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Leer y reír

Sábado, 3 de febrero 2024, 01:00

Hace no mucho más de cincuenta años, los niños aprendían a leer en libros que ahora consideramos de lo más sosos, aunque ya empezaban a utilizarse algunas ilustraciones. Para aprender la A se pintaba una abeja, o una araña, y debajo, la primera vocal. Para ... la E se utilizaba un erizo; para la I, una iglesia, un indio, un iglú; para la O, una oveja, o un ojo; y para la U, alguna uva. Y así sucesivamente, con las consonantes. Algún chico avispado, pero que faltaba a clase con frecuencia, podía interpretar los dibujos. Y así, donde aparecía alguien gritando, que correspondía al término VOZ, era capaz de decir: CHILLÍO. Y no es un chiste. Fue real. Hoy las cosas han cambiado para bien, y nuestros más jóvenes lectores tienen, al alcance de la mano, libros tan bella y lúdicamente ilustrados como LAS LETRAS LOCAS, con texto (tan breve) de El Hematocrítico, e ilustraciones de Ariadna Reyes.

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