ahora muchos las descubrirán en el siglo XXI.