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Rincón de la Victoria hace 50 años. Un niño de nueve, que levanta unos palmos del suelo, sueña con ser dibujante. Compra cómics todas las semanas y disfruta de una infancia junto a una casa acariciada por las olas del mar.
Un día, aparece un pintor armado de caballete y pinceles y comienza su trabajo justo delante de su casa. El niño, que nunca ha visto cómo trabaja un artista de verdad, no se separa de él durante todas las horas que le quedan libres. Se convierte en su mini sombra. No es un pintor cualquiera. Se trata de un enigmático japonés de 31 años que, sin quererlo, cambia la mentalidad de un pequeño que ve materializarse ante sus ojos lo que es un cuadro de un destartalado chiringuito cuando él pensaba que iba a ser quizá una bonita marina. «Me sorprendió mucho que lo que pintara fuera un chiringuito desmontado -el merendero Ortiz, recuerda-, una cosa que al principio me pareció muy fea. Al acabar, sin embargo, ya la veía como una obra de arte maravillosa», explica Idígoras.
Kota Taniuchi se llamaba aquel hombre que apareció de repente en la vida de ese niño malagueño, que permaneció junto a él durante los cuatro días que estuvo en Rincón de la Victoria. Un nombre que, a pesar el paso del tiempo, Idígoras no había olvidado.
Esta historia que 50 años después ha vuelto a 'reavivarse' recoge una sorpresa 'mágica' que muestra cómo el vínculo entre aquel niño y el pintor japonés se mantuvo con el paso de los años. Ahora, Ángel Idígoras ha recuperado esta parte de su infancia en un libro ilustrado con acuarelas que ya está listo y que podrá encontrarse en los próximos días en librerías. Además, este encuentro y la historia de ambos podrá 'sentirse' como obra de teatro multidisciplinar en unos meses.
«Es mi obra más personal. Normalmente dibujo personajes o temas que no tienen que ver con cosas que he vivido yo«, confiesa. Hace un tiempo que AVOI (Asociación de Voluntarios de Oncología Infantil), con la que Idígoras colabora desde hace años, le pidió alguna historia de su infancia y él recuperó de su mente lo que había vivido a tan corta edad. Aquella visita se le había quedado tan marcada que aún recordaba sin equivocarse el nombre del artista.
«Contaba entre mis conocidos esta historia y a todo el mundo le encantaba. Además, mis amigos Los Síndrome, dos payasos muy famosos que llenan salas y son muy conocidos, sobre todo en Sevilla, me plantearon la posibilidad de dirigirme una obra de teatro. Y así surgió el proyecto. A la vez que trabajaba en la obra, hacía el libro. Además esta historia ha tenido como una segunda parte, que pone de manifiesto que el vínculo entre ese niño de nueve años y el pintor había quedado fijado más allá de ese encuentro inicial. Todo ello se cuenta en esta historia».
Editorial Maldragón
ISNB 978-84-127804-7-5
Páginas 68
Precio 17,10*
La nueva creación de Idígoras vuelve a materializarse en papel con la Editorial Maldragón y se ha costeado gracias a un crowdfunding que superó lo inicialmente previsto para poder sacarlo adelante en poco tiempo. En el relato, además del encuentro del niño y el pintor de hace 50 años se recogen algunos escenarios y personajes del Rincón de la Victoria de hace años. Había un jefe de estación de tren cuando ya no había tren, una taberna Quitapenas donde acudían todos los marineros, el quiosco de Pepito Félix donde Idígoras compraba los cómics, animales de compañía que tienen su protagonismo en la obra....
El libro se podrá encontrar en librerías en pocos días. Para la obra de teatro habrá que esperar un poco. Se trata de una producción multidisciplinar en la que habrá dibujo, magia, música (compuesta por Idígoras e interpretada en directo por Natascha Blagulyak, que fuera organista de la Catedral de Kiev) y, por supuesto, una bonita historia que contar que pondrá de manifiesto cómo el vínculo entre Málaga y Japón, a través de la pintura se mantuvo en el tiempo.
Estos días, 'Kota y el niño' viajan hasta Canarias donde ha habido una pequeña presentación en el Festival Internacional de Payasos 'Tres Días de Farándula de Valsequillo', en el que participa el humorista, que también tiene alma de payaso. Posteriormente, el 19 de septiembre, el museo Ruso acogerá su puesta de largo en Málaga, a las 19.00 horas con la intervención de Pablo Codes, hijo de Idígoras y del titiritero Antonio Pino. Unos días después se presentará en Madrid, concretamente el 26 septiembre, en la Librería Sin Tarima. Junto a Idígoras estarán en este caso el cantautor Javier Batanero y la dramaturga y escritora Ana Fernández Valbuena.
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