Julio, entre la gloria y los memes

Más allá de su fama de conquistador y de creador procreador, de su porte de 'gentleman', o de su cómico reclamo en WhatsApp en todo evento del estío, Julio forma parte de esa nostalgia como escondidita que muchos maduretes guardamos por rubor, sin exhibir mucho no sea que se nos tilde de adictos a la música blanda, melancólica, nebulosa, como de ascensor. Es verdad que otro mito coetáneo patrio de fama planetaria como Raphael sigue dando guerra viva y conciertos, pero el de Linares siempre fue distinto, más gestual y visceral. Entre la garra de la voz de uno y la suave mano acariciadora y entonación meliflua del otro dista un mundo, ese mismo que ambos se repartieron: Raphael triunfó más allá del telón de acero y Julio, con su porte de meritorio de 'crooner' y temas rollo 'Begin the beguine', logró besar como nadie al capitalismo y al mismo Hollywood. Con duetos bilingües inolvidables y con canciones míticas que unieron al 'country' con esas soledades quijotescas tan nuestras, tan íntimas, por las que siempre será bronceada y dorada estrella universal.