Leiva despide el año con un ataque 'Nuclear'

Un vitoreo, se apagan las luces, se escuchan aplausos. Los más rezagados entran ansiosos al recinto y se disponen como pueden. Algunos prefieren la grada, otros se acercan al calor del tumulto que se agrupa lo más cerca posible del escenario. Se intuye una silueta en escena; el sombrero y los flecos de su chaqueta le delatan. Leiva vuelve a Málaga, esta vez para despedir un año más que intenso arrastrando su último disco por toda la geografía. 'Nuclear' ha traído felicidad, himnos y un cambio sutil en el estilo musical al que el artista nos tiene acostumbrados cuando comenzó su carrera en solitario, hace siete años ya.

'Nuclear' es dulcemente agresivo, va directo a la verdad, esconde algo de oscuridad con matices en las letras, además de muchas melodías radiofónicamente pegadizas. El resultado son 12 temas muy diferentes con versos movidos por el amor, la enemistad, los viajes al centro de uno mismo y los recuerdos. El público del Palacio de Ferias lo sabía, ya llevaban puesto el ánimo para disfrutar, saltar y acompañar a la banda con las canciones de toda la carrera de Leiva, con algunas sorpresas a cargo de varios temas de Pereza. El auditorio demostró que Málaga tiene mucha fuerza en la voz para regalar momentazos como el del comienzo. 'La lluvia en los zapatos', del álbum anterior, fue el tiro de gracia para comenzar una noche navideña. Los nueve sobre el escenario estaban ya engrasados para terminar el año de la mejor forma. Esta fue la penúltima traca para despedir los escenarios temporalmente; ya nos visitó el pasado junio, cuando el madrileño movió a la Costa del Sol presentando este último trabajo a hierro. Los ánimos ayer era diferentes: Más emoción, más baile, más interacción. Al comienzo, el artista reconocía el privilegio de estar encima de un escenario y mover a un público tan amplio, además del «esfuerzo que supone pagar una entrada».

Recuerdos y cenizas

La noche fue rodada; cambios de guitarra y recuerdos de una banda anterior que marcó generaciones. Pereza dio sus últimos coletazos durante 2011 y el proyecto terminó en cenizas. El resultado fueron dos movimientos muy distintos: Leiva por su lado y Rubén Pozo por otro componiendo la música que más les representa. Entre el público, ecléctico y de todas las edades, se encontraba Puche y Milagros, un matrimonio de Badajoz que se desplazó a Málaga sólo para hacer feliz a su hija de 17 años. Candela no había asistido antes a un concierto de Leiva, y esta primera vez le trajo sonrisas y emoción a raudales. Durante todo el concierto estuvo en la zona de la grada en pie y con los brazos en alto cantando al compás de su fiel escucha. «Yo soy más de Fito y Fitipaldis o Sabina, pero está bien. La banda es buena», comentó a SUR Puche durante el concierto.

La despedida fue más intensa que el comienzo. Con 'Estrella Polar', uno de los mayores éxitos de Pereza, vinieron las emociones más fuertes: Isabel, dando botes en la grada durante todo el show, reconoció que no se podía perder esta noche. ¿Quién sí? Fueron alrededor de 2.700 los malagueños (y muchos más corazones de fuera como Puche, Milagros y Candela) que se movieron al ritmo de despedida de un disco y una década. El tradicional «¡otra, otra!» trajo a casa 'Sincericidio' y 'Lady Madrid', dos de los himnos de la voz de Leiva y su banda. «Hasta siempre, Málaga», gritó Leiva como adiós a una noche especial de música, recuerdos y complicidad.