Bien cantada, pero poco vista

Sin pena ni demasiada gloria ha acabado su paso por La 1 de TVE el programa 'La bien cantá', que se proponía revitalizar el género de la copla. Con el gran nombre de María del Monte como cabeza del jurado, acompañada por Rayden y el ... joven compositor Lucas Vidal, el formato pretendía ofrecer «una forma diferente de interpretar un estilo musical tan único». Pero tras ocho programas donde hubo alguna perla que otra, el resultado no ha tenido el brillo esperado, quizá por lo demasiado alambicado. Una forma diferente, pero no creemos que mejor. A 'La bien cantá', apuesta atinada en cuanto a ejecución formal en directo salvo alguna cosa, se le notó desde el inicio querer huir de la larga sombra de 'Se llama copla', el espacio histórico de mayor seguimiento en la historia de Canal Sur Televisión, luego replicado y aquí claramente emulado. Pero para no ser acusados de plagio, de tropo territorial, o de tomar a lo andaluz por el todo español, la eludida metonimia quiso soslayarse buscando voces 'apiqueradas', renunciando a batas de cola, apostando por versiones jazzísticas y, en fin, aguando el vino sin echar guindas de arte al pavo de algunos de sus participantes. Y eso que los malagueños Juanma Jerez o Roberto Aragón, nueva Conchita Wurst del género, no eludieron ni la garra ni sus raíces. Pero ni por esas. En la final, inesperadamente, los dos últimos en liza fueron Marazu, un joven de Ávila que cantó por Carlos Cano, ay, y Alba Dreid, de apellido artístico vikingo pero nacida en La Puebla de Cazalla, pecado original salvado por rastas bicolores y mucho trazo tatuado, no sé si con nombre de mujer, y que al final ganó por acercarse al cante natural de la copla. No hubo suerte con la fórmula elegida esta vez para resucitar el género, no sé si por una presentadora eficaz pero fría, o quizá por excesos de 'led' y vacíos de quejíos. Al menos nos deja haber visto a Martirio, a María Peláe cantando 'Estoy mala', o a Pastora Soler demostrando ser la mejor voz coplera actual sin necesidad de travestirse ni de hacer experimentos con gaseosa.