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Algo más de un mes después de que se iniciaran las conversaciones, la Junta de Andalucía ha adquirido el busto de Antonino Pío -de un altísimo valor documental- para exponerlo en el Museo de Málaga. Así lo ha anunciado este mediodía el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, que ha asistido a la presentación de la efigie en el patio de la Aduana.
«Esta pieza lucirá como una de las más destacadas, ya que es un gran ayuda para completar el relato del Museo, a la que faltaba una parte del puzzle», ha asegurado Moreno, que anunció que la operación había tenido un coste de 80.000 euros, una cantidad que considera «muy razonable».
Tal como ya avanzó SUR en los primeros días de diciembre, la posible venta de la pieza, que estuvo en la pasada edición de Feriarte -la feria de antigüedades de Madrid- despertó las alarmas de los arqueólogos e historiadores, que temían que Málaga perdiera una obra que habla de su pasado romano. Desde hace dos años el busto de Antonino Pío formaba parte de la Colección Ifergan, y estuvo expuesta en su galería de la calle Sebastián Souvirón, cerrada desde la irrupción del coronavirus. Hace solo dos meses se publicó en el BOJA su inscripción como BIC en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz. Con esta fórmula se garantizaba que el busto no se moviera del territorio español y que pudiera ser visitada por el público determinados días al año.
Es una pieza de enorme «excepcionalidad» -según indicaba la Junta al iniciar el expediente de protección- al ser el único retrato de un emperador vinculado a la Málaga romana del que se tiene constancia. Además se encuentra en un buen estado de conservación. Esculpido en mármol en un taller de la Bética en el siglo II, pertenece a la época altoimperial (años 138-161 d. C.), cuando Antonino Pío se hizo con el gobierno. Un reinado que ha pasado a la historia como un periodo de relativa paz, con muy pocas revueltas e incursiones militares, y con una administración eficaz.
Apareció de forma casual hacia 1912 en la antigua finca de San Guillermo, en la barriada de Huelin, a unos tres kilómetros del casco histórico. A nivel científico se tiene constancia del busto en 1963, en el VIII Congreso Nacional de Arqueología, celebrado entre Sevilla y Málaga, a través de una de las grandes figuras de la arqueología malagueña, Simeón Giménez-Reyna. Formó parte de la familia Bolín hasta 2004, cuando lo robaron durante la obras de reforma de la residencia en la que se encontraba. Lo recuperaron seis años después, cuando lo vieron de fondo en una entrevista realizada al director del hotel Villapadierna, Ricardo Arranz, con motivo de la visita de Michelle Obama a la Costa del Sol.
Moreno insistió en el valor de la pieza, de la que dijo que había estado informándose en los últimos días. «La compra de esta pieza responde a la necesidad de profundizar en el arraigo de nuestra tierra», insistió el responsable político, que aseguró que como malagueño se tomaba esta adquisición como un «regalo adelantado» de los Reyes Magos.
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