La Junta amplía los metros de uso cultural en La Trinidad y recupera el Cánovas para el teatro contemporáneo

Tres empresas han concurrido al concurso para la redacción del anteproyecto que transformará el Convento de la Trinidad en un centro cultural, una licitación que se resolverá antes de que acabe el año, según fuentes próximas a la administración regional. El recinto dispondrá de un auditorio en la antigua iglesia, una sala de exposiciones y varias salas polivalentes para ensayos, residencias artísticas, cursos y talleres. Y para todo ello tendrá más espacio del previsto inicialmente. La Junta renuncia al uso administrativo del antiguo convento y no trasladará la delegación de Cultura a ese edificio. De esa forma, se liberan algo más de mil metros cuadrados (1.020) para acoger propuestas culturales, lo que multiplica las posibilidades. Sí se mantendrá, probablemente en el sótano, el primer Archivo Intermedio del Gobierno andaluz, donde se recibirán los documentos que genere la provincia y se decidirán cuáles pasan a custodiarse en el cercano Archivo Histórico.

El proyecto definitivo se redactará a lo largo de 2023, con la idea de licitar la obra a principios de 2024. Empezará entonces la rehabilitación de un edificio considerado Bien de Interés Cultural, pero en estado ruinoso desde hace años tras décadas de abandono y una sucesión de proyectos fallidos. Tendrá un coste de 18,4 millones de euros con cargo, en un 80%, a los fondos europeos. Entre finales de 2026 y principios de 2027, el Convento de la Trinidad entrará en funcionamiento y se incorporará a la ruta cultural, que suma así un nueva sede fuera del centro neurálgico de la ciudad.

La Junta, según confirman fuentes próximas, quiere que sea un foco cultural vivo, polivalente y multidisciplinar, donde tengan cabida todas las artes. Un planteamiento que solo recoge en parte la reclamación de la Plataforma en defensa del Centro Andaluz de Creación Escénica Contemporánea Miguel Romero Esteo, impulsada por reconocidos actores y directores malagueños, que pide un mayor compromiso con este colectivo en forma de dotación técnica, presupuesto y programación específica en el espacio.

Desde el Gobierno andaluz, sin embargo, no contemplan la especialización e insisten en que en los más de 5.000 metros cuadrados construidos hay sitio para todos. Precisan, no obstante, que el teatro y la danza ocuparán un lugar destacado, como reflejo de la proyección y el peso que tienen en la ciudad. De entrada, recuerdan que cuando el centro esté operativo dispondrán de un nuevo escenario en la ciudad perfectamente equipado para mostrar sus obras y se habilitarán salas de ensayo para dar forma a sus trabajos.

Pero antes de que eso sea una realidad (como pronto, dentro de cuatro años), la Junta dará respuesta a la inquietud del sector en dos frentes: recuperará el Teatro Cánovas para la creación contemporánea y retomará la actividad en la Sala Gades, en el Conservatorio Superior y Profesional de Danza. Las nuevas líneas de programación se materializarán en la temporada 2023/2024 -la agenda de este curso ya está completa-, colocando al Cánovas en el circuito escénico andaluz junto con el Teatro Alhambra de Granada y el Central de Sevilla para optimizar recursos. El objetivo es que una misma obra tenga la opción de girar por los tres escenarios, que a su vez conservarán una identidad propia.

Para eso, confirman, es necesario acometer mejoras en el Cánovas y la Gades y renovar buena parte de su equipamiento. No hay que olvidar que el teatro malagueño es ahora el que menos inversión recibe de los tres que gestiona la Junta en Andalucía. Es más, su presupuesto es menor que el que tenía hace diez años: de los 1,3 millones de euros que recibía en la temporada 2012/2013 se pasó a los 1,1 del curso 2021/2022.

En cualquier caso, no se borrará del todo el ADN infantil del Cánovas, que en los últimos ocho años se ha ganado un hueco en las agendas de las familias, sino que se completará con la producción actual y de vanguardia que desde sus inicios definió la estrategia de este teatro. Contará también para ello con la Sala Gades, que volverá a depender de Cultura después de que la pandemia la dejara vacía de contenidos (más allá de su uso como salón de actos del conservatorio). El objetivo es atender a un colectivo necesitado de tablas para expresarse y recuperar, al mismo tiempo, parte del protagonismo teatral que tuvo la Junta en Málaga.