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«¿Cómo estás, querida, cómo te va?», pregunta tras el saludo inicial, como ese viejo amigo al que no ves desde hace tiempo y tiene mucho que contar. Y algo de eso hay en este concierto. Juanes regresa este domingo a la ciudad para celebrar sus 20 años de carrera en Selvatic Málaga Fest, en el recinto Málaga Forum (Apertura de puertas a las 19.30 horas con Julio Benavente como telonero). Una fiesta de la música en la que el artista colombiano recordará todos sus himnos y presentará los nuevos temas de 'Vida cotidiana', una ventana a su intimidad donde habla de la familia y los hijos. También de Colombia y la paz. Antes de aterrizar en Málaga, Juanes atiende al teléfono desde Oslo, el escenario de su última actuación. Con amabilidad y cercanía, como ese amigo.
–Vuelve a Málaga para celebrar sus 20 años de carrera. Según Gardel eso no es nada, no sé si usted opina igual.
–Tenía toda la razón mi querido y adorado Carlos Gardel, mi ídolo, porque en este momento de mi vida me siento con mucha plenitud y con unas ganas tremendas de vivir. Yo creo que si tuviera que cambiar juventud por conocimiento y sabiduría, me quedaría con el conocimiento, la sabiduría y la experiencia mil veces. Disfruto mucho más la vida ahorita. Y musicalmente, creativamente, me siento en un momento maravilloso.
–¿Ahora disfruta más la vida que con 20 años?
–Yo diría que sí. Hoy en día me siento mucho mejor así. El hecho de tener a mis hijos, por ejemplo, me ha permitido conocer el amor de verdad, puro, real. Y eso sí que no lo cambio por nada en la vida.
–¿Cómo han envejecido sus canciones? Cuando canta esa 'Camisa negra'...
–Siento que muy bien. Me siento muy afortunado de poder seguir haciendo conciertos después de todos estos años, de seguir conectándome con la gente y con nuevas generaciones. Ayer en Oslo yo cerraba mis ojos y decía 'esto es un sueño, esto no está pasando'. Es una maravilla porque son chicos muy jóvenes cantando las canciones junto con la gente de mi generación, y eso me llena de mucha emoción y alegría.
–Además ya irán padres con sus hijos a los conciertos.
–Sí, sí, claro. Van con los hijos y con los abuelos. Te lo juro, es increíble.
–¿Y eso no le hace sentir mayor?
–No, la verdad es que no. Antes, hace un tiempo, me preocupaba por eso. Pero en este momento me encanta. Me siento demasiado feliz ahorita. Voy a cumplir 52 años, pero me miro en el espejo y yo me veo como de quince. No me afecta para nada. Siento que mi alma y mi espíritu están en un momento tan bonito ahora que jamás regresaría por un poco más de juventud a esa otra época.
–Quizá ahora se está permitiendo relajarse. Ya no tiene la presión de los inicios de su carrera, de la crianza.... Se ha liberado de muchas presiones.
–No, no, la presión nunca se va. La presión de ser padre, por ejemplo, jamás se va porque yo cada día amo más a mis hijos y me preocupo más por ellos. Musicalmente, sí siento que me he liberado de muchas cosas. Yo no estoy buscando ahora hacer música para que suene en determinada radio o seguir alguna tendencia. Yo estoy haciendo la música que a mí me gusta hacer. Y eso me permite tener libertad, pero sobre todo estar en paz y perdonarme, reconocer que he hecho cosas buenas y que me he equivocado algunas veces. Es parte de la vida. Cuando tuvimos que parar por el Covid, pude hacer una reflexión sobre lo que para mí realmente significa esto de la música. Yo amo estar en un escenario, amo cantar y tocar la guitarra y es algo que quiero hacer hasta que Dios me lo permita.
–¿Se arrepiente de algo?
–No, no me arrepiento. ¿De qué sirve eso? Es parte de un camino que va formando el carácter y también la parte artística. A veces haces una canción que para ti no está tan chévere, pero llega una persona y te dice '¡es mi canción favorita! Te das cuenta de que todo es muy relativo en esto del arte y de los sentimientos. Por eso prefiero en este momento de mi vida perdonarme y no darme tan duro, ¿sabes? Tocar y gozar, y seguir para adelante.
–Pero quien es exigente y perfeccionista, no cambia.
–Esa parte no la quiero sacrificar nunca. De las cosas que a mí más me pueden doler de hacer las cosas mal, es sacrificar el arte. Si un tipo de música o un tipo de acciones artísticas me generan tristeza, no las quiero volver a hacer.
–En su nuevo disco, 'Vida cotidiana', cuenta mucho sobre usted, se expone mucho.
–Yo me siento vulnerable a través de la música, pero es una vulnerabilidad que me hace fuerte. Cuando escribo mis canciones no quiero inventarme historias, me gusta hablar de lo que yo siento. Y en este disco hablo mucho del tema familiar, de la pareja, de los hijos. Me gusta poder hacerlo porque me sano con la música, me sano con las canciones.
–Y está bien mostrarse vulnerable, porque parece que un gran artista o una estrella de la música siempre tienes que estar feliz y sonreír. Pero también son humanos.
–Pienso igual que tú. Somos humanos, también sufro, tengo miedo, tengo alegrías, tristezas, rabia, me frustro. El hecho de ser músico no implica que tenga que aparentar algo que no puedes ser. Por eso me gusta la música y el arte en general, la poesía, la pintura, la escritura... puedo encontrar ahí un lugar donde desahogarme. Es como una cura para mi alma. Me ayuda muchísimo terapéuticamente, como el deporte. Todas las mañanas trato de hacer un poco de deporte y eso me hace mantenerme bien. Es lo mismo que pintar o escribir.
–¿Usted pinta?
–Me gusta mucho. Yo estudié diseño industrial cuando estaba en la universidad, entonces desde muy joven siempre me ha gustado toda la parte del diseño gráfico e industrial. Algún día te mostraré (ríe).
–Entonces tiene pendiente una exposición con sus obras.
–Sí, cuando esté preparado. Por ahora tengo que hacerlo mucho, mucho más y el día que sienta que lo quiero mostrar, lo haré.
–Es un hombre comprometido, siempre lo ha sido, pero en este disco va un paso más allá y canta a los desaparecidos en Colombia.
–Sí. Colombia es un país de muchos contrastes. Es un país que amo con el alma y del que han nacido cantidad de historias de amor. Y el amor a veces también trae un dolor inmenso. Y esta 'Canción desaparecida', es lo que siento, lo que ha pasado en Colombia en unos años muy complejos.
–También hace un alegato por la paz en 'Mayo'. Y no sé cómo se vive esta realidad al otro lado del charco, pero ahora en Europa sentimos las guerras más cercas que nunca.
–Sí, es increíble lo que pasa en el mundo. La verdad es que no lo puedo creer. Es como si no hubiéramos aprendido nunca de nuestros errores y que volviéramos a repetir constantemente lo que históricamente nos ha llevado a lugares oscuros. Es ese juego de la política tan complejo en donde el pueblo, la gente, siempre queda en la mitad. A veces dejo de ver las noticias, la verdad, porque me llenan de frustración y de rabia, y trato de refugiarme en la música; pero después no puedo aguantar y vuelvo otra vez y las veo... Es extraño estar aquí en Europa y sentir este ambiente que de alguna manera se puede percibir en ustedes. ¡Es tan incierto todo!
–Y ahora, ¿qué tiene en mente?
–Ahorita los planes más inmediatos son seguir tocando en vivo, pero ya estoy trabajando en lo próximo. Yo siempre estoy trabajando, siempre ando con el estudio portátil, componiendo y grabando. Voy acumulando canciones y la verdad es que ahorita tengo ya material nuevo para sacar algunas canciones en el futuro, pero todavía pues todavía nos falta un poquito para eso.
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